Francisco Cariello Gubaira, llamado el “casólogo” de Valencia, hurga en archivos y registros para reconstruir la historia de los inmuebles coloniales de su ciudad natal. Está por determinar si realmente la Casa de Paéz pertenece al período republicano o si su construcción es anterior a esa época. El centro de Valencia comprende 250 hectáreas en donde hay alrededor de 2200 inmuebles y 1100 son casas fichadas como coloniales.
Valencia. Francisco Cariello Gubaira tiene una labor singular. Nadie se la encomendó, tampoco recibe algún sueldo por eso, pero sí consigue mucha gratificación. Es economista, pero también se considera cronista. Así aparece en su biografía de Instagram en la que ya tiene 100 fotos exactas. La mayoría de esas imágenes son de antiguas casas coloniales de su ciudad, Valencia.
Esa pasión desenfrenada por las casas del centro histórico llevó a su buen amigo y miembro de la Academia de la Historia de Carabobo, Luis Heraclio Medina, a nombrarlo “casólogo de la ciudad”, es decir, experto en la historia de las viviendas de Valencia.
Cada foto que publica en su feed viene acompañada de una extensa descripción, no solo arquitectónica, sino histórica. Hace una radiografía del inmueble, la ubica en su punto exacto y marca su numeración. Es como si en su cabeza tuviera un mapa perfectamente señalizado.
Cariello Gubaira cuando no está trabajando suele visitar el centro y si alguien lo acompaña y le pregunta por alguna casa, de inmediato da toda la información, retrocediendo en la cronología hasta prácticamente nombrar al primer habitante.
La labor que hace Cariello es titánica y exclusiva. Otros historiadores manejan información pero no tan precisa como él. Eso le ha permitido entrar en el mundo de los historiadores y de la academia. Para muchos expertos, él ha logrado rescatar la memoria de múltiples inmuebles de la ciudad, incluyendo la relación de familias ancestrales que llegaron a tener vínculos con el Libertador Simón Bolívar, y otros personajes de renombre.
El centro de Valencia comprende 250 hectáreas en donde hay alrededor de 2200 inmuebles y 1100 son casas fichadas como coloniales.
Los límites del centro son: al norte la avenida Cedeño, al sur la avenida Lara, al este la autopista del Este y al oeste la avenida Fernando Figueredo.
De esas 1100 viviendas, Francisco Cariello Gubaira tiene información de al menos 800.
No es que me sepa la historia de principio a fin, pero tengo bastante información. Al menos de las casas más importantes sí puedo decir que tengo todo”.
El “casólogo”, de 49 años de edad, lleva prácticamente toda su vida dedicándose a recolectar información y tiene pensado escribir dos libros sobre Valencia y sus casas.
“Venezuela y, particularmente, Valencia están en un momento en el que todos quieren encontrar la identidad de la ciudad. El país sufre una crisis muy severa y eso hace que todo se haya desdibujado. Por suerte, las nuevas generaciones, gente como tú y otros que son jóvenes tienen interés en la historia y han desempolvado lo que otros de mi edad dejaron en el olvido”.
Pero Francisco Cariello nunca se permitió olvidar.
Un lazo de nacimiento
La conexión se remonta al haber nacido en una casa del casco histórico de Valencia, la número 104-49 ubicada en la avenida Díaz Moreno, entre calle Cedeño y Vargas. Más adelante Cariello Gubaira generaría un nexo con el centro de la ciudad que mantiene hasta la actualidad.
Desde los 3 años hasta los 10, pasé gran parte de mi vida en la casa de mis abuelos maternos. Era una casa colonial con dos patios, uno central y un traspatio. Ahí me dejaban desde mediodía hasta la noche”.
Pero no todo fue color de rosas: un día Francisco Cariello tuvo que decir adiós a la que él llamó “la casa de sus primeros anhelos” y cuando eso ocurrió sintió una punzada en su corazón. “Fue uno de los momentos más tristes que viví en mi vida”, explicó el experto. Cada vez que pasaba por la vivienda lloraba y aún luego de tantos años se le arruga el corazón.
En 1987 la casa fue demolida junto con otras cuatro. Pretendían construir dos torres de 30 pisos, pero no se concretó la obra.
Con el transcurrir de los años Cariello Gubaira vio con tristeza la decadente transformación del centro. Fue por etapas, primero en los 60, luego con más fuerza en los 70 y en los 80 todo se descontroló.
No importaba quién vivió en esas casas, ni qué ocurrió ahí. Había un boom modernista vinculado a la bonanza petrolera, pero este boom no se detuvo en historia, sino en generar dinero”.
El centro se despegó de sus raíces históricas para volverse un cúmulo de comercios sin relevancia.
La decadencia se tradujo en una migración masiva de las familias pudientes hacia el norte. “Esas familias se fueron y no volvieron más. No es literal, era como si el centro dejó de existir para ellos”.
El economista los culpa por no haberse preocupado de las casas de sus abuelos, ni por el contexto histórico que las envolvió.
Lejos de perder interés, este se intensificó, por lo que desde adolescente comenzó a coleccionar todo artículo de prensa que encontrara sobre dichas casas. “Llegó un momento en el que en mi hogar había una torre de recortes encarpetados”.
Tiempo después su papá le pidió de buena manera que le encontrara salida a esos papeles, una salida positiva. “Lo que hice fue sacarles copia”.
En la universidad, y tras una carrera fallida, optó por una nueva y se graduó de economista; su tesis estuvo enfocada en economía turística, la cual fue muy bien recibida. “Por desgracia, mi tesis no guardó vinculación con el centro de Valencia, porque es que el centro en aquel entonces no estaba en boga, a nadie le interesaba lo que había ahí”.
Ya con su título en mano este “casólogo” mantuvo su deseo de estudiar Historia, la carrera que su familia no le permitió cursar por una simple razón. “Es que eso no da plata”, repite Cariello Gubaira.
De nuevo en boga
Francisco Cariello Gubaira es un caminante nato. Disfruta de ir por las calles del centro viendo y recordando el pasado de cada casa y la nostalgia siempre lo golpea. “Me gustaría que el centro fuera más atractivo. Yo sé que no es posible un centro totalmente museístico, pero sí con más espacios atractivos, restaurantes, bares y demás”. Cuando lo dice recuerda sus visitas a Bogotá, Beirut y Roma y evidencia lo lejos que está Valencia de ser así.
Señala con orgullo que ha contribuido en esa conciencia colectiva hacia el casco histórico. “Eso empezó en el 2013 con la aparición de todas estas páginas que montaban fotos de Valencia, que si Valencia de Ayer, Valencia de Antaño y así otras más”.
Este grupo de amantes de Valencia compartía imágenes por Internet para recordar el pasado. “Iba Luis Heraclio y montaba tal casa y yo luego anexaba información. Esa casa está ubicada en tal sitio, entre calle tal y tal y ahí vivieron tal y tal familia. Luego llegaba el doctor Enrique Mandry, expresidente de la Academia de la Historia de Carabobo, y agregaba más. Era como una competencia por ver quién sabía más”.
Sin darse cuenta estaban reconstruyendo juntos la historia olvidada de la ciudad. Pero fue realmente en 2015 cuando Cariello empezó con más seriedad su labor.
“Una señora en una cola me dijo que una buena amiga seguía viviendo en su casa del centro”.
Se trataba de la soprano y experta en historia de la iglesia católica valenciana, Margarita Marrero. “Cuando toqué su puerta y me abrió ella me dijo: ‘Bienvenido de nuevo a tu casa y al centro, pero sobre todo a nuestra valencianidad’”.
Marrero ayudó a localizar a exactamente 40 familias provenientes del centro histórico. “Si quería escribir ese libro, necesitaba más información”. Por ende, utilizó sus recortes de periódicos ahora fotocopiados para tener una guía informativa.
Hice entrevistas e iba comparando datos, corrigiendo, anexando todo lo nuevo que me decían y verificando lo viejo”.
Con el pasar de los meses y años los datos fueron creciendo. “Para cada entrevistado me había comprado un blog y los llenaba, luego todo eso lo pasaba a computadora y comencé a hacer un mapa digital del centro con toda esa información”.
No obstante, el “casólogo” seguía insatisfecho. “Me faltaba algo y eso eran documentos, documentos legales”.
Los años siguientes Cariello Gubaira visitó los registros inmobiliarios para retroceder en el tiempo. “No es una tarea fácil. Son archivos que datan de 1800, algunos de hasta más atrás”.
En el registro inmobiliario lo conocen bien. “Yo creo que llegó un punto en el que me odiaron, pero tenía que llegar a la información primigenia, a la génesis del inmueble”.
Así fue como Cariello Gubaiara, bajo instrucciones de la Gobernación de Carabobo, llegó al origen de la casa del célebre escritor José Rafael Pocaterra. “Ese trabajo casi me hace perder los nervios. Fue todo muy rápido y yo trabajo siempre a mi ritmo, es decir, puedo ir tres días, luego perderme una semana y así”.
Por desgracia los registros no cuentan con las condiciones adecuadas. “Muchos de los trabajadores se enfermaron porque esos archivos son antiguos, tuvieron alergias por ácaros, pero es que no te dan tapabocas, tampoco guantes. Eso está lleno de polvo y el aire acondicionado no funciona”.
Hay casas que aún se le resisten en cuanto a la información. Una de ellas es la del antiguo presidente de Carabobo, Hermógenes López. “No tengo casi nada. La tarea se le dificulta porque la casa ya no existe, en su lugar hay un pequeño centro comercial de bajo estándar. Otras son las ubicadas en la calle Comercio. “Por fortuna, tengo toda la información de las casas importantes. He podido retroceder en el tiempo mediante documentos y eso me hace feliz”.
Ahora Cariello, junto con otros historiadores, tienen una sospecha: “Creemos y es muy probable que la Casa de Páez no haya sido construida por Páez, creemos que es mucho más antigua. Estamos investigando y necesitamos ir al catastro para hacer ese retroceso y llegar al primer documento. Esta casa no es de la época republicana y si lo descubrimos, será un gran avance, porque entonces eso significaría que estamos sentados sobre el suelo de una casa mucho más antigua que lo que siempre se ha creído y eso significa un cambio total en la historia de Venezuela, pero mucho mejor: en la de Carabobo, y yo formaría parte de ese cambio”.
La Casa de Páez está ubicada en la avenida Boyacá con calle Páez.
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