El Victorino Santaella es una de las últimas opciones para los pacientes de COVID-19

Ingresar a una clínica privada o a un hospital público se convirtió en un golpe de suerte para los enfermos con coronavirus en Venezuela. De recinto en recinto, algunos casos del Área Metropolitana de Caracas acaban en el hospital centinela de Los Teques. Consultados por Crónica.Uno familiares afirman que es una de las pocas instituciones que acepta pacientes con complicaciones por el virus.

Los Teques. Antes de que sus padres fuesen internados en el Hospital Victorino Santaella Ruiz, Freddy Azuaje recorrió cinco centros de diagnóstico integral y tres hospitales en Caracas en busca de dos cupos en la Unidad de Cuidados para pacientes de COVID-19. Relata que luego de un arduo día de rechazos, la madrugada del lunes 8 de marzo su padre fue admitido en el centro de salud centinela de los Altos Mirandinos, tres horas después su madre también.

A los días, la señora de 85 años falleció. Su hijo cree que su cuadro clínico se complicó, en parte, por la agitación que le provocó aquel recorrido entre centros de salud. Hace una semana, cuando el hermano de Freddy también presentó complicaciones por la enfermedad, no dudó en ingresarse en el recinto, ubicado a 29 kilómetros de Caracas.

Con los hospitales públicos y clínicas privadas al límite de su capacidad, residentes de la capital con síntomas asociados al virus diariamente llegan al Victorino Santaella con la esperanza de ser atendidos.

El pasado domingo, el mandatario Nicolás Maduro confirmó que Venezuela enfrenta su segunda ola de coronavirus. Hasta este martes, la cifras oficiales estiman que la nación cuenta con más de 150.000 casos de COVID-19. Caracas, epicentro de la pandemia en el país, suma 31.898 casos, le sigue el estado Miranda con 19.670 contagios confirmados.

“Caracas está colapsada”. Aun con seguro médico, Millary Vásquez no consiguió ingresar a su madre en una clínica en Distrito Capital, fue a tres instituciones privadas de la entidad y la respuesta siempre fue: “No hay cama disponible en estos momentos”. Otras pedían un depósito de mínimo 5000 dólares. Aunque tuvo la suerte de encontrar vacante en una clínica de Los Teques, el seguro venció a los cinco días, así que fue ingresada en el Victorino Santaella.

A diferencia de la madre de Millary, su padre no contó con la misma fortuna. Entre el 12 y 15 de marzo el hospital centinela estaba saturado con pacientes de COVID-19.

Fui al Pérez Carreño, al Domingo Luciani, al de Coche, llamé al Poliedro, pero me dijeron que no porque no tenían espacio. En el Victorino pedí cupo tres veces para mi papá, y nunca logré ingresarlo”, dijo.

Finalmente, con ayuda financiera de sus familiares optó por tratarlo en casa.

“La opción de ir de hospital a hospital era más desgastante que tenerlo en la casa. Cuando vinimos para acá esto estaba colapsado. Hace una semana abrieron piso 2 y piso 5, pero ya mi papá está mejorando. Estoy haciendo lo mismo que están haciendo aquí en el Victorino Santaella”, afirma Millary.

Tanto Freddy como Millary aseguran que sus parientes han recibido los medicamentos para tratar las complicaciones asociadas a la COVID-19, como mucho les piden una mascarilla de reservorio para el oxígeno. Pese a que viven en zonas retiradas de la capital se consideran afortunados de haber encontrado cupo para sus familiares.

En la última semana, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, habilitó dos pisos e instaló 30 camas para tratar a pacientes con COVID-19 en el Victorino Santaella. Ahora el hospital cuenta con tres pisos y una sala de emergencia para atender los casos graves y moderados por el virus.


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