La parroquia Sucre registró 22 nuevos contagios de COVID-19 este lunes 15 de marzo. En lo que va de mes, el día que tuvo más casos fue el pasado 13, con 48 diagnósticos, según las cifras oficiales. Pero el ritmo del día a día de la parroquia no para, a pesar de que ocupa el primer lugar entre las zonas de Caracas con más contagios.

Caracas. En los 16 días que van de marzo, la parroquia del Distrito Capital que más ha registrado casos de COVID-19 ha sido Sucre. Héctor Vizcaya es una de las más de 300.000 personas que aproximadamente, según el censo de 2011, viven allí. En Sucre tiene 50 años, los mismos que tiene de vida. “O se mueren de COVID-19 o se mueren de hambre”, es el lema que, desde su punto de vista, define la situación actual de su comunidad con respecto a los contagios de coronavirus.

Ni el miedo a la COVID-19 ha podido parar el ajetreado y particular día a día de la parroquia Sucre, una de las localidades más comerciales de Caracas. El día que más registró contagios fue el pasado 13 de marzo, con 48 casos. Los últimos días de este mes que no ha estado en el primer lugar de los datos que diariamente publica el gobierno de Nicolás Maduro han sido el 1°, 3, 7 y 11 de marzo, que estuvo El Valle, y el 16 de marzo, que lo ocupó Coche.

Desde su casa, entre las calles Ecuador y Bolívar, Héctor ve cómo las personas van y vienen, con o sin tapabocas. También observa cómo funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) son el organismo de seguridad que más merodea por Catia, y, particularmente en semanas radicales, los ve con las armas desenfundadas exigiendo el cumplimiento de las normas de protección, “o viendo a ver a quién matraquean”, añade.

En medio de la cuarentena decretada hace un año en Venezuela y a sus 50 años, Héctor tomó la decisión de empezar a trotar como una medida que no estaba de más, aunado al uso del tapabocas y el lavado de manos, para mantenerse sano “y alejado de los virus”. La actividad física lo ha hecho sentirse bien y desde hace un año no le ha dado “ni una gripecita”.

En sus rutas de trote, sobre todo esta semana de “cerco sanitario”, Héctor ha visto cómo los comerciantes y la economía informal han trabajado con la normalidad de una semana flexible cualquiera. Cree que esto es debido a un desconocimiento colectivo sobre qué significa y qué implica el anuncio de cerco sanitario. “Maduro no explicó lo que se iba a hacer esta semana. No dijo qué significa ese cerco sanitario. Mucha gente está abriendo, es difícil para los comercios cerrar dos semanas seguidas”, expresa.

La parroquia Sucre se ha mantenido como una de las más afectadas por COVID-19 desde el comienzo de la pandemia en el país. Entre julio y agosto de 2020, meses en que hubo una ola de contagios, estaba liderando la lista de parroquias con más contagiados, acompañada por La Vega y El Valle.

parroquia Sucre
Foto: Gleybert Asencio

José Ibarra, otro residente de la parroquia Sucre, también ha notado mucha confusión en la calle sobre el decreto de cerco sanitario y en qué consiste. Esta semana, de camino a su trabajo, José evidenció cómo muchas personas salen a trabajar, igual que él, y la mayoría de los comercios suben sus santamarías, algunos hasta las 4:00 de la tarde. “En la mañana se ve mucha gente, sobre todo esta semana, tiene que ver con la confusión que hay y de no saber si es radical o flexible. No sabemos en qué estamos. Ayer cuando iba de regreso también vi muchos locales abiertos”, cuenta.

José vive en el barrio de Tacagua, a un costado de la autopista Caracas-La Guaira, y trabaja en Antímano. Este martes consiguió cola antes de llegar al viaducto uno de la autopista debido a la presencia de una alcabala. Al ver que los carros no eran devueltos o que las personas no eran desalojadas de las unidades de transporte público, se pregunta cuál era el objetivo o la lógica de poner una alcabala. Tanto era el retardo que vio varios carros recalentados entre una larga fila. Además, José tardó casi dos horas en llegar a su trabajo.

A los problemas con los servicios básicos, que tampoco faltan en la parroquia Sucre, se le suma el problemas del poco uso del tapabocas por parte de los habitantes de la comunidad que, desde la perspectiva de José, es lo que más observa al transitar por Catia, sobre todo los comerciantes informales que están en el bulevar y sus alrededores. “Dentro del mercado de Catia los funcionarios de la alcaldía siempre están vigilando que los locales cumplan con las medidas de bioseguridad, pero cuando vas hacia al bulevar, los buhoneros no cumplen con las medidas. Eso es preocupante”, manifesta.

Para cuidarse, José siempre lleva alcohol antiséptico, gel antibacterial, máscara facial y doble mascarilla. A él no le importa parecer “un bicho raro” ante la mirada de las personas. Lo importante es evitar lo más que pueda el contagio. Por ejemplo, en el transporte público le ha pasado que, al subirse a una unidad, nota que son pocas las personas a bordo que llevan tapabocas, que andan “como si aquí no estuviera pasando nada”, exclama.

La alcaldesa del municipio Libertador, Erika Farías, anunció este lunes 15 de marzo que en las nueve parroquias con más casos reportados (Sucre, El Valle, Altagracia, Coche, El Recreo, Caricuao, La Vega, San Juan y San Pedro) están realizando “pesquisas focalizadas” en un intento de cortar la cadena de contagios. La alcaldía también puso a disposición el número VEN-911 y el 0412-287-5265 para comunicar cualquier situación relacionada con la COVID-19.

Al escribir al número de WhatsApp difundido por la alcaldesa, la foto de perfil es de una niña, y al consultar si es un número de la alcaldía, confirmaron que sí, sin más detalles.

Este 15 de marzo Venezuela registró 527 nuevos contagios; 519 son comunitarios. De esos nuevos casos, 102 son de Caracas, específicamente, 22 de la parroquia Sucre. No es la primera vez que esta zona del oeste de Caracas lidera el pico de contagios, a mediados de 2020 lo hizo también, justo cuando se declaró la “flexibilización parcial y vigilada”.

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