En San Cristóbal los niños en situación de calle escapan del control de la autoridades

niños en situación de calle

Los pequeños llegan a las calles y avenidas más concurridas de San Cristóbal en busca de algunas monedas. Unos solos y otros bajo la estricta vigilancia de sus padres, mueven la fibra de la gente, que mucho o poco les puede dar. Autoridades afirman que la situación es difícil y solo los desalojan de las calles, pues no son seguras para ellos, pero a los días regresan.

San Cristóbal. Ya sea limpiando vidrios, vendiendo golosinas, frutas y hasta ajos en el mercado, en las principales calles y avenidas de San Cristóbal, se puede apreciar a niños en busca de su sustento diario. Y es que, aunque está prohibido en la ley, la situación económica y la crisis que atraviesa el país golpea fuertemente a los hogares más humildes. 

La edad promedio de estos niños en situación de calle, que a diario se observan haciendo peripecias por algunas monedas, oscila entre los 8 y los14 años.

Las avenidas más concurridas por los sancristobalenses, como son la Ferrero Tamayo, la Carabobo, la Lucio Oquendo, y los mercados municipales son las “áreas de trabajo” de estos pequeños, quienes han abandonado los estudios o el disfrute de la niñez para conseguir un poco de sustento. 

30 segundos son los que tienen los pequeños para limpiar un parabrisas. Apenas los carros disminuyen la velocidad, estos se les acercan con limpiador en mano para disparar un chorro de jabón directo al vidrio. 

Unos corren con suerte, mientras que otros no, pues no les dan dinero los conductores de los vehículos que reciben la limpieza “exprés”. 

Monedas de cien, quinientos o doscientos pesos colombianos son las que reciben estos pequeños. Otros con mejor fortuna ven un billete de mil pesos (un millón de bolívares) y hasta más. 

David (nombre ficticio para proteger la identidad del pequeño) asegura que al día puede hacer entre 15.000 y 20.000 pesos, dependiendo de si hace sol, pues si llueve no es mucho lo que hace, ya que del cielo cae lo que él llama “la competencia”. 

Con 14 años, David explica que su papá lo deja trabajar con la condición de que no abandone sus estudios y termine un curso de electricidad que hace en la comunidad donde vive, cuyo nombre no revela a pesar de que se le pregunta varias veces. 

Indica que sale de su hogar porque, aunque su padre y su madre trabajan, no les alcanza el salario que reciben, y que ni con los bonos que da el Gobierno a través del Sistema Patria pueden resolver la comida de una semana. Esta situación lo forzó a agarrar un cepillo, un spray y limpiar vidrios. 

Yoel (nombre ficticio) cuenta muy brevemente, como estrategia para vender unos ramilletes de ajo en el mercado de los pequeños comerciantes, que tiene hambre y que son los últimos para tocar la fibra de los compradores, quienes acceden a pagarle los mil pesos (un millón de bolívares) que valen las tres cabezas de ajo. 

Sin embargo, al irse, a menos de 10 metros de donde hizo la última venta, está su madre, quien mira y sigilosamente saca más ramilletes de ajo, mientras el pequeño le da el dinero obtenido por la venta. Tras ello, el pequeño, de unos siete u ocho años, vuelve a irse. 

Otro, más pequeño aún, llora en medio de dos locales, y con él hay una pareja que, se presume, sean sus padres. El hombre le dice que ya van a comer, pero que debe vender los ajos que le faltan, a lo que el pequeño con sus ojos llorosos y cara sucia le dice: “Pero yo tengo hambre”. 

Sin inmutarse por la súplica del pequeño, el hombre lo empuja y al chico no le queda otra que seguir con su faena. En lugar de jugar con carritos, lo que lleva en sus manos son ajos, mientras los adultos solo miran y esperan. 

Las cifras gubernamentales son opacas en este materia. La última institución en reportar un número sobre esta situación fue la Comisión Permanente de Familia de la Asamblea Nacional (AN) electa en 2015, cuando en 2019 la parlamentaria Karin Salanova indicó que alrededor de 966.200 niños se encontraban en situación de calle.  

Niños foráneos

La abogada Yescenia Parada, directora del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes del municipio San Cristóbal, confirmó que hay unos puntos determinados donde los pequeños hacen vida, trabajan o mendigan. 

Indicó que hasta la fecha se han hecho más de seis operativos en estos puntos, en los cuales han participado también funcionarios del Ministerio Público, Defensoría del Pueblo, Idenna Táchira, así como del Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, y se han brindado charlas a las personas que se encuentran allí e informado que los niños en situación de calle no pueden permanecer en el lugar.

Destacó que la mayoría de las personas que piden en estos lugares no son del municipio San Cristóbal. “Son del municipio Torbes (a 20 minutos de San Cristóbal). Solo un niño era de San Cristóbal y se le dictó una medida de protección con sustento de abrigo en una institución del Estado”, dijo. 

En reiteradas oportunidades, no solo en este tipo de casos, sino en los que los pequeños son víctimas de abuso y maltrato, Parada ha indicado que hay cuatro entidades de atención para los menores cuyos padres son detenidos y no cuentan con otro familiar que pueda hacerse cargo de ellos. 

Tras la llegada de los pequeños al lugar, transcurren 30 días hábiles para decidir su condición de abrigo y es cuando el Tribunal de Protección se encarga de tomar la mejor decisión, siempre en beneficio de los más pequeños. 

Mesas de trabajo

Explicó Parada que se ha realizado una serie de reuniones entre las instituciones a fin de solicitar el apoyo a los cuerpos de seguridad para que desalojen a los menores de edad, en el caso de que los vean en las calles y avenidas. 

Es peligroso para ellos; ninguno está exento de que un carro lo atropelle, ya que están en zonas de alta concurrencia vehicular”, sostuvo la funcionaria.

Aseguró que, en el caso de los niños del municipio Torbes, se han hecho los enlaces con el Consejo de Protección de esa municipalidad, a fin de dictar medidas. 

Sin proporcionar números o la cantidad exacta de niños en situación de calle, calificó la situación de muy difícil, en vista de que son muchos los niños que se encuentran en la informalidad.


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