Escuela Fe y Alegría Sierra Caroní apuesta por mantener la educación en zona rural de Ciudad Guayana

Fe y Alegría Sierra Caroní apuesta por mantener la educación en esta zona rural de Guayana

Pese a las fallas en los servicios básicos, la escuela Fe y Alegría Sierra Caroní, ubicada en la parroquia Pozo Verde de Ciudad Guayana, se mantiene gracias a la autogestión y vocación de todo su personal

Puerto Ordaz. A unos 50 minutos de Puerto Ordaz, está el sector Sierra Caroní, en la parroquia Pozo Verde del municipio Caroní. Se trata de un sector rural en el que las deficiencias de los servicios básicos son más pronunciadas. Allí está la escuela Fe y Alegría Sierra Caroní, que pese a esto, su vocación los lleva a mantener la institución no solamente en infraestructura sino en educación.

Helen Meneses, directora del Fe y Alegría Sierra Caroní, dice que de 492 alumnos que tienen actualmente, a veces no asiste a clases la mitad de la matrícula por falta de zapatos o de uniformes. 

La deserción escolar ha aumentado. En 2023 desertaron 27 estudiantes. Fe y Alegría Sierra Caroní llegó a tener 570 alumnos antes de la pandemia de COVID-19, en 2020.

La mayoría de los que allí estudian son de la misma comunidad Sierra Caroní. El resto provienen de zonas adyacentes. Igual sucede con los maestros quienes se enfrentan al déficit de transporte en la zona o a que el dinero no les alcance.

El transporte es muy escaso. Gran cantidad de ellos vienen caminando de las zonas adyacentes. Pero en este caso, nosotros como colegio podemos apoyarles en algo monetario, pero no todas las semanas. Entonces los docentes faltan también como los niños por esta escasez, detalló la directora.

A diferencia de otras escuelas en las que un mismo maestro tiene que dar clases hasta a tres grados a la vez, en Fe y Alegría Sierra Caroní cuentan hasta ahora con la plantilla de docentes completa. 

Fe y Alegría Sierra Caroní apuesta por mantener la educación en esta zona rural de Guayana
La escuela Fe y Alegría Sierra Caroní cuenta con 492 alumnos. Foto Jhoalys Siverio
Autogestión y amor

En el recorrido por la escuela Fe y Alegría Sierra Caroní también llama la atención que pese a las deficiencias de servicios básicos y la misma crisis del sector educativo, el plantel se mantiene cuidado en infraestructura.

Meneses asegura que además de autogestión, es por amor a la institución.

Todos ponen su granito de arena, vamos a limpiar, vamos a mantener el ambiente limpio. Creo que eso es lo que se necesita en una institución. Y lo demás, bueno, que pueda traer algo también de su casa, también se solventa de esa manera, comentó.

Para el suministro de agua cuentan con aljibes, aunque ahora por temporada de sequía no les alcanza para llenar diariamente los tanques. Una vecina les presta el apoyo cuando lo requieren.

Sin alimentos

Minervis Vásquez, coordinadora pedagógica de MGT (Media, General y Técnica), se refirió también al apoyo que brindan a los niños en materia de alimentación, aunque muchas veces se les escapa de las manos. 

En lo que va de 2024, la institución no ha recibido la dotación de alimentos para que las cocineras puedan garantizarles el almuerzo. Diariamente acuden a su trabajo a cumplir horario. Algunos alumnos llevan comida para preparar.

“Tenemos una ayuda del Senae, pero eso viene de tiempo en tiempo. Aparte no es mucha la comida que llega. Entonces, puede abarcar tal vez tres días para todo el personal y eso es poco. Pero la mayoría es de los que pueden traer algo o pueden compartir, pero hasta ahí. No es mucho lo que pueden hacer”, señaló Vásquez.

Entre los avances, Fe y Alegría Sierra Caroní cuenta desde el año pasado con conexión a Internet, aunque la calidad no es la mejor. El contar con ese servicio fue por autogestión.

Fe y Alegría Sierra Caroní apuesta por mantener la educación en esta zona rural de Guayana
En lo que va de 2024, la escuela no ha recibido dotación del PAE. Foto Jhoalys Siverio

Todos estos sacrificios valen la pena para la educación de un sector rural, donde muchas veces son los últimos en tomarse en cuenta en las políticas públicas.

En la visita de Crónica.Uno al Fe y Alegría Sierra Caroní, también se pudo compartir con los alumnos que mostraron esa educación y urbanidad por las que varios pasaron en su época. Por ejemplo, esa dinámica de ponerse de pie y dar los buenos días cuando alguien entraba al salón. Unos dijeron que querían ser médicos, maestros, incluso periodista y, aseguraron, escuchar noticias por radio.

Trabajando en este y otros colegios es porque se tiene amor y vocación al trabajo. Porque muchas veces nosotros decimos: ‘ah, pero el sueldo no nos alcanza para solventar la canasta básica o equis situación’; pero nosotros venimos todos los días, nos levantamos, son las cinco de la tarde a veces y todavía estamos aquí, agregó.

Resultados Encovi

La reciente presentación de los resultados de la Encuesta Nacional de condiciones de Vida (Encovi), indica que la población escolarizada subió a 66 % (7,61 millones de niños y adolescentes entre 3 y 24 años). Sin embargo, la misma también indica que 40 % de los alumnos entre 3 y 17 años que están escolarizados no asiste a clases con regularidad.

“Se trata de 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes que faltan algunos días a clases, y casi 50 % de las razones aludidas con mayor frecuencia tienen que ver con la falta de personal docente por huelgas (30 %) o por ausentismo (18 %). Otras razones menos mencionadas, pero muy relevantes, tienen que ver con fallas en los servicios públicos y falta de comida en el hogar o la escuela”, comentó Anitza Freitez, coordinadora del estudio.

Sobre el acceso a la alimentación, la cobertura del Programa de Alimentación Escolar (PAE), pasó de 67 % a 62 %. Solamente 25 % de la población escolarizada en situación de pobreza extrema tuvo acceso al PAE diariamente.

La Encovi también ofreció datos sobre el rezago escolar. En niños de entre 7 y 11 años aumentó de 32 % a 40 %, y de 34 % a 37 % en el caso de las niñas del mismo rango de edad.

“En el grupo de adolescentes de 12 a 17 años es más grave el retroceso en la trayectoria educativa. Entre los muchachos solamente 45 % no muestra rezago y 18 % califica en rezago severo, es decir, tienen dos o más años de retraso. La situación de las muchachas es un poco más favorable: 54 % ha mantenido la continuidad de su escolaridad, pero sigue habiendo una fracción importante que califica en rezago leve (33 %) y severo (13 %)”, señala el estudio. 


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