La maestra jubilada Areani Bruzual salió a protestar, junto a un centenar de docentes, por la educación de calidad, salario justo, derecho a la educación y la alimentación escolar. Durante dos horas permanecieron al frente de la sede de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Sobreviven con un poco más de salario mínimo, mientras que la contratación colectiva ya es letra muerta para el Ministerio de Educación.

Caracas. Areani Bruzual, docente jubilada, es la primera manifestante en medio del asfalto. Los carros se orillan cuando la ven, poco a poco, bordean el hombrillo mientras leen el cartel que ella sostiene.Los pensionados y jubilados fuimos constructores de nuestro país, ahora en pie de lucha. Sus piernas están firmes, juntas, no se mueven. Sus manos mantienen la pancarta fija hacia los conductores. A paso lento, su cabeza baila. Con ese movimiento dice “no más”.

Este año he despedido a cinco colegas que han muerto en pésimas condiciones porque no fueron atendidos. En enero mi mamá también murió, ella era maestra, tuve que tener su cadáver día y medio en el apartamento porque no teníamos el dinero para enterrarla, dice mientras pide disculpas por su aflicción. Hace unos días terminé de pagar la cremación.

Son 50.000 bolívares lo que Bruzual gana al mes, si está vestida –muestra su blusa– es porque hace muchos años pudo comprarla. Ahora ni para comer le alcanza. Perdimos el derecho a la recreación, a comprarnos al menos una galletica, expresa. Ya no contiene las lágrimas. Al recordar a su hija de 16 años, corren las primeras gotas por sus mejillas.

Los maestros también pidieron un cambio político en el país.

Ella me dice que no tiene futuro, que está cansada de que yo le diga: ‘No puedo, no tengo’. Está pensando en hacer un curso de barbería para comenzar a trabajar y generar ingresos. Quiere estudiar Medicina. Así sea en una universidad pública, cómo cubro esos gastos, dice la docente jubilada.

A veces su voz se pierde entre las consignas que grita el centenar de maestros que sacaron sus penas al medio de la calle, están al frente de la Universidad Pedagógica Experimental Libertad, la academia de los educadores. No tengo agua, no tengo luz, ni efectivo para pagar el autobús, se escucha entre cornetas y pitos.

Areani Bruzual es docente jubilada de 59 años de edad. También es paciente oncológico.

Bruzual ya no tiene tanta fuerza como sus colegas, maestras activas, que no paran de gritar por la educación de calidad, el salario justo, el derecho a la educación y la alimentación escolar.Sé que mis colegas no tienen ropa, zapatos, que andan muertos de hambre. Y agrega: No me imagino cómo se sienten los jóvenes si yo, que ya hice una vida a mis 59 años de edad, siento pender de un hilo. Estoy aquí haciendo cuerpo, a pesar de que han querido destruirnos, exclama.

Prefiere mantenerse inmóvil en el asfalto y acompañar a las demás maestras. La última vez, hace dos años, que tuvo cita con el médico le recomendaron llevar una vida tranquila. La misma que imaginó antes de jubilarse. Pero ni la vida ni una consulta médica puede tener: “Desde hace dos años suspendí el tratamiento. Tuve cáncer de colón y de mama. No puedo pagar ni la consulta que cuesta 16.000 bolívares. No es la vejez digna que imaginé, con mis nietos, porque mis hijos no quieren tener bebés porque no hay condiciones”.

Durante dos horas los educadores protestaron al frente de la sede de la UPEL.

Griselda Sánchez, secretaria de contratación colectiva y reclamo del Sindicato de Maestros de Caracas, pidió la renuncia del ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz. A su juicio él traicionó el sector, los maestros sobreviven con un poco más de salario mínimo en un país que registra hasta siete dígitos de inflación.

Hoy más de 200 planteles en Caracas continúan desde enero en paro técnico y en asambleas permanentes. No han sido escuchados por las autoridades. Hasta abril, según datos del Sindicato Venezolano de Maestros, aproximadamente 400 docentes en Caracas dejaron las aulas.

Los docentes se solidarizaron con el diputado Édgar Zambrano, quien fue detenido por el Sebin este miércoles.

Los maestros, unidos en una plataforma, seguirán en las calles. Raquel Figueroa, coordinadora de la Unidad Democrática del Sector Educativo, anunció que la próxima semana se realizará un juicio popular a Nicolás Maduro por el desplome de la educación. El 15 de mayo presentarán una propuesta de Reconstrucción Educativa para el Plan País ante la Asamblea Nacional.

Fotos: Luis Morillo


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