En dos residencias de adultos mayores consultadas por Crónica.Uno indicaron que parte de las personas allí ingresadas se encuentran a la espera de la segunda dosis de Sputnik V. En otro de los asilos manifestaron que no han vacunado a ninguno contra la COVID-19. Solo en uno señalaron que todos habían recibido ambas dosis.

Caracas. En la casa hogar María Teresa de Mamera, ubicada en el municipio Libertador, de los 70 adultos mayores que allí se encuentran ingresados, faltan 10 por ser inmunizados con la segunda dosis de Sputnik V, la vacuna desarrollada en Rusia contra la COVID-19. El resto recibió las dos dosis de la vacuna de Sinopharm, la segunda aprobada en Venezuela por el Ministerio de Salud, la cual proviene de China.

Esto ocurrió hace más de un mes, explicó Nelida de Vega, directora de la casa hogar, quien detalló que la inmunización fue gestionada y llevada a cabo por el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass), antiguo Instituto Nacional de Geriatría y Gerontología, dentro de las instalaciones de la casa hogar. Sin embargo, aún siguen a la espera de la segunda dosis para las personas que faltan.

Vega explicó que los funcionarios del Inass les avisaron a través de un grupo de WhatsApp que la segunda dosis iba a ser postergada debido a que esta podía ser administrada dentro de un periodo de tres meses. Yo creo que eso es solo una excusa y que lo que está pasando es que en el país no hay segundas dosis. A mí eso no me parece, añadió.

En esta casa hogar hay adultos mayores de entre 50 y 80 años. Los que esperan por la segunda dosis de Sputnik V son precisamente los de mayor edad, debido a que las dosis de Sinopharm solo están siendo aplicadas en el país a personas menores de 59 años.

Antes de que comenzara la cuarentena en Venezuela, en la casa hogar María Teresa ya estaban preparados. Vega relató que ella y los otros trabajadores del lugar empezaron a aplicar medidas de bioseguridad antes de que fueran confirmados los primeros casos de coronavirus en el país. Los adultos mayores son de los grupos etarios más vulnerables a la enfermedad de COVID-19.

Gracias a Dios nosotros tomamos medidas desde antes de que iniciara la cuarentena. Pero yo pensé que esto iba a pasar más rápido.

En el geriátrico Claurima, en La Trinidad, municipio Baruta, estado Miranda, los adultos mayores fueron inmunizados contra la COVID-19 hace aproximadamente un mes. Este establecimiento está adscrito al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). De igual forma, las personas vacunadas con Sputnik V siguen a la espera de la segunda dosis.

Óscar Rodríguez, director del geriátrico, explicó que la mayoría de los 28 adultos mayores que allí se encuentran recibieron la dosis rusa y algunos fueron inmunizados con Sinopharm, estos ya cuentan con ambas dosis. Igualmente, lograron la vacunación a través del Inass y el Ministerio de Salud, según Rodríguez.

En Venezuela, la escasez de las segundas dosis de Sputnik V empezó a evidenciarse desde junio. Sobre todo cuando las personas que tenían pautada la aplicación de la segunda dosis durante ese mes fueron notificadas de que el plazo para recibir el segundo componente de esta vacuna puede extenderse hasta tres meses, según una investigación del Instituto Gamaleya de Rusia, el cual fue el encargado de desarrollar la vacuna.

Este problema también lo han presentado otros países de la región como Guatemala y Argentina, los cuales han denunciado retrasos en la entrega de lotes de esta vacuna al gobierno ruso y este ha respondido indicando que por el momento su prioridad es la inmunización de su población.

El último lote de Sputnik V que llegó al país, al menos de forma pública, fue el pasado 12 de junio, cuando arribaron al aeropuerto de Maiquetía 500.000 dosis, para completar un total de 1.430.000 vacunas rusas que ha recibido Venezuela, más 1.800.000 de Sinopharm.

Foto: Luis Morillo
Ni una primera dosis

En la región Capital existen más de 40 clínicas de asistencia social suscritas al IVSS, una de ellas es la residencia socio-asistencial Santa María, ubicada en Los Chorros, municipio Sucre del estado Miranda. Su director, Álvaro Villegas, denunció que, hasta el momento, los 36 adultos mayores que allí viven no han recibido ni siquiera las primeras dosis de la vacuna contra la covid.

Las personas ingresadas en la residencia Santa María tienen edades comprendidas entre los 60 y 90 años.

A pesar de que todos son pacientes del Seguro Social, no ha habido vacunas para ellos, expresó Villegas e indicó que se encuentran a la espera desde marzo, cuando empezó la inmunización en el país con la llegada de las primeras dosis. Además, añadió que han tenido comunicación con Luis Matute, director de la División de Clínicas del IVSS, quien, aseguró Villegas, les ha indicado que deben esperar.

Lo último que nos dijo es que están por llegar. Nosotros también tenemos una institución para adictos, ubicada en La Pastora, y las personas internadas allí tampoco han sido vacunadas, añadió.

Vacunados con ambas dosis

En el asilo La Providencia de San Antonio, en el municipio Libertador, las 32 personas que allí se encuentran ingresadas ya recibieron ambas dosis, tanto los que fueron vacunados con Sputnik V, como Sinopharm. María Zambrano, trabajadora del lugar, calcula que hace dos meses todos fueron inmunizados.

Vinieron a vacunarlos personas del Seguro Social. Gracias a Dios no tuvimos problemas, añadió Zambrano, quien detalló que en el lugar hay personas de entre 50 y 94 años de edad. Desde que inició la pandemia en este asilo no ha habido nuevos ingresos debido a una orden del Inass.

Foto: Luis Morillo
Problemas con los servicios básicos

En las cuatro residencias geriátricas consultadas por Crónica.Uno coincidieron en tener problemas con los servicios básicos, específicamente con el suministro de agua potable. En tres instalaciones el bombeo no es constante. En el caso de la casa Hogar María Teresa, su directora explicó que cuando no hay agua por tuberías utilizan la cisterna que tienen allí para buscar agua en la carretera hacia El Junquito donde hay un llenadero.

En el geriátrico Claurima su director, Óscar Rodríguez, calcula que en el lugar ponen el agua entre dos o tres veces por semana, por lo que constantemente deben alquilar servicios de cisternas que son pagados en dólares.

En el asilo La Providencia de San Antonio, las fallas de agua son constantes. Han durado al menos una semana sin suministro. María Zambrano explicó que cuando esto ocurre piden ayuda al almacén del Seguro Social que está allí mismo en San Martín. Ellos nos socorren a veces, y cuando no, acuden a otras instituciones cercanas a solicitar donaciones de agua. “Nos toca buscar otros medios para que nos ayuden”, dijo Zambrano.

En la residencia socio-asistencial Santa María el agua llega entre una y dos veces a la semana. El director Álvaro Villegas dijo que el subsidio que reciben mensualmente por el Seguro Social no alcanza para cubrir todos los gastos dentro del asilo, y, además, tener que cubrir los gastos extra que genera comprar agua semanalmente para poder gestionar el lugar.

Lo que nos cancela el seguro por paciente son entre 10 y 12 dólares por mes. Eso no alcanza, detalló Villegas.


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