El agua alcanza para tres meses, por lo que Hidrolago solo espera que las lluvias aumenten en agosto y septiembre para rellenar los embalses.

Alixel Cabrera / @AlixelCabrera

Maracaibo. Hidrolago reza para que vuelvan las lluvias y llenen de nuevo los embalses de Tulé, Manuelote y Tres Ríos. Y es que solo cuentan con 16 % de agua disponible, cantidad suficiente para abastecer al estado Zulia durante tres meses. La noticia llega a unos marabinos hastiados de las irregularidades en el racionamiento de 30 horas de servicio por 150 horas de interrupción.

Así lo asegura Marcelo Monnot, presidente del Centro de Ingenieros del Estado Zulia (Cidez). Aún con el ahorro que mantiene el Gobierno en la región, las cifras continúan demostrando la magnitud de la situación mientras los zulianos esperan lluvias para los meses de agosto y septiembre.

“En el tiempo que planteamos las soluciones, siguen las cuencas abandonadas, la guardería ambiental no ha asumido la vigilancia de protección de los bosques y siguen sin control las tuberías ilegales”, destaca el ingeniero. Critica que la región se encuentre en esta situación teniendo el Lago de Maracaibo, el reservorio de agua dulce más importante de Latinoamérica.

Rechaza que no se haya continuado el plan del embalse El Brillante, que garantizaría el vital líquido a Maracaibo junto con otros municipios del Zulia. Aprovechando el río Guasare, el proyecto podría proveer 25 metros cúbicos de agua, cuando la demanda de la capital del estado generalmente es de 12 metros cúbicos; por lo que alcanzaría para cubrir otras ciudades como San Francisco, Mara, Paez y Padilla.

En los municipios Valmore Rodríguez y Baralt acecha otra amenaza. “Ir al embalse Machango para el pelo porque los pobladores no respetan la distancia y han bajado todos los animales y ponen corrales para que los animales tengan agua”, asegura Monnot. Por lo que —insiste— ante la mirada de la hidrológica zuliana y la Guardia Nacional, se contamina la reserva con excremento, animales muertos, aguas residuales y negras.

Los marabinos también reportan esta alteración. Jhossly Quintero, peluquera del sector Don Bosco, se queja: le prometieron un esquema de racionamiento donde el servicio llegaría a su casa una vez a la semana y duraría dos días, pero rara vez se cumple. En ocasiones, tiene que esperar 15 días solo para ver agua turbia saliendo de sus tuberías.

“El otro problema es que llega ultra sucia; pongo ropa a lavar y queda sucia, con cosas negritas”, afirma. La fuerza del agua tampoco es la ideal para llenar los tanques que utiliza para almacenar lo que puede: “En mi casa somos muchos y hay una sola lavadora. A veces tengo que ir a casa de mi mamá a lavar la ropa mía y de mis hijos y todas las semanas me queda ropa sin lavar. Te podrás imaginar cómo me pongo cuando mis hijos tienen que usar pañales de tela y no tengo agua”.

El servicio de un camión cisterna tiene un precio de 10.000 bolívares y la recarga de botellones, 250 bolívares. Quintero no confía en ninguna de esas opciones y constantemente compra botellas de 600 mililitros de agua mineral por 170 bolívares para su ingesta.

Franchesca Vecchio, operadora de tienda y residente de un edificio, por lo que el problema se intensifica con un racionamiento interno para preservar las reservas. “Nada más tenemos media hora en la noche, y en ese tiempo tienes que correr para lavar platos, baños, bañarte y tratar de lavar ropa rápido. Sale con tan poca fuerza que si abres en el lavadero, no te abre en el baño y de paso, sale sucia, obviamente hay que dejar la llave abierta un rato porque sale marrón”.

Foto: Referencial cortesía Hidrolago


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