Los productores agropecuarios del Sur del Lago del estado Zulia exigen al gobierno nacional acelerar los trabajos de reparación del muro de contención en el kilómetro 43 debido a la entrada de la temporada de lluvia.
Maracaibo. La tragedia parece haber condenado para siempre a los productores y familias del Sur del Lago. El 22 de abril de 2022, la fuerza del río Zulia causó el peor desastre de su historia luego de romper el muro de contención en el kilómetro 43 de la carretera El Guayabo-Encontrados, a raíz de las lluvias.
Centenares de hectáreas productoras de queso, leche, carne y plátano quedaron bajo agua. Pero además, un gran número de familias perdieron sus casas y tuvieron que salir de sus barrios a refugios improvisados en condiciones deplorables, solo con lo que llevaban puesto. Los niños se quedaron sin escuela, perdieron el año escolar y buena parte de ellos, ante la falta de atención del gobierno regional, se vieron en la necesidad de salir de la zona.
De aquel día han pasado 17 meses y los intentos del Gobierno nacional por reparar el muro de contención han sido infructuosos. Este año el camellón, después de encauzar el río, ha cedido tres veces imposibilitando avanzar con la obra millonaria en la que los productores locales también han invertido con la esperanza de recuperar sus parcelas.
El tiempo amenaza
La desesperación de los habitantes de zonas como: Caño Caimán, El Guayabo, El Rull y Limones, cada día crece más ante la llegada de una nueva temporada de lluvias que amenaza con más fuerza, por eso exigen celeridad en los trabajos. Son 165.000 hectáreas productoras que siguen bajo agua.
No podemos entender el retraso en la obra que se está haciendo en el boquete del km 43, estamos angustiados ante la inminente llegada de la temporada lluviosa en la zona y aún no se han logrado terminar los trabajos”, dijo Mayte Cánovas, una de las agroproductoras afectadas desde Caño Caimán, donde tiene su unidad de producción totalmente inundada.
En ese mismo sector aún hay un refugio activo con más de 15 familias porque el nivel del agua no les ha permitido volver a sus hogares.
“Es muy poco lo que nos queda. Lo único que queremos es que esto se seque para ver que vamos a hacer. Tendremos que comenzar de cero porque a los pobres nadie los mira”, dijo una de las afectadas.
Un aliento que duró poco
En el mes de julio los habitantes del Sur del Lago pensaron que su pesadilla estaba a punto de terminar. Los trabajos de encauzamiento del río Zulia los mantuvo secos durante un par de semanas y todo parecía indicar que el boquete por fin se cerraría, pero el río volvió a crecer y una filtración alrededor del espigón los devolvió a la emergencia.
Cánovas explicó que los productores ya estaban haciendo algunos trabajos de recuperación de vialidad con sus recursos y otros habían comenzado a recuperar sus unidades de producción, cuando el agua los volvió a sorprender la mañana del 27 de julio.
Ahora todo es incertidumbre, porque sabemos que las lluvias de octubre se extienden hasta diciembre y son las más fuertes por eso le hacemos un llamado al Presidente Nicolás Maduro y al Ministro Néstor Reverol para que aceleren los trabajos, de lo contrario, todos los esfuerzos y el dinero invertido será en vano”, refirió la productora.
Pero la emergencia en el Sur del Lago no termina ahí porque en el sector Guasimales hay otro boquete que abrió el río Catatumbo en septiembre de 2022 y hasta la fecha ningún organismo ha sido asignado para su reparación. Este desbordamiento afecta directamente al municipio Colón sumando 75.000 hectáreas más inundadas.
“El boquete de Guasimales hace un efecto de represamiento en Caño Caimán y no permite que el agua descargue en la Laguna de Birimbay”, Explicó Cánovas.
Paralizados
Los habitantes del Rull y Limones han tenido que aprender a vivir con lo poco que el agua les dejó. El ambulatorio, la escuela y las viviendas están en ruinas.
“En la escuela terminamos de dar el año escolar cuando bajó un poco el agua, porque en las carpas que puso el ejército los niños no tenían baños y eran muy calurosas. Hay niños que viven en las parcelas y todavía tienen agua en sus casas. Los caminos están igual, derrumbados. Estamos igual que hace un año”, dijo una maestra de la comunidad El Rull.
A los habitantes del Sur del Lago del estado Zulia, lo único que les queda es seguir pidiendo ayuda porque ya han hecho todo lo humanamente posible por salir de esta situación que los ha convertido en un municipio empobrecido y arruinado después de ser llamados con orgullo, la despensa de Venezuela por su alto aporte a la alimentación del país.
“Queremos acciones, soluciones, porque los niños están enfermos, la gente se está muriendo de hambre porque no hay tierra para trabajar, todo está podrido y nadie termina de cerrar el boquete”, dijo María Guzmán, una habitante de Limones.
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