En el transcurso de los encuentros, el Gobierno ha tomado medidas para regular la producción y no ha solventado la deuda con las empresas, de $12 millardos, que limita el acceso a la materia prima.
Caracas. Desde mayo de 2013, la administración de Nicolás Maduro ha instalado mesas con el sector privado a fin de revisar los obstáculos que ha tenido la producción pero, hasta la fecha, esos encuentros no han tenido resultados y las distorsiones de la economía se han incrementado, por lo cual los venezolanos sufren una eleva inflación y escasez.
En el marco del diálogo entre Gobierno y oposición se aprobó aplicar políticas de cooperación entre los sectores público y privado para monitorear y controlar los mecanismos de adquisición y distribución de insumos y mercancías. Pero acciones similares ya se han registrado. En los encuentros de trabajo de 2013, 2014, 2015 y 2016 los industriales han pedido: revisar los controles, reducir los trámites y cancelar las deudas. Sin embargo, los ministros solo han hecho promesas. A las empresas les adeudan 12 millardos de dólares, lo que afecta la compra de materia prima y las regulaciones son más fuertes.
¿Cómo han sido los diálogos?
2013
En 2013, el Ejecutivo instaló mesas de trabajo con los empresarios de casi todos los sectores económicos, donde detallaron los problemas que presentaba la producción. Los ministros se comprometieron a agilizar la entrega de divisas, flexibilizar el control de precios, disminuir las trabas burocráticas y analizar los problemas laborales. Pero las soluciones nunca llegaron y los problemas se agudizaron.
De hecho, el Jefe de Estado aumentó las regulaciones, publicó la Ley de Precios Justos y aplicó el “Dakazo” que dejó golpeada a la actividad comercial. Las autorizaciones de dólares oficiales disminuyeron 12 % con un precio del petróleo en 98 dólares. Los sectores clave de la economía se desaceleraron y la inflación escaló a 56 %.
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Tras las protestas en 2014, el primer mandatario instaló la Conferencia de la Paz para el diálogo y nuevamente fue convocado el sector privado. Las primeras reuniones tuvieron lugar en Miraflores, donde los presidentes de los gremios realizaron radiografías sobre la crisis de cada actividad. En aquel momento, el presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza, incluso presentó una agenda de 12 puntos para incrementar la producción.
Más de 600 empresarios participaron en mesas por “motores de la economía” en el Círculo Militar y en las que notificaron todos los impedimentos para producir, por lo que solicitaban honrar las deudas y revisar los controles así como la legislación laboral. De hecho, alertaron que si las fallas no se corregían, se agudizaría la escasez.
El Ejecutivo, bajo el argumento de dar más divisas, creó un sistema alterno de dólares, de manera que la economía pasó a regirse por tres tasas oficiales. En las reuniones las autoridades prometían corregir las fallas y el para entonces vicepresidente de Economía, Rafael Ramírez, sugirió un plan que contemplaba devaluar la moneda y trabajar con un solo tipo de cambio oficial, flexibilizar el control de precios, reducir el financiamiento monetario y extender los pagos de deuda. Ese programa fue bloqueado por un sector del oficialismo.
Ese año, el Jefe de Estado tuvo una Habilitante, con lo cual reformó leyes para incrementar las regulaciones y fiscalizar más al sector privado. El recorte en la entrega de dólares fue 33 % y la economía cayó 3,9 %. La inflación llegó a 68,5 % y la escasez dejó de divulgarse.
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Los desequilibrios de la economía se acentuaron y ante la crisis de abastecimiento, una vez más se coordinaron mesas con el sector privado, sin embargo, de esos encuentros no hubo humo blanco.
El Gobierno modificó parcialmente el mercado cambiario y reemplazó un sistema alterno por otro con una paridad más alta, con todo, en el transcurso del año las regulaciones aumentaron, de modo que la producción de alimentos, medicinas y artículos de higiene personal siguió palo abajo. La disminución en las autorizaciones de dólares fue de 62 %, la inflación cerró en 180,9 % y la economía siguió en negativo, aunque todavía no se ha publicado la cifra del año.
2016
La crisis se extiende y el Presidente Maduro instala el Consejo Productivo Nacional y vuelve a conformar mesas por “motores”. Desde que se instaló el Consejo, que se reúne una vez a la semana, los privados han reiterado los problemas que presentan y han insistido en la flexibilización de los controles, la cancelación de las deudas para adquirir insumos y la revisión de los trámites. Hasta la fecha, los resultados han sido nulos.
El gabinete económico tiene diferentes corrientes lo que lleva al impasse de muchas acciones. En el primer trimestre, el Gobierno devaluó y estableció dos paridades: dólar protegido a 10 bolívares para salud y alimentos y dólar complementario para el resto de los sectores, que empezó en 200 y está en 658 bolívares. Cuando se dejaron las dos tasas, las autoridades anunciaron un nuevo mercado cambiario, no obstante, ello no se ha concretado.
El Ejecutivo arrancó con el aumento de precios de algunos rubros controlados, pero en junio se paralizaron los ajustes.
A la par que el vicepresidente Aristóbulo Istúriz y los ministros tienen encuentros semanales con los empresarios y ven los problemas, el mandatario escucha a otros asesores e impone más restricciones a la producción. En el ínterin, ha constituido la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS) y los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) a los cuales se debe destinar 50 % de la fabricación de comida y rubros de higiene personal. Estas medidas no se han consultado en el Consejo.
Ante la prolongación de las distorsiones, y por pedido de algunos ministros, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) presentó sugerencias para superar los desequilibrios y planteó dejar un solo tipo de cambio y buscar vías para mejorar el abastecimiento. El programa fue entregado a Maduro, quien no le paró.
La asignación de dólares ha bajado por el menor flujo de ingresos y las importaciones al cierre de agosto cayeron 45,4 %, según estimaciones de Torino Capital. La inflación, de acuerdo con las firmas económicas, es más de 300 %.
El pasado sábado, Gobierno y oposición plantearon una cooperación para la distribución de productos, pero al día siguiente, Maduro extendió la emergencia. A lo largo del año ha utilizado dicha emergencia para imponer más restricciones a los privados.
Foto: AVN
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