De las 213.000 personas que se decantaron por la entidad como lugar para pasar el asueto, 48,5 % es residente de Anzoátegui, factor que, a juicio, del director de Turismo del estado, Gilberto Román, deja en evidencia la grave crisis que afronta el país y el cambio en la conducta del turista.

Barcelona. “Nosotros no estamos para fiestas o celebraciones, respetamos a todo aquel que nos escogió como destino en estos Carnavales y pese a toda la grave situación que vive el país, podemos tirar cohetes”, así resumió el presidente de la Corporación de Turismo del estado Anzoátegui (Coranztur), Gilberto Román, el desarrollo del asuento en la entidad.

Poco más de 213.000 personas escogieron a Anzoátegui como destino para el disfrute de las festividades, es decir, 20 % menos, si se compara con los 266.759 visitantes que estuvieron en la región durante el mismo periodo de 2018.

Para Román, independientemente de donde se traslade, todo aquel que disfrutó de las bondades de la entidad es considerado como turista, por lo que las encuestas que el equipo de Coranztur realizó durante los días de asueto, les permitió identificar nuevas conductas o variables en cuanto al tipo de viajero que estuvo por la entidad.

Por ser Anzoátegui un estado donde el turismo de sol y playa es su principal fuerte, la zona norte de la entidad es el lugar donde se concentra la mayor cantidad de expedicionarios gracias a su línea costera. Según las encuestas realizadas por la dirección de turismo, 48,5 % de los 213 mil visitantes fueron residentes internos que optaron por el mar y la arena.

“La situación ha llevado a nuevas conductas del turista, fíjate que el turismo interno fue la predominante en estos carnavales, la mayor procedencia de turistas foráneos fue de Caracas con un 15,96 %, aquí se registró una baja importante porque la ciudad capital aportaba 30 % de los visitantes externos para esta fecha, luego le siguen Bolívar con poco más del 9 % y Monagas con 7,28 %”, refirió.

Aunque hay otro tipo de alojamiento que les da cierto respiro, si depender de una temporada fuese clave, la mayoría de los hoteles de Anzoátegui tendrían que haber cerrado sus puertas tras el final de los carnavales. Román refirió que la crisis del país ha afectado de tal manera al turismo, que apenas un 1,98 % de los visitantes solicitó hospedaje en estos, y, apenas 0,75 lo hizo en las tradicionales posadas.

“68,29 % de las personas que llegaron al estado se quedaron en casa de amigos o familiares, 8,25 % lo hizo en casa propia y 18 % que vino, disfrutó de la playa y regresó hacia su destino. Aquí ves como las conductas del turista han cambiado, muchos nos dijeron que ya hasta viajan con grupos reducidos y no como antes que hasta una familia de 20 personas podía venir, ahora no, el promedio de personas por grupo familiar fue de tres integrantes”, aseveró.

Román sostiene que desde octubre de 2017, han trabajado para levantar una data real sobre el turismo en la entidad.

Destrucción y demandas

Al estado Anzoátegui se puede llegar por tres frentes: aire, tierra y mar. Sin embargo, la primera postal que ve el turista al momento de llegar a la entidad por cualquiera de esas tres opciones es desidia.

No hace falta ser físico matemático o un analista experto para saber que esto es un desastre, mira cómo está este aeropuerto, no tiene ni paredes, esto lo dejaron prácticamente en el abandono, como tú explotas el turismo así, si yo fuese un visitante extranjero pido me regresen por donde vine, así lo indicó Eva Martínez, quien arribó al estado en un vuelo procedente de Maiquetía.

En 2014, durante el periodo como gobernador de Aristóbulo Istúriz, se ordenaron una serie de trabajos de ampliación y remodelación de la fachada principal del aeropuerto José Antonio Anzoátegui. Hoy apenas se aprecian una serie de vidrios templados en lo que anteriormente era una pared y el esqueleto de una infraestructura que nunca se levantó.

“El aeropuerto está lejos de cumplir con estándares de calidad que lo eleven a internacional, no hay confort, no hay seguridad y no hay conectividad. Es triste que se hayan comenzado obras civiles y se hayan dejado abandonadas, ni hablar del terminal de pasajeros de Puerto La Cruz, y mucho menos del terminal de ferrys, son obras que simbolizan la corrupción en este estado. Como organismo hemos exigido al Gobierno Nacional que estos espacios, que son de su competencia, tengan las condiciones mínimas para recibir a los temporadistas, no estamos pidiendo nada extraordinario, son cosas normales en un país donde priva el sentido común, pero parece que no quieren hacerlo”, dijo Román.

El funcionario también se refirió al tema de las gabarras encalladas en las costas de Píritu, e instó a Pdvsa a moverlas cuanto antes.

“Desconocemos que hay en esas gabarras y el daño que pueden hacer en las costas de Píritu, es competencia de Pdvsa, esto es muestra de lo indolente que es el régimen, eso afecta a las costas de un municipio turístico como Píritu, llevan ya dos semanas ahí y no le importa a nadie”, concluyó.


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