Hacer delivery en Maracaibo se ha convertido en oficio blanco de la delincuencia e imprudencia ciudadana

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Se calcula que en Maracaibo existen más de 200 ciclistas que se ganan la vida haciendo entregas a domicilio. Durante la pandemia dos jóvenes han muerto mientras rodaban en Maracaibo. A diario hasta cinco personas reportan el robo de su bicicleta. El Guajiro, conoce bien esta realidad, pero decidió alternar su trabajo con la labor social.

Maracaibo. Desde la llegada de la pandemia de COVID-19 a Venezuela en 2020, la bicicleta se ha convertido en el medio de transporte más usado en Maracaibo. Pedro Peña, líder de la organización Sabaneta en Bici, lo califica como “un fenómeno que no se detendrá en el Zulia”.

Aunque al principio se erigió como alternativa frente a la crisis de combustible y la cuarentena radical, algunos marabinos fueron más allá, vieron la oportunidad de negocio y ahora se dedican a prestar servicios de traslado y entregas a domicilio en toda la metrópolis.

Peña recuerda que dos semanas después de la cuarentena radical en el Zulia, un vecino le comentó que quería vender su bicicleta. La paralización de su trabajo como técnico en mecánica hidráulica, lo llevó a decidir y pagó 40 dólares por ella y así buscar otra entrada de dinero.

Con esa comencé a hacer delivery, contacté por Facebook a una señora que vendía tortas y necesitaba un domiciliario, porque con la cuarentena radical nadie debía salir de casa. Recuerdo que no sabía cuánto iba a cobrar, pero ella me sugirió comenzar cobrando un dólar y un producto por trayecto, y así arranqué, contó Peña.

La responsabilidad en las entregas y su puntualidad comenzó a dar frutos y fue recomendado a otros negocios que necesitaban su servicio de traslado.

“Para ese momento si los traslados eran muy lejos, recibía dos productos a cambio. Luego comencé a trabajar con una venta de ropa y ahí despegó el negocio porque me pagaba mejor, hasta 5 dólares”.

La inseguridad juega en contra

Una de las peticiones de la comunidad de ciclistas en Maracaibo es mayor seguridad. Según la organización Maracaibo Rueda Libre, a diario se registran hasta cinco hurtos de bicicletas en la ciudad.

Decidimos no quedarnos de brazos cruzados, y creamos un grupo de emergencia en WhatsApp donde están todas las organizaciones, si hay un robo la persona pasa una foto y nos activamos todos a buscarla. Hemos logrado rescates en menos de 24 horas, dijo Hernando González.

Sin embargo, la organización presume que la cantidad de robos es mayor debido a que no todos los que se movilizan en bicicleta en la ciudad están registrados en este grupo de emergencia, sobre todo los que trabajan de forma particular

Según un sondeo previo realizado por Crónica.Uno, se estima que en Maracaibo hay más de 200 personas que prestan servicio de delivery, por lo que las estrategias para cuidarse en la calle varían. Generalmente no usan la misma ruta y ya han identificado zonas rojas, como La Pícola, Fuerzas Armadas y el cementerio Corazón de Jesús en la avenida La Limpia.

Peña confesó que tiene sus propios códigos para identificar el peligro, luego de que una comunidad en el municipio San Francisco intentó lincharlo al confundirlo con un ladrón.

Unos minutos antes de que yo pasara le habían robado la batería del carro a un señor, y como yo llevaba una bomba de agua que iba a entregar, la comunidad pensó que yo era el ladrón. Me tumbaron de la bicicleta con la policía ahí, me golpearon y cuando finalmente revisaron la cesta y se dieron cuenta de que lo que llevaba era una bomba de agua se fueron, pero yo quedé golpeado y con el teléfono dañado”, recuerda Peña.

Unos días después, luego de retomar su trabajo, Pedro sintió molestias en una rodilla. Producto de los golpes que recibió se le formó una celulitis prerrotuliana.

“Casi pierdo la rodilla, pero gracias a Dios mucha gente me ayudó, así que comencé a hacer labor social para retribuir esa ayuda que recibí”.

Ayudando a los más necesitados

De aquella experiencia violenta, decidió sacar algo positivo y con la ayuda de las redes sociales, donde es conocido como “el Guajiro”, ayuda de manera desinteresada a sus iguales.

Me di cuenta de que en la ciudad hay mucha gente pasando hambre, con otras necesidades y que no tienen cómo pagar un domicilio, así que me puse manos a la obra, dice.

Actualmente atiende varios casos, busca medicinas en calidad de donación, las ofrece a través de las redes y se las lleva a quien las necesite sin cobrar nada. También entrega bolsas de comida para niños y adultos mayores que están en situaciones difíciles, gracias a las donaciones que recibe o de su propio bolsillo.

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Pedro Peña casi pierde la rodilla luego de que fue golpeado por una comunidad que lo confundió con un ladrón. / Foto: Cortesía

Su día comienza a las 7:00 a. m. cuando sale de su casa en el sector Los Estanques para el taller de mecánica donde sigue trabajando, mientras espera que le salga algún traslado. Dice que hay semanas buenas en las que puede ganarse hasta 20 dólares haciendo delivery, pero también hay otras en las que solo gana cinco dólares o nada.

Vivo con mi mamá y con un tío que es minusválido. Mi madre y yo mantenemos la casa, pero desde que llegó la pandemia ella casi no tiene trabajo, es peluquera en Las Pulgas. Ella y yo somos un equipo y entre los dos compramos harina, arroz y verduras. Lo que más comemos es mortadela, huevos y un día a la semana compramos un poquito de pollo o carne molida para comer con pasta”, refirió.

Pedro llega a su casa todos los días pasadas las 6:00 de la tarde, aun con una situación personal difícil, su motivación es seguir ayudando, aunque a veces el dolor en las piernas es insoportable. Su promedio de recorrido diario con las entregas a domicilio es de 70 kilómetros.

Ciudad nada amigable

Actualmente en Maracaibo existen más de 30 organizaciones de ciclistas y aunque todos exigen lo mismo –respeto a la vida, distancia de 1,5 metros de los vehículos, ciclovías, seguridad y señalizaciones– no han logrado ponerse de acuerdo. Cada organización trabaja por separado.

Lo malo es que hay una lucha de poder entre las organizaciones ciclistas para ver cuál se queda como punta de lanza; en mi criterio no debería ser así, lo que hay que hacer es trabajar unidos para que nos respeten como ciclistas. Si empujamos todos para el mismo lado sería genial, pero mientras no sea así, no vamos a lograr nada, criticó Peña.

Recientemente un grupo de ciclistas se reunió con el alcalde de Maracaibo, Willy Casanova. Lo primero que quedó claro es que el cobro de impuestos para los ciclistas que hacen delivery en la ciudad es falso, confirmó Hernando González, quien participó en la instalación de la mesa técnica.

“No se ha presentado hasta ahora ningún plan, proyecto u ordenanza que exija el pago de impuestos a los ciclistas”, dijo.

El pasado 13 de julio la Alcaldía de Maracaibo, a través de la Dirección General de Seguridad Ciudadana, inició el Plan de Seguridad y Reordenamiento Vial, enmarcado en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana y Derecho a la Ciudad.

Durante la jornada, Polimaracaibo inició un registro de las bicicletas que circulan en la ciudad con el fin de entregar un certificado de habilitación vehicular “para el resguardo y protección”. Sin embargo, el plan fracasó cuando a los ciclistas se les exigió el pago de 6 dólares por el certificado.

La jornada que pretendía extenderse por dos días, solo duró unas horas, a pesar de que la policía municipal dijo: “Los registros definitivos permitirán simplificar y optimizar las labores de recuperación e identificación del vehículo, ante cualquier incidencia como accidente, extravío, hurto o robo, garantizando a sus dueños el acompañamiento policial necesario bajo este mecanismo”.

“Las personas que presentaron ese proyecto no conocen la realidad del ciclista en la ciudad. Hubo un cobro excesivo, por eso la comunidad ciclista no estuvo de acuerdo. Una persona que hace delivery debe recorrer hasta cuatro kilómetros para ganarse un dólar, imagínate todo el esfuerzo que tiene que hacer para registrar su bicicleta. Estamos esperando reunirnos con el equipo de la Alcaldía de Maracaibo y con la policía para presentar un plan renovado, un nuevo proyecto”, adelantó González.

Enfocados en lo urgente

El 16 de agosto de 2020 la joven Fiorella Giurdanella fue arrollada en la Circunvalación 3 por un camión que luego se dio a la fuga. La joven ciclista de 24 años era boxeadora aficionada y pertenecía a la organización Ciclovías Maracaibo.

El 31 de julio de 2021 una pareja de novios fueron interceptados por desconocidos en la avenida Guajira del norte de Maracaibo a las 5:00 de la mañana, quienes luego de despojarlos de sus bicicletas le dispararon en la cabeza a Stephanie Chiquinquirá Hernández Oduber de 25 años, murió en el acto. Su novio resultó herido.

Estos hechos violentos han marcado a la comunidad ciclista de Maracaibo.

Estamos enfocados en lograr mayor seguridad para todos, es lo urgente porque este fenómeno no lo vamos a poder controlar y la inseguridad nos está carcomiendo día a día. Es lamentable que un padre de familia llegue a su casa sin el único transporte que tiene para darle sustento a su familia porque lo robaron”, dijo González.

Maracaibo Rueda Libre, organizó hace unas semanas una rodada en la que participaron más de 200 ciclistas de varias organizaciones de la ciudad. Durante el recorrido los jóvenes portaban una vara de 1,5 metros por las avenidas principales de la ciudad para exigir respeto a los conductores.

Peña agradece seguir con vida y tener la motivación y el apoyo de sus seguidores en Twitter para hacer labor social. Sin embargo, llamó a la conciencia de los choferes de carga pesada, transporte público y particulares a mantener la distancia de 1,5 metros de distancia con los ciclistas en la ciudad.

“Solo exigimos respeto, todos podemos convivir unidos”, sentenció.


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