En el Liceo Key Ayala de Prado de María solo hay seis profesores para atender a 690 estudiantes

Antes de la pandemia de COVID-19 trabajaban 27 docentes en la Unidad Educativa Santiago Key Ayala, ubicado en la parroquia San Pedro. Su director, Ismael Pérez, exige a la Zona Educativa incorporar al menos 20 educadores el próximo año escolar.

Caracas. Al entrar al salón de primero año “A” aproximadamente 30 estudiantes se ponen de pie al lado derecho de sus pupitres y dan los buenos días en una sola voz. Están en la clase de Arte y Patrimonio del profesor Fernando Viloria, uno de seis docentes que dan clases en la Unidad Educativa Santiago Key Ayala.

Después de recibir la instrucción toman asiento, intrigados por la presencia de la prensa. El profesor Viloria les explica: Han venido tras un llamado de emergencia del director del recinto para que documenten las condiciones en las que reciben clases los más de 690 alumnos.

Crónica Uno les preguntó a los jóvenes: ¿Qué les gustaría que mejorara en su liceo? Entre murmullos, varios responden “que haya más maestros”.

Hay personas como yo que por lo menos les gusta la Matemática y aquí no tenemos profesor que la dé, profundizó una adolescente de 13 años.

Por el déficit de docentes, los jóvenes asisten tres veces a la semana para ver en total cinco clases. Para ellos, cada curso está a la mitad, pues ven dos horas por materia en lugar de cuatro, pero a Viloria su labor docente le ocupa toda la semana.

El profesor Fernando Viloria tiene 14 secciones en el Liceo Key Ayala | Foto: Tairy Gamboa

Entre las materias Arte y Patrimonio; Historia; Geografía y Ciudadanía, Viloria dicta a la semana 28 horas lectivas. Enseña artes a las cuatro secciones de primer año y las cuatro de segundo año, y las de ciencias sociales a la mitad de primero y todas las de segundo.

El liceo, ubicado en Prado de María, parroquia San Pedro, en Caracas, acarrea la emergencia por la disminución de la plantilla de trabajadores desde 2019. Antes trabajaban 27 docentes en el plantel. El actual director, Ismael Pérez, explicó que ese año trasladaron a la antigua directora a otra unidad y consigo pidió el cambio de casi 20 profesores. Casi a la par se jubilaron otros dos profesores.

El miedo ante el nuevo año escolar

Los ojos de Ismael Pérez parecen inyectados en sangre, el iris color café tiene un borde azulado y la esclerótica está casi completamente roja. Tiene presbicia, pero no le impide cumplir con sus obligaciones y las labores extra que asumió. Pasa 13 horas al día en el liceo Key Ayala, incluyendo los fines de semana, porque no tiene vigilante para las tardes; además de ser el director, da clases a 360 alumnos.

Liceo Key Ayala
Los estudiantes del Liceo Santiago Key Ayala van de dos a tres veces por semana. | Foto: Tairy Gamboa

Según Pérez, la crisis generada por la insuficiencia de personal docente se evidenció en el presente año escolar. El pasado 25 de marzo, el gobierno de Nicolás Maduro ordenó el inicio de clases presencial luego de dos años de confinamiento por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, el Ministerio de Educación no acondicionó las instituciones.

“En realidad me da miedo comenzar el nuevo año escolar con seis profesores y que venga una matrícula superior a los 690 estudiantes”, confesó Pérez.

Está nervioso porque se presente una situación de hostigamiento entre alumnos, por ejemplo, y que el personal sea insuficiente para controlarlo.

Cinco aulas del piso superior están inhabilitadas por filtraciones | Foto: Tairy Gamboa

“La dirección y los profesores son los culpables según las nuevas leyes que están saliendo. Si el muchacho pelea, va preso el director”, expuso, en alusión al proyecto de Ley para Prevenir, Sancionar y Atender el Acoso Escolar.

Trabas en la Zona Educativa

Pérez responsabiliza a la Zona Educativa por las trabas impuestas para incorporar a nuevos docentes. Aunque la Federación Venezolana de Maestros proyecta que más de 100.000 docentes han migrado debido a la crisis económica, el director tiene una lista de 10 docentes interesados en trabajar en el Key Ayala.

“Los profesores se fueron porque preferían trabajar con la otra directora, que no sé qué enlace tiene para mover a tantos de acá”, comentó en un principio. “Yo doy clases medio tiempo y uso algunos días para hacer postulaciones.”

Hasta ahora, Zona Educativa ha rechazado sus solicitudes por “razones necias”. Han tenido voluntad de entrar dos docentes jubilados, pero se les han rechazado porque el Ministerio de Educación no consigue las resoluciones administrativas en donde se les otorgó la jubilación respectiva. Por otro lado, la oficina pública se ha negado a aceptar estudiantes.

“Tengo una maestra integral que podría dar Castellano y Biología. En cinco o seis oportunidades se trató de darle entrada y no se pudo”.

El profesor Viloria es jubilado de la industria cultural | Foto: Tairy Gamboa

Pérez aseveró que “el trámite para entrar es difícil, y cuando lo logran el docente está hasta cinco meses sin cobrar y se cansa”, razón por la cual ha perdido a otros candidatos.

Ni una lágrima de amor

El liceo de Prado de María es una de los pocos institutos públicos construidos en ladrillos. De no ser por la cantidad de vegetación sin podar, que supera la altura de las jardineras de la entrada, al ver la fachada bajo la luz del sol, pasaría insospechada la oscuridad de adentro.

La iluminación está a la mitad porque han pedido que los padres donen bombillos usados de sus casas. Pérez afirmó que la institución que usa el plantel en el turno de la noche no puede dar clases.

El profesor Víctor Jiménez afirmó que los pocos bombillos son donaciones de los representantes | Foto: Tairy Gamboa

Además, 690 estudiantes hombres y mujeres comparten un baño que no tiene lavamanos. Esto debido a un problema con la tubería, que a su vez causa “filtraciones por donde quieras”, lamentó el docente.

Cinco aulas del último piso están inhabilitadas. De no ser porque la institución en realidad tiene una capacidad para alojar a 1600 estudiantes, se reduciría el espacio para dictar clases.

Solo hay un baño habilitado para estudiantes de ambos sexos y no tiene lavamanos.| Foto: Tairy Gamboa

La administración chavista había prometido recuperar las instalaciones de las escuelas después de dos años de inoperatividad por la pandemia. Para esto se reimpulsaría el programa Una gota de amor. No obstante, el liceo Key Ayala no ha recibido “ni una lágrima de amor”.

Pérez reportó que la Alcaldía del municipio Libertador dejó siete baldes de pintura y él tuvo que convencer a la comunidad de pintar el colegio, porque el gobierno local no proveyó los obreros.

La tubería que afecta todas las filtraciones del plantel se rompió hace más de siete años | Foto: Tairy Gamboa

El director aclaró que el problema con las filtraciones no es reciente. Desde hace siete años se presentó la contingencia con una tubería rota.

“Es como que hubiesen querido que esto decayera a propósito”, se desahoga el docente.

Sin recursos pedagógicos

Luego de restar los 20 profesores, la antigua administración dejó al liceo sin computadoras y tampoco tienen material pedagógico deportivo, detalló el docente Víctor Jiménez.

Jiménez es egresado de este bachillerato hace varias décadas. Estudió en los mejores años de la institución cuando la matrícula era de casi el triple de alumnos, quienes recibían anualmente educación de calidad. Ahora como docente trabaja de lunes a sábado en tres cargos distintos: director de Control de Estudios; supervisor del Servicio de Labor Social y profesor de Educación Física de ocho secciones.

El liceo tiene una capacidad histórica de alojar 1.600 estudiantes, pero en la actualidad estudian 690 | Foto: Tairy Gamboa

Debido a que la institución no cuenta con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), el docente usa las mesas del comedor para sus clases de deporte, junto con las mesas de ping pong. Pese a su esfuerzo e ingenio, admite que no puede dictar lecciones de gimnasia artística, tal como establece el cronograma, porque no tiene el material. Solo cuenta dos balones y mallas.

El espacio central del plantel se usa para las actividades de deporte | Foto: Tairy Gamboa

Jiménez aclaró que el liceo debería ofrecer una selección por cada deporte como actividad extracurricular, pero debido a que solo él y otro docente trabajan en el departamento de Educación Física, estas actividades están suspendidas.

Por otro lado, le preocupa que puedan ocurrir accidentes en la cancha deportiva por falta de mantenimiento. La directiva, que lo incluye, ha intentado establecer convenios con colegios privados para cederles el espacio a cambio de que lo remocen, pero no han concretado la alianza.

La directiva ha intentado rescatar la cancha por medio de alianzas con institutos privados, pero no ha concretado esta acción conjunta.| Foto: Tairy Gamboa

Los docentes afirmaron que trabajan por un salario que no compensa las horas invertidas, pero están “enamorados” de lo que hacen.

Más allá de la vocación, los tres educadores entrevistados –que representan la mitad de la nómina de docentes– entrevistados por Crónica.Uno manifestaron estar agotados.


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