Al menos 2000 toneladas de plátano están varadas en el Sur del Lago por problemas de movilización. Mientras tanto, los productores agropecuarios destinan 90 % de la leche para hacer queso artesanal a fin de no perder el producto.
Maracaibo. Los agricultores de plátano del Sur del Lago del estado Zulia están a punto de quebrar por la falta de combustible para comercializar la producción. Al menos 2000 toneladas se quedan en el campo semanalmente, lo que ha mermado la capacidad de distribución de la fruta durante la pandemia por COVID-19.
Juan Carlos Araujo, productor agropecuario de la zona, aseguró que a diario tiene que hacer grandes esfuerzos para sacar a la venta lo que puedan.
La gente aquí está luchando. Los pocos camioneros que tienen sistema de gasoil son los que están llevando los plátanos a consignación porque aquí no hay ni quien venga a cargar y los mercados están destruidos y cerrados. Tenemos plátano, pero no tenemos a quien vendérselo y ahí entra la oferta y demanda por eso ha bajado el precio”.
A principios de año, en el mercado Los Plataneros un plátano de primera costaba 200.000 bolívares y el combo de 10 —de segunda— se ofrecía en 800.000 bolívares. Hoy la fruta de primera es casi nula en las mesitas del popular mercado del oeste de Maracaibo, mientras que los más osados ofrecen 10 plátanos por un dólar, equivalentes a tres kilos.
José Urdaneta, presidente de la Fundación para el Mejoramiento del Plátano en Venezuela, dijo que el precio de la fruta de primera ha decrecido 40 %.
Los agricultores no estamos en los sectores priorizados en la práctica para el despacho de combustible. El campo está varado”.
De acuerdo con los números de Fumplaven para agosto, el kilo de plátano de primera pasó de 0,40 dólares el kilo a 0,25 en septiembre. “Todas las proporciones han bajado. 30 % de la fruta se está quedando en el campo semanalmente”, dijo Urdaneta.
En el caso del mercado local, la yuca y la papa han venido a sustituir el plátano por la baja de costos. Ambas pueden conseguirse entre los 200.000 y 300.000 bolívares en efectivo.
Yo prefiero comprar yuca porque rinde y llena más. Claro, el plátano es como una tradición para el zuliano, pero ahorita hay que pensar en la economía. Compro papa y la mezclo con auyama para hacer arepas, igual con la yuca. Además, los plátanos que están vendiendo son muy pequeños”, dijo María Albarca, consumidora.
Los productores aseguran que la demanda del producto cayó más de 50 %. Fumplaven se lo achaca a la entrada de papa colombiana barata al país y la poca rotación de inventarios, todo ocasionado por la falta de combustible.
“Las cosechas no pueden salir, y tampoco llegan compradores a las fincas. En los centros de consumo, la población no se mueve a los mercados formales por combustible y compra a los detallistas”.
Para la fundación, lo que están enfrentando es un reacomodo del mercado. “Mientras siga la falta de gasolina, estamos en reacomodo, que no es más que poner el alimento más cerca del consumidor porque ellos están vendiendo más que los supermercados, el detallista está donde el consumidor sí puede ir a pie”.
La frecuencia de visitas al campo ha bajado 50 % en el último mes. Estar al tanto de lo que ocurre en las unidades de producción cuesta al menos 200 dólares semanales para los agricultores.
Juan Carlos Araujo explicó: “Aquí nos alivia un poco la frontera con Colombia. Mucha gente surte combustible a 65.000 pesos una pimpina de 20 litros, es decir, 20 dólares, en la frontera. Pero para el pueblo cuesta de 40 dólares en adelante. Una pipa de gasoil de 200 litros la venden en 100 dólares. Nos estamos reinventando para no pasar hambre, pero esto es más voluntad que cualquier cosa. Esto es para quebrar a cualquier conuquero”.
El 14 de septiembre el gobernador del estado Zulia, Omar Prieto, autorizó a los dueños o encargados de las estaciones de servicio “premium” importar gasolina y venderla por encima de los $0,50; el precio más elevado que fijó el Gobierno el 1° de junio. El gobernador dijo que el valor podía variar según el tipo de combustible, por ejemplo, ir de $0,70 a $0,75 el litro. “Siempre el precio debe estar por debajo de un dólar”, expresó.
De acuerdo con un estudio de la Red Agroalimentaria de Venezuela, los problemas de movilización de personas y mercancía se registran en 97 % de los poblados del país, mientras que el abastecimiento de gasolina es muy difícil en 60 % de los poblados e inexistente en otro 33 %, según el estudio fechado en agosto de 2020.
La leche y el queso también se quedan varados
Paul Márquez, presidente de la Federación de Ganaderos del Estado Zulia, confesó que en el caso de los ganaderos la situación no es diferente. “La producción de leche ha bajado mucho primordialmente por falta de combustible para los tractores, el camión que la recoge y las plantas que la enfrían en los tanques. Nosotros tenemos en Machiques cortes eléctricos que sobrepasan las seis horas, es vital tener una planta pegada al tanque de enfriamiento”.
Según Fedenaga, la producción de leche ha bajado en el ámbito nacional 70 %. “El Zulia, por ser uno de los mayores productores de leche y carne en el país, es al que más le ha pegado porque la idiosincrasia del zuliano es la ganadería de doble propósito y son muchos los productores que trabajan por la leche”.
La mayoría de los ganaderos del país están usando la leche para la producción de queso artesanal, conocido en el mercado como queso de matera o semiduro. Esto ha ocasionado una sobreproducción que se suma a la baja demanda de proteína. “Los precios del mercado están por el suelo porque la gente tampoco está comiendo queso”.
En relación con gasolina, el aliciente sigue siendo la frontera con Colombia. Sin embargo, los ganaderos logran ir solo un día a la semana a sus fincas. En Machiques de Perijá se han organizado para sacar la producción de queso en grupos y entre todos pagan el combustible.
“Aquí entra gasolina colombiana por la Guajira y por el Sur del Lago, entonces los productores nos estamos refrescando un poco por eso, independientemente de que sea costosa. Esto nos ha obligado a unir fuerzas para solucionar. Cada visita a la finca son hasta 200 dólares en gasolina, y eso no lo aguanta nadie”.
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