Para Yolanda, una madre primeriza, es tradición el uso de las luces de bengala porque cuando era niña su abuela se las compraba. Sin embargo, no todos lo consideran una tradición por las implicaciones que puede tener el uso de la pólvora. Las personas con discapacidad y las mascotas son los más afectados.

Caracas. Yolanda Parra* le compró estas navidades a su hijo, de cuatro años de edad, algunas cajas de luces de bengala porque las considera inofensivas. Compró los fuegos artificiales con unos comerciantes informales en la parroquia El Paraíso. 

Para la madre primeriza es tradición el uso de las luces de bengala, aunque no está de acuerdo con el uso de otros juegos pirotécnicos. De pequeña su abuela se las compraba, las usaba dentro de la casa, o en el estacionamiento de su edificio, y nunca sufrió ningún accidente. Contó que religiosamente esperaba las lucecitas para darle la bienvenida al nuevo año. 

En muchos países del mundo, como Venezuela, los juegos pirotécnicos son parte de las tradiciones de fin de año. El grupo venezolano Maracaibo 15 tiene una gaita llamada El Cañonazo, en la que hacen referencia a esto. …dame un abrazo, van a dar las 12 y va a sonar el cañonazo.

El cañonazo marca la despedida del año viejo y anuncia la llegada del año nuevo y los abrazos no se hacen esperar entre los familiares que se dan el feliz año nuevo. Sin embargo, no todos lo consideran una tradición por las implicaciones que puede tener el uso de la pólvora, mientras que unos gozan otros sufren, como las personas con discapacidad y también las mascotas. 

Un cabo de los Bomberos del Distrito Capital, quien pidió no ser identificado, explicó que todo lo que tenga fuego es peligroso, más cuando hay una mala manipulación. Se considera que las conocidas “cebollitas” y las luces de bengala tienen menor riesgo de accidentes, sin embargo, no deben ser utilizadas por menores de edad sin supervisión, pues pueden provocar quemaduras e incendios. 

Mientras que Gabriel D’Andrea, exdirector de Protección Civil del Municipio Sucre, en el estado Miranda, añadió que la manera adecuada de usar la pirotecnia con menores de edad es bajo la supervisión de un adulto consciente y en lugares abiertos. 

Foto: Crónica Uno

En la parroquia 23 de Enero unos vecinos reclamaron a los padres de un grupo de niños que arrojaron fosforitos a la parte de adentro de su casa, la madrugada del 25 de diciembre. Los menores de edad jugaban con la pirotecnia sin la supervisión de un adulto. Los afectados notificaron al consejo comunal y aseguraron que tomarán cartas en el asunto.

Otra vecina de esta parroquia mencionó que los juegos pirotécnicos para ella son una tradición “horrible” que genera repercusiones irreversibles y accidentes en fechas que deberían ser de celebración. En el 23 de Enero, como en otras zonas de Caracas, también usan armas de fuego para celebrar la llegada del año nuevo.

La madrugada del 1° de enero de 2020 una bala perdida impactó en la cabeza de María Dominga Fernández. La  mujer estaba reunida con sus parientes en la terraza de su casa, ubicada en la zona E del 23 de Enero. Los familiares aseguraron que es normal que por esos lares se escuchen detonaciones de armas de fuego y cohetones después del cañonazo.

Los comerciantes informales se han desplegado en la Gran Caracas para vender todo tipo de fuegos pirotécnicos. D’Andrea mencionó que en la mayoría de los casos la venta de pirotecnia es de manera clandestina en establecimientos sin supervisión.  

Según D’Andrea la pirotecnia consta de dispositivos explosivos que generan flamas y chispas de colores al entrar en combustión. Estos dispositivos son conocidos como fuegos artificiales y son empleados en exhibiciones y festejos.

Los entes encargados de velar por la seguridad con estos explosivos son los bomberos y la Dirección de Armas y Explosivos de las Fuerzas Armadas (DAEX) que garantizan que la fabricación del producto cumpla con las normativas y que estos no estén vencidos, cosa que también puede significar un riesgo. 

D’Andrea explicó que es importante que la compra de estos productos sea en lugares que cumplan con la permisología necesaria y que bajo ninguna circunstancia se le venda a menores de edad. 

Según el artículo 262 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna) quien venda, suministre o entregue a un adolescente fuegos artificiales, será penado con prisión de tres meses a un año. Si la venta, suministro o entrega se hace a un niño o niña, la prisión será de seis meses a dos años. En estos casos, según la gravedad de la infracción, se podrá imponer igualmente el cierre del establecimiento hasta por 10 días.  

El cabo de los bomberos, por su parte, dijo que la venta de pólvora es como el licor, no debe suministrarse a menores de 18 años, pero los padres muchas veces son los que adquieren el producto como un tranquilizante para los menores de edad. 

Escucho mucho que los padres dicen vamos a comprarle esto para que se queden tranquilos y yo tomarme mis cervezas en paz.

Foto: Crónica Uno
Inspección de los bomberos 

El cabo de los bomberos de Caracas explicó que hacen inspecciones de riesgo en los lugares donde venden pirotecnia y mencionó una serie de normativas con las que se deben cumplir:

  1. Pagar los impuestos al gobierno municipal 
  2. Un lugar adecuado para el almacenamiento de estos explosivos 
  3. Tener extintores 
  4. Señales alusivas a que en el espacio hay explosivos y las normativas para permanecer en el lugar (no fumar)
  5. La carga no debe ser mayor a dos pulgadas de pólvora. Se puede vender un cohetón de colores pero no morteros, pinochos, matasuegras o tumba ranchos.

Miranda* tiene un Golden de nueve años llamado Luna, que se esconde al escuchar las detonaciones pirotécnicas. Sin importar en que lugar de la casa esté corre hasta su cama y se lleva todo lo que se le atraviese a su paso. Recordó que cuando era solo una cachorra la cargaban y la abrazaban ante algún ruido fuerte, pero con el pasar del tiempo su gran tamaño le impidió hacerlo.

El veterinario Otto Alvarado explicó que las detonaciones pirotécnicas generan un cuadro de estrés importante en las mascotas, que podrían generar problemas intestinales, taquicardia, colapsos e incluso la muerte. 

En líneas generales las mascotas tienen mucho temor, temblores involuntarios y dificultad para caminar. Todos estos síntomas son consecuencia del estrés sónico. 

Alvarado explicó que las mascotas tienen más sensibilidad auditiva que los humanos. Los perros escuchan tres veces más que un humano, mientras que los gatos escuchan cuatro veces más que el perro.

Foto: Crónica Uno
Es necesario educar a la mascota 

Miranda encierra a su perra Luna en el cuarto más céntrico de la casa para evitar que tumbe algo o a alguien. Así también disminuye un poco el ruido exterior, sin embargo, la mascota llora al menos los primeros 10 min porque quiere que la saquen de la habitación.

El año pasado casi hace caer a mi abuela, porque Luna se desespera por esconderse, dijo su dueña.

Alvarado recomendó educar a las mascotas para que pierdan el temor a los fuegos artificiales, pues es un hecho que en las fiestas difícilmente se puede cambiar. 

El proceso se llama desensibilización progresiva y a partir del 1° de enero se tienen 11 meses para educar a la mascota. 

El veterinario hizo énfasis en que no se debe abrazar a la mascota luego de una detonación o de un ruido fuerte, pues esto solo genera inestabilidad emocional, en consecuencia no sabe cómo resolver su cuadro de ansiedad. 

Por el contrario hay que mostrarle que no está pasando nada malo, celebrarlo y mostrarle que él puede resolverlo.

Prevé un accidentes 

La prevención comienza en casa y las mejores formas de utilizar la pirotecnia según D’Andrea son: 

  1. Bajo la supervisión de padres, madres, representantes o responsables
  2. Lejos de la vegetación 
  3. Alejado de almacenamientos de combustibles 
  4. La pólvora se debe adquirir en puestos autorizados con la permisología necesaria y también se debe estar atento a la fecha de caducidad de los productos. 

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