En Cumaná los consumidores se quejan de los altos precios de los alimentos 

alto precio de los alimentos

Los consumidores advierten que el nuevo control de precios traerá más bachaqueo y escasez. Extrañan a los buhoneros porque representan un “resuelve”.

Cumaná. En un recorrido por el centro de Cumaná se observó a hombres y mujeres caminando cabizbajos y con paso apresurado buscando desconcertados cómo resolver el día. “Ya uno no sabe qué puede comprar”, comentaron algunos. Es que los altos precios de los alimentos representan cada día un reto para los consumidores.

Llegar al centro de la ciudad en plena cuarentena se vuelve un trajín.  A duras penas, unos lo logran porque pudieron tomar un autobús que, por suerte, es de las pocas unidades de transporte público que han podido cargar combustible.

A otros no les queda otra “y paticas pa’ que te tengo, a caminar se ha dicho”. Esa es la opción: caminar hasta el centro y bajo un sol inclemente en una de las sequías “más bravas que hayamos tenido”, dijo Juvenal Gómez, de 68 años de edad, que se viene al centro desde La Panamericana “caminandito”.

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La gente soporta largas colas para abordar una unidad de transporte público. Foto: Mónica Salazar

El desabastecimiento de gasolina y las restricciones propias de la cuarentena han limitado la movilización de las personas, pero no han sido impedimentos para salir a buscar “el bocado de comida diario”.

Muchos caminan largas distancias a pesar del riesgo de la COVID-19, pero, cuando ya se registran casi 50 días de confinamiento, consumidores coinciden en que no se pueden quedar en casa sin comida: “Aunque sea poco lo que se pueda comprar, hay que salir a la calle”.

Convencidos de que no tienen otra opción más que salir a buscar el sustento de la familia, pese al alto precio de los alimentos, la gente llega al centro de Cumaná como sea, aunque después tengan que soportar varias colas en las paradas de transporte público para sortear un puesto y poder regresar a sus hogares.

Así estamos, dijo Rosa Marcano, una joven que limpia casas por día y cada vez tiene menos clientes, porque sus contactos “ya no pueden tener el gasto extra que significa una persona de servicio”.

Marcano agregó: “Es desesperante ver el aumento exagerado de los precios de los productos y no hay quien controle esas subidas de precios que se dan a diario incluso con diferencia de horas. En la mañana tienen un precio y la tarde otro, es una verdadera locura”.

Sin buhoneros

Con la cuarentena y la regulación de sectores priorizados, tanto la calle Bermúdez como la Mariño, pulmón comercial de Cumaná, están despejadas de buhoneros. Los consumidores hacen colas en las puertas de los establecimientos esperando poder entrar para aprovechar alguna oferta. Algunos usan tapabocas, pero no respetan el distanciamiento social preventivo por el coronavirus.

A Maritza Ruiz, que caminó desde la urbanización Bermúdez, comunidad cercana al centro, le preocupa que mucha gente no usa el tapabocas y además andan con niños. “Aquí lo que le importa a la gente es encontrar qué comer, porque ya ni el Clap alcanza, cada vez son menos productos y de menor calidad”, aseguró.

Con el centro despejado, en medio de esta cuarentena, los comerciantes informales son una opción para el común de las personas. “Con los buhoneros uno resuelve”, dijo Elaine Guzmán, una maestra de educación inicial. Los vendedores informales a veces son una opción frente al alto precio de los alimentos.

Para Guzmán es vergonzoso confesar que extraña a los buhonero. “A veces tienen mejores precios y venden por gramos lo que estés buscando, hasta la leche la venden en bolsitas. Los maestros estamos en condición de mendicidad”, sentenció.

Precios acordados

Según muchos consumidores, el Ejecutivo nacional aprobó y publicó una lista de precios acordados de 27 productos que al final del día superan los expuestos en los anaqueles de los comercios.

Hubo quien se tomó la tarea de sumar los costos de algunos artículos de la “lista acordada” y el total supera el recién decretado sueldo mínimo de 800.000  bolívares.

La mayoría de los consumidores calificó de “estafa” la nueva lista de “precios acordados” del Gobierno.

Tan solo con el kilo de leche en polvo, con un precio acordado de 885.778,40 bolívares, ya el consumidor no tiene chance de adquirir otro producto. Y si optara por un cartón de huevo, por 596.197 bolívares; un kilo de arroz, a 195.893,30 bolívares, y un kilo de caraotas, por 148.197,54 bolívares, superaría la barrera de los 900.000 bolívares.

En ese caso, Adolfo Gil, mecánico de oficio, advirtió: Ese control de precios lo que traerá es más bachaqueo. Van a desaparecer los productos de esa lista y los consumidores nos iremos a morir de hambre.

Además, aseguró que, a pesar de las fiscalizaciones, los comerciantes continúan vendiendo los productos con un alza que supera 50 % y hasta 80 % del monto establecido.

Sobre la cotización del dólar y el bachaqueo de la gasolina, Gil añadió: “Pareciera que no se dan cuenta del impacto del bachaqueo dolarizado de la gasolina en el costo de la distribución de los alimentos. Al final el más afectado es el ciudadano de a pie”.

Fiscalizando andan 

Con el inicio del Plan Nacional de Fiscalización y Control de Comercios, en Cumaná funcionarios de la Alcaldía del Municipio Sucre, Sencamer, Suddes, Defensoría del Pueblo, Sunagro y Comercio Nacional, junto con la milicia y efectivos de la policía municipal, visitaron más de 30 establecimientos comerciales en toda la capital.

En el recorrido por varios comercios de la ciudad, Jhony Mago, Superintendente del Servicio de Administración Tributaria de la Alcaldía del Municipio Sucre, indicó que la jornada se realizó para “atacar la especulación y la usura en la venta de los productos básicos”.

Se inició con una revisión y medición de inventario, para lo cual se constituyeron unos equipos que levantan una memoria fotográfica de la mercancía en existencia, por lo cual exhortó a los comerciantes a prestar todo el apoyo y colaboración a los funcionario que están realizando el proceso de fiscalización.

Asimismo, indicó que dentro de la anomalías que encontraron en la supervisión destacan comercios sin la debida permisología para funcionar, establecimientos sin la correspondiente patente de industria y comercio, locales con morosidad fiscal, mientras que en otros casos se comprobaron ganancias por encima de 30 %.

Resaltó el superintendente municipal que los negocios que hayan permanecido abiertos y ahora decidan cerrar sus puertas se les retirará la licencia de su actividad comercial.

Las jornadas de Fiscalización y Control de Comercios continuarán en los 15 municipios de la entidad y ya está dispuesta una Sala Situacional del Ministerio de Comercio para atender denuncias de especulación y usura, y podrán comunicarse a través del 0412-4643290.


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