Desde hace cinco meses visita las barriadas con el objeto de propiciar la convivencia ciudadana. Reúne a niños y a grandes en salas improvisadas y les hace pasar ratos diferentes, alejados de los problemas y de la violencia que hay en las calles.

Caracas. “Si te paras feliz y con una sonrisa te irá bien ese día”. Con ese precepto de vida se maneja Edgar Pérez Brito, un hombre de barrio, nacido y criado en la parroquia 23 de Enero, que se propuso promover la convivencia ciudadana a través del cine.

¿Cómo lo hace? Según Pérez Brito para reunir a la gente del barrio se pueden hacer muchas cosas, desde un torneo de pelotica de goma hasta un sancocho.

Pero hay otras actividades que mantienen la participación e involucran a niños y grandes, sin distinción de credo, raza o color político.

Una de ellas es reunir a la gente alrededor de una película: “Y eso fue lo que hice. No es algo nuevo pues otras personas lo han hecho, esto de llevar el cine a las comunidades, pero con la situación actual muy pocos pueden ir en familia a ver una película. De ahí la importancia de esta actividad, pues ahora nosotros se las llevamos a su barriada”.

Hace cinco meses iniciaron la tarea con la proyección de tres películas por semana y ahora lo hacen a diario, debido a la demanda. Comenzaron con niños y adolescentes y pronto el público de la tercera edad se sumó a la movida.

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A partir de las 6:00 pm inicia la función.

“Si una madre no podía llevar a sus chamos a una sala de cine, imagínate unos viejitos. Ellos son más vulnerables aún y están más aislados. Por eso ahora les llevamos al diversión y ha sido una experiencia gratificante, pues sienten que los toman en cuenta y además salen de la rutina”, expresó.

Los cine club ahora están por todos lados: desde Los Alpes en la parroquia Caricuao, hasta El Estanque en Cochecito. Pérez Brito contó que inclusive llegaron a un ancianato y a un refugio en La Quebradita, parroquia San Juan. También lograron instalar uno con mucho éxito en la cancha del barrio San Pablito.

“Ese día las condiciones de seguridad no eran fáciles. Pero incluso se nos acercó una persona que dijo haber pertenecido a un colectivo y agradeció por la iniciativa. También varios muchachos que pertenecían a las bandas delictivas se acercaron y —conservando cierta distancia— vieron la película. Luego nos acompañaron caminando hasta la estación del Metro. Esas son las cosas que te dicen que estás haciendo algo por el bien de los niños y la juventud”, indicó.

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Los vecinos colaboran con el refrigerio.

Pérez Brito, quien en fue policía y estuvo destacado en varias comisarías de Caracas, es un hombre pausado y medido con las palabras, pues no quiere dar la impresión de ser el protagonista de la historia: “Esto es una labor social que hago, es como mi granito de arena, de demostrar que hay muchas cosas por las qué agradecer y por las que se puede pensar en un cambio. Yo no solo llevo el cine, también organizo actividades deportivas y culturales, como un sancocho en el barrio, y tengo un proyecto de dictar talleres en los sectores más vulnerables, pero un solo palo no hace montaña”.

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Con él trabajan otras cuatro personas que se encargan de la logística y la preparación de las salas. Los equipos se los presta una institución local; mientras los vecinos hacen un aporte con las chucherías, bebidas y taburetes, aunque en ocasiones él compra las cotufas para que no falten en medio de la velada.

La función se proyecta de 6:00 a 7:00 pm y son los líderes de cada comunidad quienes elevan la solicitud. Contactan a Pérez Brito y se organiza el evento que no tiene costo alguno.

“Ya no tenemos la cuenta de cuántos hemos hecho. Lo que sabemos es que son a diario y que cada día piden más. Las comunidades quieren que vayamos a recrear a los chamos. Solo piensa en esas horas que están sentados en ese compartir, son muchachos que no se están drogando, que no están robando, que no están deambulando por la calle. También son mujeres y hombres que están distrayéndose un rato, que no están pensando en comida y en las colas. Esos momentos son tan necesarios  y lo que quiero es que esto se multiplique y que cada día sean más las personas que participen”, comentó.

La labor social que hace este hombre también incluye llevar ropa a zonas de escasos recursos, no solo en Caracas sino en el interior del país. Recientemente estuvo en Margarita y en Guanare con estas obras de voluntariado.

Fotos: cortesía Edgar Pérez


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