India y Sudáfrica lideran una propuesta que busca que las farmacéuticas liberen información sobre las vacunas para producirlas en países en desarrollo. EE. UU. apoyó la iniciativa y otros países ricos podrían seguirlo, lo que reduciría la inequidad de vacunación.

Caracas. “Esto es una crisis global de salud y las circunstancias extraordinarias de la pandemia requieren medidas extraordinarias”. De esa forma, la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, anunció el respaldo de su gobierno a la liberación temporal de las patentes de vacunas contra la COVID-19 para que se puedan producir en otros países.

Se trata de un paso sin precedentes en el tiempo que ha transcurrido y como respuesta a una propuesta que tiene varios meses rodando en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), apoyada principalmente por los gobiernos de India, Sudáfrica y grupos de defensa global.

El medio estadounidense CNN reseñó que, antes de su participación en el Consejo General de la OMC y su posterior anuncio, la secretaria Tai y otros funcionarios “se reunieron con más de dos docenas de partes interesadas en el debate sobre la patente”, entre ellos socios comerciales, expertos, grupos laborales y los principales fabricantes. 

El contexto

El apoyo de EE. UU. a la exención llega en un momento en el que la vacunación avanza a ritmo lento en países en desarrollo y la COVID-19 hace estragos en naciones, principalmente, de Suramérica y Asia, como Brasil e India. Actualmente la India es el epicentro de la enfermedad, con más de 380.000 casos diarios reportados.

Sin embargo, y pese al cambio de posición de EE. UU. luego de varias negativas durante la administración de Donald Trump, y parte de la de Joe Biden, a permitir liberar las patentes, es solo uno de varios pasos que deben seguirse y dependerá del apoyo de otros países desarrollados si se sigue adelante o no.

Las decisiones de la OMC requieren consenso unánime de sus 164 miembros. La presidente de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, aseguró –luego del anuncio de Estados Unidos– que “la Unión Europea (UE) también está lista para discutir cualquier propuesta que se ocupe de la crisis de forma eficiente y pragmática”.

Otros países de la UE, y Suiza, también se han pronunciado a favor de estudiar el caso. la directora de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, resaltó la “necesidad de abordar el acceso equitativo a las vacunas”, mientras que el director de la OMS, Tedros Adhanom, calificó la decisión como “momento monumental”. 

¿Qué es una patente?

Una patente comercial es un conjunto de derechos exclusivos que concede un Estado, institución u organismo al inventor o inventores de un producto o servicio e impide que terceros la utilicen sin su consentimiento. 

En la industria farmacéutica, cada empresa patenta su descubrimiento, bien sea material sanitario, medicamento o vacuna, para que nadie más pueda fabricarlo, salvo que lleguen a acuerdo mutuo, como sucede con algunos fabricantes que producen las vacunas en países como India, Brasil o Chile.

La propuesta de liberación de patentes elevada a la OMC por India y Sudáfrica pretende que se suspendan los derechos de propiedad intelectual de las vacunas mientras dure la pandemia para así aumentar la producción en laboratorios y fábricas de países en desarrollo y hacerlas más asequibles.

Aunque, tal y como reseña BBC Mundo, una suspensión temporal de las patentes no sería suficiente para acelerar el acceso a las vacunas, pues se requieren conocimientos técnicos e información sobre seguridad que “muchas veces se mantienen como secretos comerciales de las farmacéuticas”.

¿Qué otras propuestas se han desarrollado?

En mayo de 2020, la OMS y 38 países firmaron el lanzamiento de la plataforma “Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19” (C-TAP, por sus siglas en inglés) que, al igual que el mecanismo Covax, forma parte del programa ACT-Accelerator, una alianza global con la que se pretende poner fin a la fase aguda de la pandemia.

Sin embargo, con todo y los defectos y tropiezos que ha tenido Covax, el C-TAP no ha tenido el impacto esperado, principalmente por obstáculos como el de las patentes y la falta de apoyo real de las naciones más poderosas. En teoría, el C-TAP permitiría distribuir equitativamente el conocimiento, información y derechos de propiedad intelectual del ámbito científico relacionado con la COVID-19.

Los países que lideran las iniciativas para liberar las patentes también apelan a la Declaración de Doha adoptada por los miembros de la OMC en 2001, en la que se afirmó que los aspectos de derechos de propiedad intelectual no deben impedir que los Miembros adopten medidas para proteger la salud pública.

Ello en respuesta a que, para entonces, aumentaba la preocupación sobre si las normas de patentes pudieran restringir el acceso a medicamentos en países en desarrollo, principalmente aquellos que buscaban controlar enfermedades como el VIH, la tuberculosis y la malaria.

¿Qué dicen las farmacéuticas?

Desde que inició el debate sobre la liberación de patentes relacionadas con la COVID-19 en la OMC, la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (Ifpma, por sus siglas en inglés) ha partido del principio de que los verdaderos problemas son las barreras comerciales que afectan la producción.

En diversas oportunidades, la Ifpma ha denunciado que los cuellos de botella en la distribución, la falta de ciertas materias primas y el acaparamiento de dosis por parte de países desarrollados han sido los factores determinantes en la escasa vacunación de las economías en desarrollo.

Ifpma calificó en un comunicado como “decepcionante” la decisión del gobierno de EE. UU. pues, a su juicio, “una exención es la respuesta simple, pero incorrecta, a un problema complejo”. De hecho, resalta que renunciar a las patentes no aumentará la producción ni “proporcionará las soluciones prácticas necesarias”. 

¿Qué sigue?

Se espera que India y Sudáfrica presenten a mediados de mayo una nueva propuesta de liberación de patentes ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), según informaron el viernes 30 de abril en la reunión del Consejo sobre los Acuerdos de Propiedad Intelectual (Adpic). La última propuesta fue hecha en octubre.

En total, 60 miembros de la OMC –principalmente de ingresos bajos– han copatrocinado la propuesta de India y Sudáfrica, entre ellos Venezuela, Bolivia y Egipto. Se espera que el debate a fondo quede pautado para junio, pocos días después de la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS.

En ese lapso, los países proponentes buscarán sumar más apoyos al movimiento en el que también hacen lobby organizaciones no gubernamentales, aunque esta vez contarán con el impulso del cambio de tono de EE. UU. y la voluntad de otras naciones desarrolladas.


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