Protagonizada por Guillermo Francella, la serie argentina es una de las mejores historias disponibles actualmente en plataformas.

Caracas. Eliseo luce abnegado, educado y servicial. Es el encargado de un edificio de clase alta de Belgrano, una de las zonas más importantes de la ciudad de Buenos Aires.

Es una construcción antigua, pero elegante. Muy bien mantenida. Una pulcritud que luce desde afuera, y que se fortalece a medida que se conocen sus rincones. 

En la recepción está Eliseo, sonriente siempre ante la llegada de cada uno de los habitantes del lugar, un edificio en el que la vida en cada apartamento ha sido estudiada por el conserje. 

Ha trazado todo un diagrama de cada aspiración, desliz, dolor y travesura de los propietarios. Conoce sus costuras, y en el sótano ha establecido su base de operaciones. Desde ahí establece sus planes para mantener su estatus.

El encargado es una serie argentina que hasta ahora lleva tres temporadas. Disponible en Disney+, es protagonizada por el actor Guillermo Francella, responsable de encarnar a un personaje que va mostrando paulatinamente que no tiene límites para lograr sus objetivos.

El encargado
Guillermo Francella es conocido por películas como El secreto de sus ojos, El clan y El robo del siglo
Puesto en peligro

En la primera temporada el puesto como conserje de Eliseo peligra cuando un grupo de propietarios quiere modernizar el edificio. Encabezados por el abogado Matías Zambrano (Gabriel Goity), quieren instalar una piscina en la platabanda, lugar en el que está el pequeño apartamento dispuesto para el encargado.

Para poder concretar ese objetivo, debe haber una votación. De aprobarse, al conserje lo podrían despedir del cargo en el que lleva 30 años de servicio. Para la limpieza y demás oficios, contratarían a una empresa. 

Entonces, Eliseo comienza a mover su piezas para ganar obtener los votos necesarios que eviten el fin del lugar en el que se siente no solo a gusto, sino con estatus y poder. Pero no se trata de un poder jerárquico, sino de control de narrativas y de manipulación. Conoce tanto a los vecinos, se ha ganado la confianza de muchos, que los habitantes del edificio son usados como piezas de un ajedrez bastante siniestro, pues va demostrando poco a poco que no tiene escrúpulos.

Cuando se ve esa primera temporada de El encargado, se puede pensar que una vez finalizado el asunto de la piscina, no hay mayor margen de conflicto para el personaje, que extender la historia sería rebuscado.

La nueva

Pero en su segunda temporada, una nueva habitante genera un caos en el tenso equilibrio del edificio y en el control impuesto por Eliseo. La presidenta de una fundación benéfica llega con la intención de poner orden en un condominio en el que encuentra irregularidades. Nuevamente Eliseo alinea sus estrategias y se ve obligado a establecer alianzas inimaginables. 

El encargado
El vecindario en El encargado es aparentemente apacible, pero tras bastidores ocurre lo inimaginable

La tercera temporada de El encargado es la más inconsistente porque se vuelve ambiciosa en la extensión del personaje, pero no por ello deja de ser interesante. Ya en estos capítulos, Eliseo sobreseguro por su trayecto, busca expandir su control fuera del edificio, en una trama que ya agrega actores inesperados.

El encargado es creada por Gastón Duprat y Mariano Cohn, responsable de películas y series como El ciudadano ilustre (2016), Competencia oficial (2021) o Nada (2023). 

Es una historia sobre la vileza de un personaje que reconoce su falta de límites, sin ningún tipo de apego hacia el otro. Todo es calculado a su favor, con un claro resentimiento hacia su entorno, y con un afán inquietante por sentirse por encima del que es descubierto por él. Trabaja con disciplina por el control de la información y de los sentimientos. 

Apegado a su trabajo

El ambiente siniestro que genera su actuar es fortalecido por lo que representa su rol como encargado, alguien cercano a la vida íntima de cada uno de los habitantes. El hogar es el refugio y él es el extraño que con los años se ha ganado la confianza de muchos, quienes a pesar de ver ciertas características un tanto extrañas en su personalidad y rutina, aceptan su presencia por tradición y porque además no da muestra alguno de que incumpla la verdadera naturaleza de su presencia: la operatividad del edificio.

El encargado
Eliseo no deja a nadie fuera de su radio de acción, no importa si es pudiente o no

Eliseo sabe que cada uno está en su mundo, que no hay quien haga lo que él hace. Ya hay una licencia para ser amo de ciertas dinámicas del entorno. Guillermo Francella sostiene al personaje de principio a fin. Desde los primeros minutos de la primera temporada de El encargado se entiende que es un solitario que no está en sus cabales, que hay ausencias que no son necesariamente físicas. 

El encargado además usa esta sátira para subrayar los dilemas del comportamiento humano en muchos aspectos. Porque está claro que Eliseo es un tipo de atar. Pero también minuciosamente vemos en los vecinos parte de toda sociedad, en sus virtudes y falencias, en sus ambiciones, secretos, deslices y anhelos. También hay todo un discurso sobre las dinámicas de la vida política y social. Brevemente, pero con contundencia hilarante, hay toda una lectura sobre las ambivalencias de los gremios, la beneficencia, el activismo, el derecho y la condescendencia hacia los pobres.

Buena opción

Por momentos El encargado es descabellada en la resolución de sus conflictos, pero esa exageración casi alejada a ciertas lógicas se apega a ciertas maneras de actuar desde la vileza, en las que la manifestación puede surgir de lo más inesperado y absurdo. 

El encargado
Guillermo Francella asume un papel que por momentos da miedo, pero también mucha lástima

Una de las mejores series disponibles en plataformas. Una historia sobre la mentira como ejercicio de vida, un personaje que en su aparente debilidad conoce muy bien sus capacidades. Tanto así que en los pocos momentos de luces, llama a la contestadora de su casa para dejar mensajes que escuchará en la noche. Mensajes en los que se reprocha los límites que ha cruzado. En lo narrativo, un ejercicio interesante de dibujar un poco de conciencia en el que parece que perdió todo. 

El encargado es un thriller escalofriante por lo que representa su protagonista. Un conserje al acecho de la intimidad de unos vecinos pendientes de lo que deberían estar pendientes, sin sospechar que el peligro del mundo se concentra a pocos metros, en lo subestimado.

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