La madre de Betancor ha sabido combinar sus facetas como cantante y funcionaria pública. Incluso llegó a amenizar con sus canciones el programa Cantando con Yelitze los jueves de 7:00 a. m. a 10:00 a. m. en el cual la entonces gobernadora Santaella se dirigía a los monaguenses. Simosa, quien fue presidenta del ICUM entre 2017 y 2021, pertenecía al gabinete de la mandataria cuando su hija llegó a Gasmaca. Fueron dos miembros de la misma familia ligados a la gobernación monaguense.
Una gestión empañada
Betancor estudió en el Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño, institución privada, en la cual se graduó de ingeniería civil, área que se especializa en el diseño, construcción y mantenimiento de infraestructura. Se recibió después de un destacado bachillerato en el Liceo Nacional Francisco Isnardi en el que egresó con promedio de 19,4 según datos de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu). El único antecedente en el servicio público identificado por este equipo la vincula como trabajadora del Ministerio de Vivienda y el Hábitat desde 2015, año en el que Manuel Quevedo se desempeñaba como ministro. Según consulta realizada el pasado 6 de diciembre, aún figuraba como activa en la institución.
Cuando asumió la presidencia de Gasmaca se dispuso a darle continuidad al plan de entrega de gas a domicilio que puso en marcha su antecesora, María Gabriela Bastardo, con el objetivo de eliminar la venta y las colas en la Planta Distribuidora, localizada en la zona industrial de Maturín. Ya en 2017 la empresa se había fusionado con Pdvsa Gas Comunal para fijar rutas de distribución y garantizar el expendio del gas en las comunidades, según declaró la entonces gobernadora, Yelitze Santaella. Para junio de 2018, pasó a formar parte del conglomerado de empresas estratégicas y productivas de la Corporación para el Desarrollo del estado Monagas (Corpo Monagas).
Sin embargo, para octubre de 2020 los reclamos de la población que exigían celeridad en el suministro del gas doméstico y en la distribución de bombonas aumentaron. Reportes de la prensa local reseñaban para esa fecha hasta 10 protestas diarias en sectores como El Abanico, Los Guaritos, Complejo Paramaconi, Las Cocuizas, calle Carvajal y callejón Universidad, todos del municipio Maturín. Con cada manifestación, la gobernación respondía con promesas de mejorar el servicio y anuncios de entregas de bombonas.
Habitantes del sector Caño de los Becerros, en el municipio Piar de Maturín, cumplían más de 10 meses sin gas cuando el 28 de diciembre de 2020 se organizó una jornada de distribución a cargo de la presidenta del consejo comunal. Ese día 161 bombonas de gas que habían descargado y almacenado en una casa explotaron y dejaron 36 heridos con quemaduras de segundo y tercer grado y nueve fallecidos, entre ellos cuatro niños de entre 5 y 13 años de edad.
A 17 días de la tragedia, Betancor informó, a través de su participación en el programa Conversando con Yelitze, que el accidente había sido originado por una colilla de cigarrillo, según el diagnóstico de expertos de Gasmaca.
Las víctimas de Caño de los Becerros no solo pidieron la destitución de la directiva de Gasmaca, sino que también hicieron solicitudes al defensor del Pueblo para que intercediera en la agilización de las investigaciones y garantizar asistencia por parte del Estado, incluyendo una indemnización por los daños causados. Sin embargo, no obtuvieron respuestas. Solo el diputado opositor Guillermo Vásquez pidió un derecho de palabra en el Consejo Legislativo del estado Monagas para solicitar la comparecencia de Luisana Betancor. En respuesta a la petición se creó una comisión mixta para esclarecer las causas que generaron el accidente, presidida por el legislador Reinaldo Astudillo.
Durante la gestión de Betancor hubo otros tres accidentes vinculados a cilindros con gas. El 13 de enero de 2021, a 16 días de la explosión en Caño de los Becerros, hubo otro accidente en la comunidad Juana Ramírez de Costo Abajo donde dos adultos y un niño resultaron heridos con quemaduras de segundo y tercer grado en más de 60 % de sus cuerpos. Cinco días después, el 18 de enero, una mujer sufrió lesiones leves tras una llamarada de fuego que se produjo por la fuga de gas en una bombona que instaló en su casa en el sector Cachipo. Al día siguiente, el 19 de enero, explotó un cilindro de gas en el sector Halliburton de la parroquia Jusepín de Maturín. En ese accidente resultó herido Antonio Olivo, quien fue trasladado hasta el Hospital Central de Maturín, al presentar contusiones en la cabeza y extremidades.
Desde finales de 2020, cuando ocurrió la tragedia de los Caños, no existen nuevas publicaciones que den cuenta de sus actividades cotidianas. En sus redes no hay rastros recientes de su vida pública ni de su afición por el fitness y el entretenimiento. La joven empresaria, antes constantemente activa con sus usuarios, tiene su perfil social tan estancado como el curso de las averiguaciones abiertas durante su gestión.