El boleto para subir en teleférico hasta el Ávila cuesta Bs. 50.000, ida y vuelta. La remodelación del hotel Humboldt impide disfrutar en su totalidad el paseo sobre los 2000 metros de altura, debido a una reja metálica y funcionarios de seguridad que restringen el paso. El postre más económico se vende en 60.000 bolívares y en Galipán hay combos de pepitos, cachapas y sándwiches a partir de Bs. 270.000.

Caracas. Despejar su mente, alejarse del bullicio capitalino y disfrutar la naturaleza son cosas que desde hace varios años, conforme dio el paso de la adolescencia a la adultez, Arantxa Muñoz notó que podía disfrutar en el cerro El Ávila, más allá de consumir en cada puesto que haya, como otrora lo hacía.

Aun así, Arantxa, estudiante de Fisioterapia, lamenta que de vez en cuando no pueda darse sus “gusticos”, pues todo se ha vuelto inaccesible para sus bolsillos, salvo el boleto del teleférico, en el que trata de subir dos o tres veces al mes.

“En esos quince minutos de trayecto te alejas, por completo, de todo”, señala la joven de 22 años. Admite no ser fanática de las típicas subidas domingueras por Sabas Nieves, aunque a veces aprovecha su estancia en el famoso cerro del Parque Nacional El Ávila para irse a pie hasta el pueblo de Galipán con su novio o sus amigas.

Foto: Alberto Torres

A simple vista, el boleto para viajar desde la estación Maripérez hasta lo que, hasta hace unos años, era conocido como “Ávila Mágica” no es tan costoso si lo que se busca es pasar un momento distinto y libre del ajetreo de la ciudad: 50.000 bolívares, ida y vuelta.

Los olores a cochino, parrilla y shawarma se entremezclan con el del chocolate caliente, opción más accesible para degustar entre todas las que ofrecen los kioscos del paseo: de 60.000 a 150.000 bolívares.

Las fresas con crema, sin embargo, son las más buscadas por los turistas. Los comerciantes las venden entre 80.000 y 500.000 bolívares, dependiendo del tamaño, mientras que los paquetes de galletas artesanales y los suspiros caseros varían entre 100.000 y 150.000 bolívares.

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Foto: Alberto Torres

Quienes tienen sus puestos a lo largo del trayecto entre el Teleférico y el hotel Humboldt no escapan de la realidad económica del país. “Algunos días son buenos, otros son malos”, exclama una vendedora con más de quince años atendiendo su modesto kiosco.

Algunos, incluso, han cedido ante la moda de las chucherías importadas y ahora exhiben envases de Nutella junto a dulcería criolla como catalinas y tortas caseras, unos al lado de los otros.

Aquellos que buscan almorzar o cenar a más de 2000 metros sobre el nivel del mar pueden encontrar gran variedad de menús, con precios que distan mucho entre sí.

Mientras una parrilla para cuatro personas puede costar hasta 2 millones de bolívares en determinados sitios, otros locales más modestos ofrecen combos de sándwich más batido por 270.000 bolívares, tequeños en Bs. 70.000 y perros calientes en 150.000.

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Foto: Alberto Torres

Por su parte, tomarse una foto en la entrada del histórico hotel Humboldt dejó de ser posible para quienes visitan el cerro. El paseo de poco más de 600 metros que comunica ambos extremos del llamado paseo Ávila ahora se encuentra restringido, a partir de la entrada del hotel, por una reja metálica y guardias de seguridad vigilándola.

En enero, Nicolás Maduro anunció la intención de instalar un casino en el Humboldt que aceptara divisas y petros. El personal de seguridad que estaba en la entrada no confirmó ni desmintió que se esté construyendo el casino.

A su vez, la posibilidad de hospedarse en el hotel sigue siendo una incógnita, al igual que su inauguración, pese a que desde diciembre se nota un ambiente festivo y show de luces que parten desde la cima del Humboldt. A finales de 2019 el portal El Pitazo reportó que el precio de las habitaciones oscilaría entre 200 y 350 dólares por noche.

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La entrada al hotel Humboldt está restringida para el público en general y el personal que se encuentra allí no ofrece más información. Foto: Alberto Torres
¿Qué más se puede hacer?

El atractivo de la pista de hielo pasó a segundo plano debido a los precios. Quienes quieren patinar, durante veinte minutos, tienen que cancelar 200.000 bolívares por persona. Es por ello que muchos padres prefieren darles “carta en blanco” a sus chamos y dejar que se entretengan en el parque infantil que está justo al lado del teleférico.

“Uno viene más que todo a distraerse y alejarse de todo. Los niños a veces no se dan cuenta de que la pista está ahí porque ya ni se hace cola para entrar. Uno les da su fresa con crema o su chocolate y son felices”, exclamó Francisco Alvariado, sentado con su esposa en un banco mientras sus hijos corrían por la atracción.

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Foto: Alberto Torres

Otros, sin embargo, aprovechaban el clima y se iban caminando hasta el pueblo de Galipán, a 15 minutos del Ávila, y así se ahorraban los 60.000 bolívares o un dólar que cobran los choferes de jeeps que cubren la ruta por la vía pavimentada. Solo tienen punto de venta los fines de semana, por lo que durante la semana solo aceptan pago móvil y efectivo (bolívares o divisas).

Los conductores mencionaron a Crónica.Uno que el número de viajes ha disminuido, pero que aun así resuelven “con tres o cuatro viajes” que hagan durante un día de semana. “Los fines de semana son más fuertes, especialmente en la tarde”, indicó uno de ellos.

Cada viaje incluye de ocho a diez pasajeros, tanto de ida como de vuelta, aunque en ocasiones han tenido que partir hacia Galipán con menos de la mitad. De momento, los viajes hacia La Guaira no están disponibles, salvo que los usuarios coordinen directamente con uno de los conductores.

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Al igual que sus pares en la capital, los conductores deben sortear sus ingresos entre llevar comida a sus hogares y mantener las unidades. Foto: Alberto Torres
En Galipán hay más opciones

Una vez en el recóndito pueblo campestre del Parque Nacional El Ávila, como de costumbre, el personal de los restaurantes comienza a ofrecer sus menús y combos con el fin de atraer clientela.

En líneas generales, los precios son más atractivos que los que se ven en las cercanías del Teleférico. Con 400.000 bolívares se puede comprar una parrilla mixta individual con papas fritas, ensalada y yuca, o un combo de dos pepitos, tamaño regular, con papas fritas y bebidas.

En otros locales ofrecen parrillas familiares, que incluyen seis minicachapas y bebidas, a 1,3 millones de bolívares y tobos de diez cervezas en 575.000 bolívares. Cristina Andrade, anfitriona de uno de los restaurantes, señaló que la afluencia de clientes es más fuerte a partir de las 2:00 o 3:00 de la tarde y los fines de semana.

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Foto: Alberto Torres

De hecho, recalcó Cristina, muchos locales empiezan a funcionar a partir de los viernes, al igual que otros atractivos, como los paseos en caballo o las guías turísticas en Galipán.

Ante la escasa oferta turística en las cercanías de Caracas, golpeada por la crisis económica y de transporte, las personas aprovechan sus ratos libres para respirar aire fresco y disfrutar del Teleférico del Ávila, fundado hace más de sesenta años.


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