Durante la pandemia madres asumieron la educación de sus hijos en las escuelas por la falta de maestros

Noelbis Aguilar, directora nacional del Programa Escuelas de Fe y Alegría, señaló que las madres voluntarias representan 10 % de maestras en calidad de suplente dentro del cuerpo docente de las escuelas adscritas a la institución. Aclaró que ellas cubren las vacantes en las áreas de educación preescolar y primaria.

Caracas. La escasez de profesores y la dificultad de adaptación que tuvo una de las hijas de Dulce González, cuando cursaba primer grado, la motivó a prestar servicio como maestra auxiliar en la Escuela Virginia de Ruiz de Fe y Alegría, ubicada en el sector La Silsa de Catia, parroquia Sucre del municipio Libertador.

Ha procurado velar por la educación de sus cuatro hijos, aunado a que quiere ser docente. Tiene 32 años de edad y es manicurista. Desde hace dos años ha prestado servicio en el colegio como madre voluntaria para ayudar al cuerpo docente a garantizar la educación de los chamos.

Las madres voluntarias representan 10 % de profesoras, en calidad de suplente, dentro del cuerpo docente de las escuelas adscritas a Fe y Alegría, según Noelbis Aguilar, directora nacional del programa. Ellas cubren las vacantes en las áreas de educación preescolar y primaria desde la pandemia de COVID-19.

Debido a la crisis económica que atraviesa el país, la deserción de profesores se agudizó y las madres que brindaban apoyo a las docentes, como auxiliares, tuvieron que asistir en la formación como maestras.

Según la Federación Venezolana de Maestros (FVM), antes de la pandemia, 40 % de los docentes había abandonado sus labores para irse del país o dedicarse a otros oficios para sobrevivir.

Mi principal reto ha sido aprender herramientas que permitan a los niños a despegar y sobre todo en pandemia, porque hay que nivelarlos y puedan estar aptos para el siguiente grado, expuso González.

Mencionó que aquellos estudiantes que cursaron primer grado hace dos años presentan dificultad en el aprendizaje de tercer grado, ya que no contaron con la suficiente orientación de los docentes en ese período. González, desde el 10 de enero de este año, está dando clases en ese nivel a la sección B.

Según el Child Mind Institute, la pandemia de la COVID-19 desajustó las rutinas y hábitos de estudio en los niños del mundo. Por lo que era de esperarse que se identificara un retraso significativo en el aprendizaje.

La educación virtual en Venezuela se instauró debido a la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus. La dificultad para acceder a las clases y cumplir con las asignaturas puso cuesta arriba el aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes durante estos dos años.

Los docentes que han sido consultados por Crónica.Uno durante la pandemia han denunciado que la educación a distancia ha hecho que los niños tengan dificultad para aprender a leer, se les están olvidando las letras y su fonética, así como también destreza en la escritura, habilidad numérica, y el hábito de tomar apuntes y estudiar.

Madres voluntarias de Fe y Alegría cooperan en la enseñanza de los niños venezolanos
Estudiantes leyendo el capítulo que asignó la docente │Foto: Tairy Gamboa

Desde el 16 de marzo de 2020 todos los niveles académicos en Venezuela tuvieron que migrar a la modalidad virtual debido al coronavirus, y se incrementó la brecha de desigualdad para acceder a la educación por la dificultad para costear aparatos electrónicos y los problemas de conectividad.

Para octubre de 2021 la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, alertó de una crisis silenciosa en la educación latinoamericana.

El cierre completo o parcial de las escuelas en la región ocasionó que 167 millones de estudiantes perdieran hasta un año de escolaridad, lo cual impactó negativamente en su aprendizaje y la Cepal registró que 66 millones de hogares no tienen acceso a internet.

En el caso de Venezuela, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) de 2021 reportó que hubo 550.000 estudiantes menos inscritos en el período escolar 2020-2021.

A partir del 25 de octubre de 2021 iniciaron las actividades semipresenciales en la educación preescolar, primaria y media en Venezuela bajo el esquema 7+7 que implementó el gobierno de Nicolás Maduro para garantizar el retorno progresivo a las aulas.

Preparación de las madres voluntarias

La directora nacional del Programa Escuelas de Fe y Alegría, Noelbis Aguilar, aclaró que desde hace años las madres voluntarias han recibido formación a través del programa de Madres Promotoras, que coordina Luisa Pernalete, para vincular a la familia en la educación de sus hijos.

A las mamás les dan herramientas para manejar las emociones, promover el buen trato y apoyar a las maestras. Antes emulaban el rol de profesora auxiliar y colaboraban con la elaboración de material de apoyo para las clases. Uno de los requisitos indispensable es que las mamás sean bachilleres.

Madres voluntarias de Fe y Alegría cooperan en la enseñanza de los niños venezolanos
Estudiantes de primaria decorando una cartulina│ Foto: Tairy Gamboa

Dulce González asiste a talleres para adquirir las herramientas para dar clases: Yo tengo la necesidad de aprender, porque no es mi profesión. He contado con el apoyo de la coordinadora pedagógica y de la directora. Ante cualquier inquietud siempre han estado allí para mí.

Daños de la pandemia a la educación

La coordinadora pedagógica de la escuela Virginia de Ruiz, Hermilde Marina Monsalve, explicó a Crónica.Uno que estos dos años de pandemia han afectado el aprendizaje de los niños, ya que la educación a distancia no permitió afianzar el conocimiento, en especial porque hubo muchos casos de padres que hacían las tareas de sus hijos.

Precisó que 11 % de la población estudiantil ha tenido dificultad para adaptarse a las actividades presenciales. Es decir, 45 niños, lo equivalente a un salón completo.

Al menos 65 % de los alumnos han debido recurrir a las tareas dirigidas, según Monsalve. Los padres han tenido que invertir $20 mensuales en las actividades extracurriculares, adicional al pago del servicio de la escuela, que cuesta cinco dólares.

Dificultades para volver a clases

Según el Ministerio de Educación, la matrícula escolar de Venezuela para el período 2021-2022 es de 8.789.356: educación inicial (1.902.775), primaria (3.527.346), media general (2.398.285), técnica (292.146), especial (61.757) del Inces (430.153), de Misión Rivas (127.577) y de Misión Robinson (39.317).

La Asociación Nacional de Instituciones Privadas (Andiep) resaltó que 85 % de los alumnos está en escuelas públicas y la deserción de profesores, así como el deterioro de las infraestructuras de los planteles, ha complicado el retorno de las actividades presenciales.

Fundaredes en su informe de octubre de 2021 identificó que hay debilidad para implementar contenidos en línea, ya que no se ajustaban con la planificación de los docentes y que ellos no contaban con una plataforma digital eficaz para garantizar las sesiones.

53 % de los profesores encuestados expresó no tener o presentó dificultad para acceder a las plataformas digitales y un 14,5 % aseguró que el deterioro del servicio eléctrico ha afectado en la conectividad para impartir las clases.

Con respecto a los estudiantes, la Encuesta Nacional de la Juventud (Enjuve) 2021 reveló que se ha registrado una migración de la educación privada a la pública, debido a las limitaciones económicas para costear las matrículas.

Señalaron que la desescolarización durante la pandemia, aunada a la crisis de movilidad, ocasionó que 821.000 jóvenes entre 15 y 19 años edad abandonaran las aulas.

En cambio, de aquellos que han podido continuar estudiando en Venezuela, según la Encovi 2021: 35 % usó plataformas de aprendizaje o videos en línea; 45 % utilizó la impresión de guías pedagógicas; 59 % accedió a contactos telefónicos para obtener las asignaciones; 3 %  y 2 % se apoyó en clases por TV y radio, respectivamente.

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