El coordinador de la ONG Redes Ayuda, Luis Serrano, afirma que los apagones en Venezuela afectan gravemente el acceso a la información, pues la mayoría de la población depende de internet, servicio que se interrumpe cuando hay cortes de energía.
Caracas. Desde el quinto apagón nacional, ocurrido el 30 de agosto pasado, el acceso a internet en los Jardines del Valle, al suoreste de Caracas, se ha vuelto más inestable o buena parte del tiempo inexistente.
Mileidy Medina, vecina del sector, describe que antes del apagón el servicio no era óptimo, pero podía trabajar desde casa sin problemas. Ahora, la conexión es mucho más lenta e inestable, lo que le dificulta trabajar y estudiar desde casa.
“Mi trabajo es desde casa y durante el último mes se me ha hecho imposible trabajar con normalidad. Las videoconferencias se cortan constantemente, los archivos tardan una eternidad en cargar y, a menudo, pierdo el trabajo realizado”, lamenta Mileidy.
Añade que ver una película o revisar las redes sociales se le hace imposible porque la velocidad de descarga es muy lenta. “Tengo que desconectar el internet de todos los teléfonos para poder disfrutar un rato de las redes o una serie”.
Este lunes, 30 de septiembre, se cumple un mes del quinto apagón nacional, una situación que dejó al menos 20 estados del país sin servicio eléctrico por más de 14 horas, en promedio, y ha exacerbado la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela desde hace 10 años.
Desconexión colectiva
Las constantes fallas en el servicio eléctrico, consecuencia de la crisis energética, han afectado directamente la conectividad de la población, pues ha limitado el acceso a internet y telecomunicaciones en diversas regiones del país. Esto perjudica el acceso a derechos como la educación, el trabajo y la comunicación de millones de ciudadanos.
Según un informe de la ONG Ve Sin Filtro, publicado el 24 de septiembre pasado, tras una serie de fallas eléctricas que afectaron a al menos 13 estados del país, la conectividad nacional experimentó una caída del 88,6 %, respecto a sus valores normales. La organización calificó este evento como uno de los más críticos en términos de acceso a internet en la historia reciente del país.
Para el periodista especializado en tecnología, Juan Carlos Araujo, los bajones de luz pueden dañar diversos equipos, como routers y antenas, afectando la conectividad y causando interrupciones constantes.
Alerta que esta situación ralentiza la velocidad de internet, complicando actividades como videoconferencias y la carga de contenido. “Las fluctuaciones dificultan la comunicación y afectan tanto la vida personal como el desarrollo profesional y económico del país”.
Cortes eléctricos siguen presentes
Vecinos de la calle El Chorrito, parroquia La Dolorita, denuncian que luego del quinto apagón en Venezuela, se han hecho más constantes las fluctuaciones eléctricas en la comunidad.
“Todos los días se va la luz. Hay días en los que el servicio se corta hasta tres veces al día. Esta situación interrumpe las rutinas de cada uno de nosotros”, sostiene Luis, vecino de la comunidad desde hace 10 años.
Algunos días, cuenta, se dan hasta tres cortes del servicio eléctrico y que en estas ocaciones la comunidad queda totalmente incomunicada porque no hay internet ni señal de datos móviles.
“Algunas veces, luego de las ideas de luz o bajones, la señal de datos no regresa por horas o inclusive por días”.
El acceso de información es limitado
Además de las implicaciones laborales, la falta de internet afecta la vida social y la posibilidad de acceder a información de manera oportuna. Las redes sociales son la principal fuente de noticias para muchos ciudadanos, y sin una conexión estable, la información que reciben es limitada.
Luis Serrano, coordinador de la Organización No Gubernamental (ONG) Redes Ayuda, afirma que los apagones en Venezuela afectan gravemente el acceso a la información, pues la mayoría de las personas dependen de internet, el cual se interrumpe cuando hay cortes de energía.
Aunque algunos puedan tener dispositivos cargados, no podemos conectarnos a internet, ya que la falta de electricidad también afecta las torres de telecomunicaciones o las redes móviles porque estás dependen de generadores de energía que no siempre son suficientes, lo que significa que en muchos casos perdemos totalmente el acceso a internet y a las comunicaciones móviles”, detalla.
El activista subraya que esto aísla a los ciudadanos de las noticias y dificulta la conexión con familiares y amigos. Es decir, impacta tanto la información pública como la personal.
La censura en Venezuela
La restricción de medios tradicionales obligó a los distintos medios de comunicación a migrar a plataformas digitales. De acuerdo con un informe de la ONG Espacio Público, en Venezuela se cerraron 400 medios de comunicación, entre periódicos, radios, canales de televisión y plataformas digitales.
Serrano explica que el aumento de las fluctuaciones eléctricas vulnera el derecho de los venezolanos a recibir y compartir información, pero también pone en evidencia la censura que se ha extendido en el país durante los últimos 20 años con el cierre de emisoras y medios de comunicación.
“Cuando hay inestabilidad en el servicio de internet, la radio es el único medio que queda disponible en Venezuela para tener información”, reconoce Serrano.
Con el cierre de más de 280 emisoras de radio, muchas de ellas vitales para ciertas comunidades, ha crecido la desinformación. Según Serrano, este aislamiento afecta la capacidad de las personas para acceder a información, especialmente en momentos de incertidumbre.
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