Jhan Marco tenía tres años y pesaba cuatro kilos. Además de estar desnutrido, padecía de epilepsia, encefalopatía estática, tetraplejia espástica y demora motora.

Maracaibo. La familia de Jhan Marco Ramírez —uno de los más graves casos de desnutrición del barrio Las Trinitarias en Maracaibo— había tenido un día de los que consideraban buenos el pasado jueves, pero el minuto de tranquilidad fue corto y un “ahogamiento” los puso a correr. Un arroz con pollo acompañado con jugo de guayaba fue la última comida que el niño de tres años había intentado comer antes de fallecer cerca de las 10 de la mañana de este viernes, en el Hospital Universitario de Maracaibo (HUM).

Desde hace más de un año tenía un diagnóstico de epilepsia, encefalopatía estática, tetraplejia espástica y demora motora, además, padecía un severo cuadro de desnutrición que lo hacía pesar apenas cuatro kilos. Los médicos que lo recibieron efectuaron los exámenes que determinaron que tenía la hemoglobina y las plaquetas en 3 y no le dieron esperanzas a sus allegados de que sobreviviría.

“Nos estaban pidiendo suero y una solución pero no teníamos ni medio”, rememora María Chacón, abuela del bebé. Karelys Lozano, madre de Jhan Marco, se aferró a su cuerpo por dos horas. El llanto no le permitía soltar más que pequeñas frases a la embarazada de siete meses de gestación.

Sus familiares la ayudaron a mantener el equilibrio cuando salió de la Unidad de Capacitación para la Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia, ubicada en la emergencia pediátrica de la institución. “Karelys se desmayó, no tiene fuerzas, no ha comido desde ayer”, reitera Chacón.

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En la casa de Jhan Marco

La hija mayor de Lozano, de 12 años, se quedó a cargo de sus otros cuatro hermanitos mientras su madre diligenciaba la atención médica del niño entre el Materno Infantil Cuatricentenario y el HUM. La mujer habría asegurado en entrevista con el diario La Verdad que en un día “bueno”, los niños comían arroz con mantequilla; los malos, “aire o sopa de mentira”.

Una visita de Eveling Trejo, alcaldesa de Maracaibo, quien hizo un donativo a la comunidad, les permitió comer adecuadamente el jueves. Una o dos oportunidades al mes se permiten comer dos veces al día, con la ayuda de la bolsa de Mercal, que la cabecilla de la familia logra obtener vendiendo fiado lencería.

Jhan Marco, a pesar de presentar hinchazón en las extremidades, escaras en la pelvis y cataratas en segundo grado —que le quitaron la vista— tenía un año sin hacer una visita al médico, pues su familia no poseía los recursos para costear el pasaje a un centro de asistencial o una hospitalización, sobre todo considerando que se verían obligados a pagar la mayoría de implementos médicos que necesitaran dada la alta escasez de insumos que existe actualmente en las instituciones públicas de salud.

Foto: Cortesía Alcaldía de Maracaibo


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