Un vecino del urbanismo Los Ojos de Chávez contó que lo sacaron de su vivienda en una Operación de Liberación y Protección del Pueblo, porque su hijo supuestamente vendía drogas. Ya se comprobó la inocencia del joven y siguen sin hogar.
Caracas. “En mi casa no encontraron ni una colilla de cigarro y se llevaron preso a mi hijo”, fueron las palabras de un vecino del urbanismo Los Ojos de Chávez, perteneciente a la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), ubicada en la avenida Bolívar.
Hace un año fue desalojado de su hogar, durante una Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP), porque presuntamente su hijo se dedicaba a la venta de drogas.
Pidió no revelar su nombre por miedo a que no le devuelvan su vivienda, pues mientras hace los trámites para recuperarla está arrimado en el mismo edificio, junto con su esposa e hijo, en casa de unos vecinos. “No es posible que me hagan esto, yo tenía mi casa en Altavista y me trajeron acá, ahora me quitan mi casa unos vagabundos sinvergüenzas”, declaró.
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Señaló que su hijo es una persona sana, que no tenía problemas de ningún tipo. Seis meses después de la OLP fue puesto en libertad, ya que no presentaron ninguna prueba que lo inculpara. Por eso pensó que sería igual con su vivienda, pero el proceso para la devolución ha demorado más de 12 meses.
“Precisamente estaba en el Ministerio de Vivienda y Hábitat, aún no me quieren dar repuesta, me dicen que espere, que espere, no sé qué más tengo que seguir esperando, mientras tanto ando arrimado. Puse la denuncia en la Fiscalía, no sé qué más hacer”, comentó desesperado en la entrada del bloque residencial próximo a Nuevo Circo.
El afectado contó que hay cuatro vecinos más con el mismo problema, pero después de que acudieran a la Fiscalía en vano, dejaron de insistir.
“Me he movido por mi cuenta, a los demás vecinos no les noté interés en seguir en la lucha, así que yo solo he ido a todos los entes posibles. Tengo el acta de todo, hasta del expediente de mi hijo donde expresa claramente que no tenía ninguna culpa de lo que se le acusa”, arguyó.
Asimismo, recalcó que insistirá y procurará acercarse a todas las instancias necesarias hasta que el “show” se resuelva.
Completo rechazo
Carla Pérez, quien bajaba de la residencia con sus hijos y su madre, señaló que la OLP se hizo arbitrariamente y que por una cosa que hacen bien, hay dos que resultan malas.
“Por un lado, la operación fue buena porque agarraron a varios delincuentes, pero la forma en que actuaron no fue la mejor, saquearon casas, se llevaron cosas, inculparon gente que no tenía nada que ver y la inseguridad no viene de acá, sino de los alrededores”, expresó.
Añadió que la mayoría de los delitos son del sector de Nuevo Circo y zonas aledañas a la avenida Bolívar. También denunció que cuando los residentes son víctimas de algún delito, llaman al módulo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que está cerca y ellos “no les paran pelotas”.
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Ratificó que la mayoría de sus vecinos son tranquilos y sin ningún tipo de problemas delictivos. Aconsejó al Gobierno que realice este tipo de operativos en zonas colindantes con la avenida Bolívar.
Natalia Rodríguez, dirigente comunal residente del mismo urbanismo, relató que inculparon a mucha gente inocente durante la OLP: “Robaron pertenencias de las casas, ellos querían hacerles creer a todos que aquí había ladrones, cuando los malandros están en otras zonas”.
Rodríguez afirmó que se han dirigido a la Fiscalía y a la Defensoría del Pueblo para solicitar una orden de amparo a las seis familias allanadas, sin embargo, les indicaron que se trataba de un mandato presidencial y se escapaba de sus manos.
“Aún siguen dos personas privadas de libertad y cuatro viviendas desalojadas. A los dos meses del allanamiento reubicaron a cuatro familias aquí. En esta urbanización no se ven situaciones irregulares, los robos vienen de afuera, estas OLP son otro fracaso más del Gobierno”, sentenció.
Detenidos dudosos
La dirigente contó que varios de los detenidos eran inocentes. A uno se le acusó de “bachaqueo” puesto que se encontraron varios productos de la cesta básica en su domicilio, tales como harina, azúcar, arroz. A otros, por tener estupefacientes en sus residencias.
“El señor que ellos dicen que es bachaquero tiene su puesto de comida, utiliza esos materiales para trabajar, además de que no eran grandes cantidades, es absurdo pensar eso cuando consiguen solo un saco o pequeñas cantidades de alimentos”, agregó.
En el caso del ciudadano apresado por presunto tráfico de drogas, la vecina apuntó que en la vivienda de la familia no se halló ninguna evidencia.
“Eso es completamente falso, la gente de aquí es sana y humilde, los malandros vienen de Nuevo Circo, esto en la noche es una guillotina y aquí nadie hace nada, los policías que están adyacentes se les llama y nunca vienen. En las otras GMVV sí sacaron una gran cantidad de malandros, pero aquí ese tipo de cosas no se vieron”, dijo.
Rodríguez manifestó que en el allanamiento de hace un año, la mayoría de los funcionarios no eran efectivos policiales sino colectivos armados.
El 29 de julio de 2015, entre las 4:30 am y 5:00 am, funcionarios de la PNB tocaron las puertas de los apartamentos en el complejo urbanístico, como parte de una OLP.
Según el ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz de ese momento, Gustavo González López, revisaron alrededor de 328 apartamentos y detuvieron a 12 personas por acaparamiento de alimentos y presunta venta de drogas. Decomisaron paquetes de papel higiénico, servilletas, jabón, toallas húmedas para bebés, pañales, toallas sanitarias, pasta de dientes, desodorantes, crema para peinar, baño de crema y un saco de azúcar.
Ese mismo día también ejecutaron el operativo en la Misión Vivienda Omar Torrijos, a pocas cuadras del complejo urbanístico Los Ojos de Chávez. De acuerdo con datos oficiales, siete personas fueron retenidas, tres porque no estaban identificadas. Incautaron drogas, armas, alimentos acaparados y una moto.
En esta OLP participaron más de 700 funcionarios de la Policía Nacional, con el apoyo de la GNB y fiscales del Ministerio Público (MP). Al menos 1500 personas viven en ambos bloques. Habitantes indicaron que no hubo agresiones.
Fotos: Mariana Mendoza
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