Hay casos autóctonos de difteria en seis estados del país

En Venezuela la epidemia se disemina. Los posibles portadores de la enfermedad están en constante desplazamiento hacia otros territorios de la Nación, en donde residen poblaciones de alta susceptibilidad por no estar suficientemente vacunadas.

Caracas. Al confirmarse en esta semana la presencia de un caso mortal de difteria en Apure, se suman ahora seis estados con casos autóctonos de la enfermedad.

Eso equivale, según la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la epidemiología Nacional, a 25 % de las entidades federales del país.

Los médicos de estas dos organizaciones explicaron que la diseminación desde Bolívar ya se había confirmado en Monagas, Sucre, Anzoátegui (municipio Bolívar, Araguita), y Miranda (Ocumare del Tuy, municipio Lander); siendo este último en donde se registró el nuevo caso: una paciente hospitalizada en el hospital Domingo Luciani, que tuvo contacto epidemiológico con vecino que realiza minería en Bolívar y que, además, efectúa continuos viajes a Caracas.

La paciente trabaja en un establecimiento público con múltiples contactos personales, lo cual le sirvió a la Red para determinar el predecible fracaso de los mecanismos de bloqueo epidemiológico coordinados por el Ministerio para la Salud (MPPS).

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“Estas actividades fueron concentradas originalmente, en el estado Bolívar, y no impidieron la fácil transmisión de la enfermedad, por portadores sanos y sintomáticos, muchos de ellos vinculados con personas que viven y trabajan en las zonas mineras del municipio Sifontes y de otros municipios de ese estado, como Caroní y Heres. Estas personas se desplazan constantemente hacia otros territorios de la Nación, en donde residen poblaciones altamente susceptibles de adquirir la enfermedad por no estar suficientemente vacunadas contra la difteria”, dijeron en un comunicado conjunto los doctores José Félix Oletta, Carlos Walter, Ángel Rafael Orihuela, Ana Carvajal, Julio Castro M., Oswaldo Godoy, Andrés Barreto y Saúl O. Peña.

Desde la identificación del primer caso —aproximadamente en abril de 2016—, han transcurrido ocho meses, “y el MPPS no ha ofrecido información completa, oportuna, ni continua sobre la situación de riesgo que representa esta enfermedad reemergente para la población general de toda Venezuela y, en particular, en los grupos de edad más jóvenes, no vacunados o insuficientemente vacunados. Igualmente, los familiares directos y otros contactos cercanos de las personas afectadas y para el personal de salud que por razones profesionales está expuesto al contagio y que aún no ha recibido vacunación, ni suficientes equipos de protección personal”, señalaron los investigadores.

Aunque los medios de comunicación de Bolívar alertaron por primera vez sobre el tema en septiembre de 2016, para octubre, el número de casos acumulados ascendía a 86.

“Esta cifra se ha multiplicado hasta esta semana, cuando el número de casos estimados oscila entre 200 y 300 en los 6 estados afectados con casos autóctonos. Se desconoce con exactitud el número de casos confirmados y de fallecidos”, mencionaron.

En notas anteriores, advirtieron cuáles estados representan mayor índice de riesgo por no haber alcanzado los niveles óptimos de cobertura. Además de Bolívar, citaron a Amazonas, Monagas, Delta Amacuro, Zulia, Carabobo y Barinas.

En este grupo, dos de ellos ya han sido afectados, mientras que los que presentaban riesgo intermedio (Cojedes, Yaracuy, Miranda, Guárico, Anzoátegui, Apure, Distrito Capital, Lara y Mérida), ya cuentan con tres que tienen casos autóctonos confirmados. Entre los siete estados restantes, con muy bajo riesgo, uno de ellos, Sucre, ha confirmado casos.

Para proteger a la población, los especialistas sostienen que se requeriría realizar con urgencia una campaña masiva de vacunación nacional, con al menos cinco millones de dosis. De igual modo, a fin de garantizar el éxito de la medida, manifestaron que es indispensable una cadena amplia y continua de información que cuente con el apoyo de los medios y que vaya dirigida a sensibilizar a las personasn y a aceptar el mecanismo preventivo más eficaz para evitar la enfermedad.

“Esa campaña reforzará la confianza de la población en las autoridades de salud, reducirá el miedo, los falsos conceptos, la incertidumbre y la discriminación que son comunes en cualquier epidemia”, acotaron.

Medidas a tomar

*Según la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional, el número de niños menores de 10 años susceptibles a vacunar, e insuficientemente vacunados, puede alcanzar la cifra de 2 millones 500 en todo el país.

*Cerca de 2 millones de adultos y adolescentes requerirían además ser vacunados por residir en municipios de alto riesgo y no haber cumplido programas completos de vacunación. También deberán recibir refuerzo de vacunación aquellas personas con más de 10 años de haber sido inmunizadas.

*No menos de 500.000 trabajadores y profesionales de la salud de todo el país deben ser igualmente protegidos y no se conoce hasta este momento cuántos de ellos han recibido defensa inmunitaria (vacunas).

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*Además, para los tres próximos meses se necesitarán cerca de 1.000 tratamientos completos de antitoxina diftérica para cubrir las necesidades de los casos sospechosos. La reserva nacional de penicilina y eritromicina debe ser reforzada, al igual que los insumos requeridos para la atención de los enfermos en unidades de aislamiento y cuidados intensivos.

*El éxito de las urgentes medidas individuales y colectivas de salud pública que deben aplicarse ante esta grave epidemia dependerá, en primer lugar, del reconocimiento por parte de las autoridades de salud de la emergencia que está en desarrollo; luego, de asignar recursos financieros y técnicos especiales y de la convocatoria que el órgano rector de la salud debe realizar, para actuar coordinada y armónicamente, en las tareas necesarias de vigilancia y control de esta amenaza de salud colectiva a nivel nacional, regional y local.

*El control de la situación estará determinado por la participación de gobernaciones, alcaldías y de la comunidad organizada y bien informada. Igualmente, será necesario mancomunar esfuerzos con la Academia Nacional de Medicina, con los gremios de la salud, las sociedades científicas, universidades, institutos de investigación, iglesias y los promotores y comunicadores sociales.

“Ya no es posible ocultar la magnitud y extensión territorial de la epidemia de difteria en Venezuela mediante el silencio oficial continuado, o con declaraciones oficiales que afirman erradamente ‘que es un asunto regional, bajo control’. Las organizaciones exhortan a MinSalud y a la Organización Panamericana de la Salud,  que le asesora, a “declarar la alerta epidemiológica, obligados por esenciales razones de justicia social y para dar fiel cumplimiento de los mandatos del Reglamento Sanitario Internacional, Ley supranacional, ratificada por Venezuela”, exigieron los médicos de la Red en su alerta epidemiológica número seis.

Foto referencial: Mariana Mendoza


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