Al menos mil personas andan en bicicleta en Maracaibo. Su utilidad va desde trasladarse al trabajo, hasta hacer compras y trabajar en ellas, todo para evitar la aglomeración del transporte público que presta servicio de manera intermitente desde el inicio de la pandemia por la COVID-19. Pero manejar bicicleta en la ciudad más calurosa de Venezuela también representa un riesgo que incluso puede quitarte la vida.
Maracaibo. Andar en bicicleta dejó de ser una forma de ejercitarse o divertirse para convertirse en un medio transporte en Maracaibo, la ciudad más calurosa de Venezuela, donde el transporte público ha mermado en los últimos dos años en 70 %, según los sindicatos que agrupan al gremio en la ciudad, entre otras cosas por la falta de gasolina.
Con el inicio de la pandemia por COVID-19 en 2020, además de las actividades laborales, comerciales y escolares, el transporte público también se paralizó. Ante tal situación, los marabinos optaron por un medio para trasladarse de manera segura.
Según Ángel López, coordinador de Ciclovías Maracaibo, “la necesidad de los zulianos de moverse en una ciudad donde carece el efectivo y las unidades de transporte no tienen medidas de bioseguridad, el uso de la bicicleta ha tomado fuerza”.
Pero este medio de transporte también ha abierto puertas en el área laboral, debido a que cada vez más personas la usan para buscar ingresos económicos ya sea haciendo entregas a domicilio, vendiendo repuestos y accesorios para los ciclistas, haciendo viajes cortos o trasladando a personas en la modalidad de bicitaxi.
Oscar Suárez, un joven de 25 años, decidió hace un par de meses comprar una bicicleta en 150 dólares para ir a su lugar de trabajo, desde el municipio San Francisco hasta la zona norte de Maracaibo, en su trayecto pedalea un poco más de 10 kilómetros ida y vuelta, atravesando la ciudad.
Me la vendió un vecino que trajo un lote de Colombia, no son muy buenas pero me sirve para ir al trabajo porque cuando comenzó la pandemia tuve que ir un par de veces a pie hasta la ferretería donde trabajo”, dice.
Suárez asegura que andar en bicicleta representa estar expuesto a muchas cosas como: huecos, irrespeto por parte de los choferes y falta de alumbrado público cuando el desplazamiento es de noche. Confiesa que la inseguridad es lo que más le preocupa.
Ángel López coincide en los riesgos que corren los ciclistas en la ciudad.
“La inseguridad por robos es una limitante, además del tráfico, ausencia de fiscalización de regulaciones existentes para automotores, irregularidades en señalizaciones y semáforos. No hay campañas educativas, los ciclistas debemos valernos de mucha prudencia preventiva en el tránsito”, refiere.
Andar en bici te puede costar la vida
Tan solo en octubre de 2020, en Maracaibo se registraron 18 incidentes donde están involucrados ciclistas. Sin embargo, se estima que a diario ocurren entre tres y cinco incidentes en la ciudad.
La gran mayoría no reporta cuando tienen algún percance, como el robo de la bici o una agresión. Tampoco denuncian porque no confían en las autoridades, pues estos no se abocan a resolver estos casos”, dijo López.
En 2020 la muerte de la ciclista Fiorella Giussepina Giurdanella Bracho, de 24 años, encendió las alarmas en la ciudad. La joven, perteneciente al grupo de Ciclovías Maracaibo, fue arrollada por un camión cargado de lechosas la mañana del domingo 16 de agosto en la circunvalación 3 cuando regresaba de una rodada.
A partir de la muerte de la joven, los ciclistas organizados como: Ciclovías Maracaibo, Cyclozona, Escuela de Ciclismo Menor Dr. Gustavo Baptista, MTB Maracaibo, Maracaibo Todo Terreno, entre otros, decidieron emprender una campaña para exigir al gobierno regional acciones contundentes que brinden mayor seguridad para ellos en la calle.
La Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez) se unió al llamado y exhortó a las autoridades gubernamentales al acompañamiento de los ciclistas en las situaciones típicas de riesgo.
“Este llamado se hace más urgente en el contexto actual de Maracaibo, donde la escasez del suministro de combustible ha motivado a muchos zulianos a depender del uso de la bicicleta para garantizar su movilización, siendo la bicicleta el medio de transporte de muchos para conseguir alimentos y medicamentos”, dice el organismo.
Los ciclistas exigieron: estacionamientos seguros en los espacios de la ciudad y la generación de un marco legal de tránsito en las vías públicas, señalización, demarcación y segregación del tránsito de bicicletas que eviten hechos trágicos.
Durante una rodada en honor a la estudiante fallecida, Selene Estrach, la directora general de Desarrollo Social, comprometió a la Alcaldía de Maracaibo a establecer normativas y leyes para tal fin.
El 20 de septiembre de 2020, el alcalde Willy Casanova sometió a consulta pública la ordenanza municipal Convivencia Ciudadana y Derecho a la Ciudad de Maracaibo, aprobada por el Concejo Municipal en primera discusión. Posteriormente, se llevó a sesión extraordinaria para discutir y aprobarla. Está vigente desde el 23 de diciembre del 2020.
Pese a la norma, los accidentes continúan. Anthony Pérez salió de su casa el 28 de enero hacia la avenida La Limpia, donde repararía un teléfono celular. El técnico fue embestido por un camión tipo cava aun cuando se desplazaba por el hombrillo de la calle.
“Yo vi venir el camión y me aparté porque vi que venía a exceso de velocidad, pero el tipo me tiró el camión y me gritó: ‘Maldito, ve que te mato’. El chofer y otros tipos que iban se echaron a reír y yo quedé en el piso”, contó.
Desde entonces Anthony dejó de trabajar debido a una contusión que sufrió en su rodilla izquierda y la inflamación de su columna. “Uno tiene prudencia, pero la gente es mala. Aquí no hay conciencia para esto y eso me frustra”.
Los robos son otro punto en contra, incluso los ciclistas tienen una lista de los puntos rojos de la ciudad donde de cinco intentos de robo, uno se materializa.
Delicias con Av. Universidad, Circunvalación 2 Mercasa, Polideportivo, Av. La Limpia a la altura del Cementerio Corazón de Jesús, La Curva de Molina, Av. Paúl Moreno, C. C. La Cascada, C. C. Montielco, C. C. Delicias Norte- frente a Total Calzados, San Jacinto sector 8, Av. El Milagro, Universidad Rafael Belloso Chacín, elevado de Ziruma, urbanización La Rotaria, El 18 de octubre, Milagro Norte, Teotiste Gallegos, Grano de Oro, Facultad de Ciencias LUZ, Círculo Militar, La Trinidad, Sierra Maestra y Ciudad del Sol, son los puntos críticos para los ciclistas.
Según Ciclovías, más de mil personas se desplazan en bicicleta por la ciudad, por lo que existen grupos de WhatsApp para denunciar los robos. Los ciclistas aseguran que han pasado por este mal rato, los sujetos los someten con palos, tubos, cadenas y hasta armas de fuego para despojarlos de su medio de transporte.
¿Cuánto cuesta andar en bicicleta?
Las bicicletas en Maracaibo varían de precio dependiendo de la calidad y el tamaño. Van desde 130 dólares hasta 1000. En el caso de los accesorios como frenos, casco, cojines, guantes y cambio de velocidades, la inversión puede llegar hasta los 300 dólares.
En el caso de Maracaibo existen otros accesorios únicamente para protegerse del sol, como tapacuello o mangas que se venden entre dos y tres dólares la unidad.
El mantenimiento es otra cosa. Rafael González tiene un taller de bicicletas en el oeste de la ciudad. “Con esto de la pandemia cambié los carros por las bicicletas, con el paso del tiempo me he ido puliendo”, dice.
“Cobro un dólar por montar un parcho, eso es lo que más sale porque las calles están muy malas, y lo demás como ajustar frenos y montar piezas va desde dos dólares hasta 10. En una semana buena hago hasta 50 dólares porque nunca faltan clientes, las bicicletas son el boom ahora”.
Ángel David Sardi confiesa que es nuevo en el ciclismo, sin embargo, asegura que el mantenimiento de esta ronda los 20 dólares, sobre todo si se trata de cauchos o tripas. En comparación con otros medios de transporte, el periodista asegura que “es un medio económico y mantiene saludable al que lo use”.
El papel de los organismos de seguridad
Ángel López, coordinador de Ciclovías, asegura que el ciclista de Maracaibo pasa inadvertido para organismos de seguridad.
Con el repunte del uso de la bicicleta por la pandemia han sucedido arbitrariedades por parte de algunos funcionarios haciendo exigencias no reglamentadas, pero no ha sido un número significativo de casos como para alarmar, por eso desde Ciclovías difundimos información de derechos y deberes para que cada ciclista pueda ser garante de un mejor trato”, dice Ángel David.
En Maracaibo cada vez son más las denuncias de abuso policial, pues los uniformados exigen a los ciclistas mostrar factura de la unidad e incluso la verificación de algún tipo de serial que ésta tenga rotulado.
“A mí me han parado varias veces. Tengo una bicicleta que me envió mi tía de Estados Unidos. Me piden factura, cédula y hasta carnet de circulación, cosa que es absurda. Pero claro, al final en todos los casos me han insinuado que les dé dólares por dejarme ir y como soy mujer, aprovechan, pero yo me sé mis derechos y gracias a Dios siempre he salido bien librada sin pagar nada”, confesó Yajaira Velazco, de 22 años, quien hace delivery para una pizzería.
Sardi fue tajante en relación con el auge de las bicicletas en la región.
“Todavía falta mucho para que podamos decir que Maracaibo es una zona segura para el ciclismo, pero la bicicleta da pa’ todo. Es tanto recreacional, como un medio de transporte ya casi indispensable para la mayoría de los zulianos y estoy seguro de que cada vez las calles van a estar más ocupadas por gente en bicicleta”, concluyó.
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