Gloria Moreno es una madre que lucha día a día y busca un mejor futuro para su familia. Es licenciada en Enfermería, paramédico y líder comunal.
Caracas. Gloria Moreno es una madre profesional, dedicada a la formación de paramédicos voluntarios y a la labor en su comunidad, en la parte baja de la Cota 905. Tiene tres hijos varones y está a cargo de sus cuatro nietos. “Son de mi hijo, pero los tengo yo. Y los cargo para arriba y para abajo, les enseño todo, me ayudan en la labor social”.
Ericcson, Beiker y Wilker la convirtieron en madre y también en abuela.
Es licenciada en Enfermería. Su sueldo fijo lo obtiene al hacer guardias nocturnas en la clínica Servisalud, en El Paraíso, y con los eventos de los paramédicos. Cuando se le presenta la oportunidad cuida a pacientes.
Gloria tiene más de 25 años de experiencia. En sus años de carrera la marcó la muerte de un niño, de aproximadamente tres años, en el hospital de Coche. Todavía llora al recordarlo.
“Al niño le habían dado una paliza. Estaba yo comenzando Enfermería. Abracé demasiado a ese niño, el doctor lloraba y yo lloraba. El doctor me preguntaba si yo era su mamá y yo le decía que no. Al niño le habían fracturado unas costillas y los deditos del pie. Un día llegué al hospital, con un juguete y una sabanita, y ya se había muerto porque la costilla le perforó un pulmón. Duró como ocho días”, contó.
La rutina de Gloria empieza a las 4:30 a. m. Cocina el desayuno y el almuerzo para sus hijos y nietos. A las 6:30 a. m. sale de casa, en la parte baja de la Cota 905. Primero lleva a sus nietas y nietos a la escuela y luego regresa a la comunidad para ejercer sus funciones como líder comunitaria en los 12 consejos comunales del sector.
Gloria sueña con sacar a sus niños del barrio y llevarlos a otra vivienda. “Todo lo que vimos cuando hubo esto de la Cota, o sea, todo ese trauma, todas esas cosas, pues no lo viví con mis hijos, pero sí lo viví con mis nietos”. A veces les toca subir el cerro sin tomar una gota de agua porque no tienen.
Otra de las facetas de Gloria, de 52 años de edad, es la docencia a paramédicos voluntarios del grupo Brigada de Auxilio, Comunicaciones y Emergencias (BACE). Da clases en el Colegio Adventista Ricardo Greenidge, en El Paraíso, y en la Misión Ribas en el sector La Quinta de la Cota 905.
A sus alumnos del voluntariado siempre les aconseja que sean muy humildes “y que traten a sus pacientes como si fueran familiares. No por tener un título son más que los demás”.
Otra de las labores que tiene Gloria es supervisar el proyecto de siembra en la parte baja de la Cota 905.
Todos sus roles los asume con la vocación por el servicio y el amor.
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