Empresarios aspiran a retomar formalidad en el comercio tras restablecimiento de las relaciones con Colombia

migrantes y refugiados venezolanos

En los últimos siete años el intercambio comercial cayó un 80 %. Los últimos años los pasos fronterizos han estado marcados por la migración de millones de venezolanos, que llegan incluso a pie hasta el país vecino. La búsqueda de bienes esenciales fue crucial para la población durante los años de escasez.

Caracas. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Colombia, luego de que este 11 de agosto se designaran embajadores, podría devolverle formalidad al intercambio comercial entre ambos países. En los últimos siete años el flujo de personas y de mercancías se vio afectado por la crisis política entre ambos gobiernos y, finalmente, por la ruptura de relaciones en 2019. 

El mandatario Nicolás Maduro nombró como nuevo embajador ante Colombia a Félix Plasencia, quien se desempeñó como canciller de la República durante el período 2021-2022 y también fue embajador de Venezuela en China entre 2020 y 2021. 

El recién electo presidente de Colombia, Gustavo Petro, también hizo la designación. Como embajador de ese país ante Venezuela estará Armando Benedetti, un comunicador social nacido en Barranquilla, que se ha desempeñado como senador (2006-2022); y presidente del Senado (2010-2011).

El intercambio comercial entre ambos países generaba en 2014 unos 2427 millones de dólares, de acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística Colombiano (DANE); antes de que Nicolás Maduro ordenara el primer cierre de las fronteras el 19 de agosto de 2015. 

Para 2021 el intercambio comercial se había reducido hasta llegar a $402 millones; una contracción de 83 % en los últimos siete años. Los últimos años los pasos fronterizos han estado marcados por la migración de millones de venezolanos, que llegan incluso a pie hasta el país vecino. La búsqueda de bienes esenciales fue crucial para la población durante los años de escasez.

Desde los gremios que producen hortalizas y empleos en el país reconocen que están en desventaja para empezar a competir con Colombia. Empezando porque la industria venezolana opera a 31 % de su capacidad, mientras que la colombiana a 80 %. Sin embargo, saben que el restablecimiento de las relaciones podría devolver formalidad y beneficios tributarios para aumentar el comercio en una frontera compartida de 2219 kilómetros. 

Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), dice a Crónica.Uno que Colombia tiene menos inflación y un maíz y harina precocida más barata que los de Venezuela, sin embargo, indica que los productores venezolanos podrían atender la frontera con cereales y con hortalizas.

“Ellos tienen mayor producción, mayor volumen. Hay muchas cosas que analizar. Estamos en desventaja eso sí, pero una cosa es que entre por contrabando y otra que entre por la vía legal, definir si van a pagar aranceles, si se pagará IVA”, explica Fantinel. 

Entre las deficiencias que enumeran los productores para competir con países vecinos están las fallas con el combustible, el deterioro de las carreteras, los cortes de electricidad. El presidente de Fedeagro dice que incluso para un industrial o para el sector agrícola deben pensar varias veces en asumir convenios de producción.

Hoy hay que pensarlo. No es fácil, Venezuela pende de un hilo, tenemos muchos muchos problemas, seguridad: todavía hay invasiones, hay mucha tela que cortar todavía en ese tema, indica el productor.

El comercio binacional entre Venezuela y Colombia durante el período enero-mayo del 2021 alcanzó la cifra de 121 millones de dólares, representando un incremento de 61 %, frente a los $75 millones correspondientes al mismo período del año 2020, según datos de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol). Si bien se recuperó es sigue siendo un monto muy inferior a lo que se generaba antes de la ruptura de las relaciones.

El presidente de Fedecámaras Mérida, Marcos Delgado, dice a Crónica.Uno que en los últimos años las divergencias políticas e ideológicas afectaron negativamente el proceso de integración económica entre ambos países, sobre todo, si se compara con los logros obtenidos en la última década en el marco de la Comunidad Andina de Naciones.

Para Delgado, el cierre trajo como consecuencia el cese de los actos formales de comercio, que se materializaban con el uso adecuado de las aduanas de ambos países, que les daban a las negociaciones la validez de los actos jurídicos, tributarios y económicos necesarios para que los procesos de facturación de las mercancías tengan un carácter formal y ajustado a las normativas contables de ambos países.

“Al cesar la formalidad apareció entonces la informalidad, como un proceso que dominó las relaciones comerciales desde agosto 2015 hasta esta fecha. La informalidad perjudicó en principio a ambos gobiernos. El cierre de las aduanas no permitió recaudar los aranceles que tenían que cancelar los exportadores e importadores”, dice. 

Delgado señala que Fedecámaras y el resto de las organizaciones empresariales ven con interés las declaraciones de ambos países. Por lo que espera que el encuentro el próximo 18 de agosto en Cúcuta permita afianzar la integración económica.

En esta reunión estarán presentes representantes de los gobiernos de Venezuela y Colombia, gobernadores, alcaldes, ministros, así como representación de las organizaciones empresariales de Venezuela y Colombia.

“Debemos entender que no es un proceso fácil. Muchas cosas han cambiado desde 2015, las condiciones del comercio internacional vigentes para la fecha de cierre de fronteras hoy no son aplicables. El mundo ha cambiado mucho en los últimos años. Y hay muchas nuevas opciones y dinámicas, que son las que darán las pautas para el funcionamiento del comercio internacional”, advierte el arquitecto Marcos Delgado. 

Para el gremio, el avance de los procesos de formalización comercial serán lentos, y progresivos y apuntan que Venezuela más que Colombia necesita desmontar muchos cuellos de botellas, decretos y leyes, que tendrían que ponerse a tono con la nueva dinámica comercial.


Participa en la conversación