Este jueves, a las 8:00 de la mañana, funcionarios de contrainteligencia se llevaron de su casa en Puerto Ordaz a Asención María Caraballo Noriega, de 49 años, para interrogarla.
A Asención María Caraballo Noriega, trabajadora jubilada de Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), la buscaron este jueves seis funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en su casa, en Puerto Ordaz. Eran las 8:00 de la mañana cuando la subieron a un vehículo oficial y la llevaron a una oficina del organismo.
Hasta las 10:00 de la noche del jueves permanecía en el recinto. La excusa era que solo esperaban una autorización para liberarla. Esta detención ocurre a ocho días del comienzo del apagón nacional y en la misma semana de la detención de Geovany Zambrano, trabajador de Corpoelec que denunció este año las desmejoras en la empresa.
Su hija (quien pidió resguardar su identidad) relató cómo ocurrió todo: “Se llevaron a mi mamá y todas las laptops y los CPU. Luego fui con mi papá y la estaban interrogando”, explicó. “Llegaron a la casa tocando el timbre y al mismo tiempo estaban llamando a mi mamá por teléfono. Cuando contestó le dijeron: ‘Ah, usted sí está en su casa’. Mis papás abrieron la puerta. Dos (funcionarios) entraron a la casa y cuatro se quedaron afuera. No estaban encapuchados. Pidieron a mi mamá que los acompañaran y pidieron los aparatos electrónicos. Mi mamá también se llevó unas libretas en donde tiene anotados sus códigos de la empresa. Se la llevaron sin esposarla porque le dijeron que venían bien recomendados. O algo así”.
Negó que su mamá haya denunciado públicamente la situación de la empresa. “Nunca ha estado en protestas ni del oficialismo ni de la oposición. No sé si se la llevaron por el jefe de ella, a quien interrogaron en estos días en la empresa y le preguntaron por todos los trabajadores. Mi mamá en estos días había ayudado a ese señor con unos códigos. Por eso la mencionó y dieron con ella”.
Informó que Caraballo está retenida en el Campo C, de Ferrominera (complejo residencial de la empresa, en el que funcionan oficinas de la Dgcim). No le han ofrecido más información. “Solo me pidieron mi nombre, mi cédula y me dijeron que esperáramos afuera”, dijo la hija.
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