La crisis hospitalaria no es nueva, y sin luz aumenta el colapso. Solo reciben a los pacientes en estado crítico. A las parturientas que llegan al Pérez Carreño les mandan a hacer los exámenes en laboratorios particulares. En la Maternidad Concepción Palacios las reciben si llevan su bata. Las emergencias de este miércoles alteraron la capacidad operativa de estos centros.

Caracas. La crisis hospitalaria no es nada nueva, pero las fallas de la energía eléctrica terminan colapsando el servicio. En los centros atienden a los pacientes críticos y aquellos que necesitan tratamiento tienen que llevar los insumos.

Uno de los centros que está a media máquina es el hospital Miguel Pérez Carreño, donde están recibiendo las emergencias, sin embargo, en el caso de los pacientes asmáticos los atienden si llevan las gotas para la nebulización. Durante el apagón, funcionó con planta eléctrica, aunque cuando se repuso por momentos el servicio, siguió con limitaciones.

A las parturientas les pidieron exámenes hechos en laboratorios privados para poder ingresarlas. Una pareja llegó de la carretera vieja Caracas-La Guaira. La mujer visiblemente afectada por el peso de la barriga tuvo que regresarse, subirse a una camioneta para empezar el peregrinaje por los laboratorios. Con su bata ya puesta no entendía por qué no la atendían con prontitud. “Si hay luz pueden dejarla”, dijo el esposo.

La emergencia de adultos estaba abarrotada, incluso desde la puerta se vio a un paciente acostado en el piso recibiendo su tratamiento.

Un incendio en los alrededores invadió la emergencia del Pérez Carreño.

En el Materno Infantil de Caricuao, Dr. Pastor Oropeza, sí estaban atendiendo a los niños, con la activación de la planta de energía. Pero no había consultas. Solo cambiaban las fechas de las citas, porque además de la luz, no había agua.

Los pasillos estaban oscuros y el área de la emergencia recibía niños con fiebre, diarrea y asma. Muy poco personal estaba habilitado en este centro. Los que caminaban por los pasillos se quejaban de la falta de dinero. No sabían, con este problema de luz, si les cancelarían la quincena.

El martes 25, pasadas las 2:00 p. m. el personal del materno también tuvo que ponerse en contacto con funcionarios de Protección Civil (PC) del Distrito Capital para solicitar apoyo, dado que de los dos generadores de electricidad con los que cuenta la institución, solo funcionó uno y de manera manual. Presentaron fallas también con el suministro de agua, por lo que requirieron el apoyo de los funcionarios de PC.

En la Maternidad Concepción Palacios, la emergencia no estaba abarrotada. Muy pocas mujeres en la espera. Los familiares aguardaban en el sitio con las bolsas llenas de ropa y con exámenes en mano. En la puerta un miliciano decía que atendían sin problemas y que con solo llevar la bata eran ingresadas.

Había baja afluencia de pacientes incluso en las áreas de consultas.

En el hospital José Gregorio Hernández, en Los Magallanes de Catia, los trabajadores denunciaron que no hay agua y los pacientes pasan muchas dificultades. No hay laboratorio, no hay Rayos X, los baños están dañados, no hay suficiente comida, no hay insumos de limpieza y, al lado de la morgue, montaron una panadería.

Con las fallas de luz no han tenido paz. La planta no sirve para las áreas de mayor demanda como Traumatología y en Cardiología no  hay para hacer electros a los infartados.

En el complejo José Ignacio Baldó conocido como El Algodonal no estaban ni siquiera hospitalizando. Funcionaban con la planta, pero a media máquina. La luz no abarcaba todo el recinto y además tampoco tenía agua.

Con información de Erick Mayora 


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