“Mi hija y yo tenemos que juntar el bono de Guerra Económica para comprar comida”

Adultos mayores en Maracaibo

Los bonos y las pensiones son insuficientes para cubrir una alimentación adecuada y las medicinas de los adultos mayores en Maracaibo. Sus testimonios describen la emergencia humanitaria que aún padece el país.

Maracaibo. Esta semana los pensionados y jubilados de Venezuela recibieron el bono de Guerra Económica. El subsidio que entrega el gobierno nacional a través del sistema Patria como una ayuda para contrarrestar la crisis.

Cargada con un par de bolsas, donde llevaba seis paquetes de arroz, una mortadela, jabón y un sobre de suavizante para ropa, Ingrid Salas de 62 años apuraba el paso. Su hija llevaba otra bolsa con varios paquetes de harina y un cartón de huevos.

Las mujeres, que iban acompañadas por dos niños, descansaban de vez en cuando del calor sofocante, ponían las bolsas en el piso, se limpiaban la frente y seguían.

La expresión de Ingrid, que trabajó por tres décadas en el área de salud de la capital zuliana, era de alegría, pero sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas al explicar la situación que atraviesa.

Depender de un bono para comer es triste, la situación está dura y nosotros los viejos, estamos peor. Mi hija y yo tenemos que juntar el bono de Guerra Económica todos los meses para comprar comida. La pensión no la han pagado pero esos 130 bolívares no alcanzan para nada, si acaso puedo comprar una mantequilla para untar las arepas. Es injusto y vergonzoso”, dijo antes de continuar su camino.

El 20 de enero de este año, Nicolás Maduro dijo a través de su cuenta en la red social X que para el cierre de 2023 el sistema Patria alcanzó los 21 millones de venezolanos.

Adultos Mayores Maracaibo
Ingrid lamenta la alimentación que tiene, pero agradece no tener problemas de salud porque, de lo contrario, no podría cubrirlo/Mariela Nava

El bono de Guerra Económica se divide en dos bloques: 2530 bolívares para los jubilados de la administración pública y 905 bolívares para los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Comen menos

Cifras de la Organización Panamericana de la Salud indican que en el año 2000 la población total de Venezuela era de 24.427.729 habitantes. En 2023 esa cifra se elevó a 28.838.499, es decir, que hubo un aumento de población de 18,1%. Para el mismo año, los mayores de 65 años representan el 8,8% del total poblacional.

Según la ONG Convite, los adultos mayores en Venezuela tienen un ingreso mensual entre los 10 y 15 dólares. La Cámara de Comercio de Maracaibo, a través de la Unidad de Información y Estadística, reveló esta semana que el costo de la Canasta Alimentaria en la región se ubica en 453 dólares.

Este panorama trae como consecuencia la malnutrición de los adultos mayores. La asociación civil Kapé Kapé alertó en 2022 que un tercio de los adultos mayores en Venezuela estaban en riesgo de desnutrición.

Darwin Acosta, de 66 años, solo pudo comprar un pollo, un paquete de cuatro rollos de papel sanitario y un jabón en polvo de 400 gramos con los 300 bolívares que le pagó la Universidad del Zulia, correspondientes a su jubilación.

El hombre que fue por 25 años jefe de servicio de la casa de estudios explicó con la voz quebrada:

Me quedé sin nada, esto nos tiene que rendir hasta el 25 que vuelva a cobra los mismos 300 bolívares y después, hasta el 15 del mes que viene que me vuelvan a depositar”.

Su grupo familiar está compuesto por tres adultos mayores y un niño, su nieto.

Esa es la única entrada económica que hay en la casa de los Acosta, más los 130 bolívares que llegan de la pensión por el IVSS. Ante la pregunta ¿eso te alcanza?, el hombre reaccionó enfáticamente.

“No, nosotros tenemos años que no comemos las tres veces al día. Esa pensión no alcanza. Muchas veces nos acostamos sin comer, así de fácil, pasamos más hambre que el carrizo y es injusto que después de trabajar tanto por mi país tenga que vivir de dádivas”, reflexiona el hombre mirando el pollo que escurría.

No alcanza para la proteína

Andrina Medina no ha llegado a la tercera edad, apenas tiene 42 años, pero asegura que la mala situación es pareja. Dijo que a pesar de que solo son ella, su esposo y su pequeño hijo, ha tenido que aprender a administrar el poco dinero que entra en casa para lograr las tres comidas del día.

“Hoy solo compre medio cartón de huevos jumbo, me costaron 3,2 dólares. En casa, con lo que entra, tratamos de darle prioridad a la proteína. Estos huevos me alcanzan para cuatro días, todo depende si también cenamos con ellos”, dijo la promotora de ventas que, en promedio, una vez al mes, compra pollo o carne.

En Maracaibo el kilo de carne cuesta de seis a ocho dólares en los mercados populares, mientras que el kilo de pollo supera los tres dólares. Estos precios son calculados a dólar paralelo. Por eso las alternativas para sustituirlos son los granos, las verduras y el queso.

Adultos mayores Maracaibo
Las ventas de verduras y hortalizas son las que registran mayor clientela debido a la sustitución de las proteínas/Mariela Nava
Una realidad dura 

Sergio González tiene 56 años y su esposa Eneida, 59. Ambos tienen cuatro años vendiendo queso en un mercado del oeste de la ciudad. Las ganancias semanales que deja el negocio familiar son de hasta 60 dólares, pero en casa son seis. No alcanza.

Esto es difícil de explicar, pero la realidad es que no puedo cubrir todas las necesidades porque no llego. Con medio kilo de pollo comemos los seis, no quedamos llenos, pero algo le echamos al estómago. Lo que más comemos es huevo, sardina, queso y granos que acompañamos con arroz, harina y a veces, pasta”, comentó.

El negocio tampoco va bien, este año las ventas de Sergio han bajado 80 %, a pesar de que el queso es el principal sustituto de la carne y el pollo.

“Ahora un kilo de queso cuesta casi siete dólares. El que compraba un kilo, ahora se lleva medio. La gente compra queso para remediar, a veces me toca regalar un pedacito porque llegan muchos viejitos a comprar 20 bolívares de queso y eso no es nada. Lo que estamos viviendo es crítico”, dice.

Adultos mayores
La venta de queso ha bajado 80 %, los adultos mayores prefieren comprar huevos debido a que es la proteína mas barata por ahora en Maracaibo/Mariela Nava

En la acera contigua, Jairo Añez de 63 años acomoda una treintena de plátanos. Desde la pandemia es empleado de una venta de verduras. Antes era chofer de autobús, pero su patrón vendió todo y él quedó desempleado.

Aquí me gano lo que me den, 100 o 200 bolívares a la semana, con eso resuelvo algo de comida. Vivo con mi esposa, no tenemos hijos. Ella está enferma porque el covid le dañó un pulmón. Muchas veces nos acostamos sin comer y resignados, confiando en lo que Dios disponga, esperamos que amanezca”, dice resignado.

Jairo también sufre de la tensión y muchas veces tiene que decidir si compra sus medicinas o las de su esposa. Dice que con un muslo de pollo comen los dos. “Esto está feo, no sé a dónde va a llegar”, sentencia.

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