En Táchira denuncian que no quitan la luz en sectores donde viven trabajadores de Corpoelec

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Rara vez se va la luz donde vive un trabajador de Corpoelec. Vecinos afirman que hasta donde viven las madres de trabajadores de la estatal de electricidad duran menos los prolongados cortes de servicio que azotan al estado Táchira.

San Cristóbal. Entre cuatro, ocho y 12 horas al día se quedan sin luz los tachirenses, pues Corpoelec ha implementado un Plan de Administración de Carga que corta de tajo el servicio sin previo aviso.

Sin embargo, tener en estos momentos un vecino que trabaje en ese organismo gubernamental es una fuerte ventaja. En sectores de La Concordia, Pueblo Nuevo, Barrio Obrero, entre otros, aseguran que hay cuadras en las que la electricidad no se va, pese a que todo el sector se queda sin servicio.

En las calles 2, 3, 4 y 5 del 23 de Enero parte baja no se va como para estas zonas. Allá dura una hora y aquí son cuatro horas y a veces por más tiempo”, comentó Humberto Rodríguez, quien es afectado por los constantes apagones.

Denuncian que hay familiares y trabajadores de Corpoelec viviendo en esa zona y que, aunque en la central aparezcan sin electricidad, se las ingenian para hacer llegar luz a las cuadras a través de las subestaciones.

Los residentes de zonas aledañas lamentan que no se les respete el derecho del servicio a todos por igual, sino que se discrimine a quienes no trabajen en la estatal con cortes más prolongados.

Pagan por la luz

Aunque en el estado, las cuotas mensuales por el servicio son írritas, hay quienes pagan por el servicio. Tener un negocio o un local en el que la electricidad es necesaria supone suficiente pretexto para ofrecer dinero a obreros de la empresa para que no quiten la luz o, si lo hacen, no sea tan prolongado.

En Puente Real no se va casi la luz, pero en La Ermita no nos pelan con los cortes ‘sagrados’ de luz a diario. Hay semanas en las que no se va la luz en esa zona, de broma cuando es un apagón”, dijo un denunciante, que prefirió reservarse la identidad.

No saben explicar cómo llega la energía a estas personas que controlan el servicio en la entidad, pero sí es evidente que hay sectores en los que incluso son más las horas sin electricidad al día que aquellos en los que cuenta con el mismo. Zonas como La Rotaria, La Romera y San Sebastián padecen constantes cortes que se prolongan por horas y que se repiten en el día.

Los vecinos aseguran que han tratado de poner reclamos, pero las oficinas permanecen cerradas al público luego del decreto de emergencia por la pandemia.

La frontera

Los municipios fronterizos han padecido esta situación también. Se sabe de sectores en los que no quitan la electricidad porque viven “chivos pesados”, como les dicen.

Estos pagarían sumas de dinero en pesos colombianos para que no les quiten el servicio, mientras comunidades en estas zonas duran a veces hasta doce horas sin electricidad e incomunicados, pues no solo es la falta de luz, sino que, con ellas, las antenas de las telefonías quedan sin energía, y se corta la señal de telecomunicaciones.

El temor en esta zona se hace evidente al consultarles las razones por las cuales no denuncian, pues se sabe que muchos grupos delictivos operan en estos sectores y temen represalias.

Pagar por todo

El tachirense paga por ciertos “privilegios”. Si no hay gas, siempre hay quien le lleve un cilindro por unos pesos extras, si hay un bote de agua, entre vecinos hacen una colecta para aportar a los obreros. Incluso, hay que pagar para una reinstalación de Internet y el servicio telefónico.

Ante esta situación, nadie atiende denuncias ni llamados de la población que es testigo de cómo merma su calidad de vida, pero pueden recuperar un poco de ella si tienen dinero para pagarla.


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