Familiares de pacientes recluidos en el General del Sur denuncian que en el hospital “no hay nada”

Las familias invierten entre 300.000 y 500.000 bolívares diarios para poder cumplir con el tratamiento que exigen los médicos.

Maracaibo. Unos se encomiendan a Dios, otros rezan para que un familiar consiga la medicina que salió a buscar. La lucha es diaria para los que aguardan en la redoma del hospital Dr. Pedro Iturbe, mejor conocido como General del Sur, por noticias de un familiar, caras largas y el llanto son signos evidentes de la desesperación por la falta de medicamentos e insumos.

Pese a que el personal reservista impidió el ingreso de reporteros al hospital, los familiares de los pacientes contaron lo que ocurre con la salud en esta institución. La madre de Johana Añez tiene 14 días hospitalizada, la hija denunció que los médicos no la podían operar porque no había sutura. Esperó dos días en Emergencia hasta que empeoró:

Ahora tengo a mami en UCI a ver si sale de esta porque esto es horrible, aquí no hay nada. La comida es pésima, traemos desde el jabón para curarla, hasta el algodón. Mi mamá comenzó con un dolor en el colon y mirá cómo terminó, séptica.

La falta de asepsia en las áreas de Emergencia y Hospitalización también es crítica.Aquí las chiripas le pasan por encima a los pacientes. Por donde uno pasa huele mal, aquí los gatos hacen sus necesidades donde sea, esto es insoportable.

Hay quienes, aunque están menos complicados de salud, tiene más dificultades económicamente. Sonia Ríos tiene a su hija hospitalizada hace dos semanas con neumonía. Ella compra el tratamiento a diario, dice que gasta entre 60.000 y 100.000 bolívares, eso depende si no le toca hacer exámenes de laboratorio, que tampoco los hace el centro asistencial.

Tengo que caminar mucho para conseguir las ampollas que le están poniendo, cada una vale 80.000, me pidieron 10 y llevo 6 nada más. Ya me quedé sin cobres, ahora será que pida porque no tengo más de donde sacar.

Llega “tempranito” al hospital: “Me traigo todo porque aquí no hay nadita, a los pacientes lo que le dan es una arepa con mantequilla y un vacito de alimento para el desayuno y para el almuerzo, agua de sopa, arroz y ensalada, más nada. Esto está feo, uno lo que hace es rezar”.

Las recetas que los médicos les dan a los familiares para cumplir los tratamientos son interminables, sin embargo, cumplir con este requisito no es garantía para recuperar la salud, porque los ambientes esterilizados y climatizados para evitar bacterias son vitales, y eso no se cumple.

Aquí no hay aire acondicionado, las palomas se meten por las ventanas y hacen pupú en las camas o en los baños y tampoco hay agua. Cada vez que llueve el banco de sangre nada y hay goteras por todo el hospital, dijo María Semprum, enfermera.

Daneris Soto lo vivió en carne viva con su hermano, quien estuvo 28 días hospitalizado por complicaciones respiratorias. Aquí no sirve nada, no es solo que no hay nada con qué atender la gente, es que la infraestructura está terrible. Hasta la comida, porque lo que dan es un vaso con dos dedos de avena, una cucharadita de arroz y un poquito de pasta, más nada. Lo que estamos viviendo es horrible, deseo la Venezuela de antes”.

Contaminados

La agonía de ver la muerte cerca por falta de recursos ata de manos a los familiares más pobres. Erika Ávila contó como el miedo de perder a su padre le carcome cada milímetro de piel. “Mi papá esta séptico. Le van a hacer una tomografía y no tenemos cómo hacérsela, aquí supuestamente se la van a hacer gratis pero hay que pagar la ambulancia, la de trabajo social me dice que cuesta 60.000 bolívares y no tenemos. Él sufre de los riñones y de próstata y no podía orinar, por eso se complicó, hace un mes estuvo hospitalizado aquí, nos lo dieron de alta pero como no teníamos cómo comprar las medicinas se nos complicó, aquí está otra vez. Pienso de todo, que esto no sirve, que vamos de mal en peor, porque aquí la gente la traen es para morirse porque no hay nada”.

El Hospital Dr. Pedro Iturbe, adscrito a la Secretaría de Salud, atiende entre 7000 y 10.000 personas diariamente en sus diferentes especialidades y áreas.

Foto: Cortesía


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