Iglesias emblemáticas de Venezuela para visitar los siete templos a distancia

La cuarentena nos tiene viajando por muchas partes a través de las redes sociales. En esta Semana Santa hemos ido a misa en lugares insospechados, asistido a reuniones y conversaciones con gente cercana y lejana. Seguir la tradición de la visita a los templos también es posible a la distancia.

Caracas. La visita a los siete templos es una tradición en Semana Santa que empieza después de la misa del Jueves Santo, cuando se deja el Santísimo Sacramento en el monumento, donde queda reservado hasta el Viernes Santo al mediodía. Los fieles van a visitar esos monumentos en siete iglesias distintas en recuerdo de los siete trayectos que hizo Jesús en la noche previa a su crucifixión. Aquí les presentamos algunos para vivir esta tradición con la lectura y luego con la oración desde los propios hogares.

El templo futurista de la Patrona

La Virgen María dejó, tras su visita a los indios Cospes en 1652, una especie de hoja de árbol, del tamaño de una moneda grande, en la mano del cacique Coromoto. Desde entonces se venera esta reliquia mariana, una prueba material de la visita de la Patrona de Venezuela a los pueblos primigenios y su permanencia en el país.

Después de más de 300 años de su aparición, le levantaron un templo que rompe los esquemas clásicos, la Basílica Menor de Nuestra Señora de Coromoto, que mucho tiene de futurista y hasta, imaginando, parece como un “cohete arquitectónico” para llevarnos al cielo. La estructura, que puede acoger a 2500 personas, es obra del arquitecto Erasmo Calvani y su construcción empezó en 1975 hasta mediados de los años noventa. Tiene una cúpula de más de 50 metros con vitrales policromados, que dan una luz muy particular al recinto y sus paredes con bajorrelieves escenifican la aparición de la Virgen. Está en la parroquia Quebrada de la Virgen, a 10 km de Guanare, Portuguesa, vía a Barinas.

 “El Nazareno me dijo”

Aunque la célebre canción del Maelo habla del Nazareno panameño, a cualquier venezolano se le viene a la memoria el Nazareno de San Pablo, así como los versos de Andrés Eloy Blanco de “El limonero del Señor”, esos sí inspirados por esta imagen milagrosa que congrega a miles de feligreses el Miércoles Santo de la Semana Mayor, que tiene su nicho en la Basílica de Santa Teresa, en el centro de Caracas.

El templo se encuentra en la parroquia homónima y fue construido entre 1877 y 1881 por mandato del presidente Antonio Guzmán Blanco y diseñado por el arquitecto Juan Hurtado Manrique. La basílica de estilo neoclásico es, en esencia, dos iglesias unidas entre sí por una cúpula sobre el altar mayor, ubicado en el centro del recinto. La fachada oeste está dedicada a Santa Ana y la fachada este a Santa Teresa, en honor de Ana Teresa, la esposa del presidente.

Foto: Luis Morillo
En esta Basílica se amanece

La Basílica de la Chinita tal como se conoce hoy data del año 1941, sin embargo, en el lugar ya existía la ermita dedicada a San Juan de Dios desde 1686. En los primeros años del 1700 ocurre el milagro de “la tablita”. Una lavandera encontró una tabla que le pareció práctica para tapar una tinaja y por un hecho milagroso se devela en ella la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Cada 18 de noviembre los gaiteros amanecen cantando su serenata a la Patrona del Zulia justo frente al templo y toda la ciudad se une al parrandón. En el año 2004 se inauguró allí una plaza monumento a la Virgen, obra del arquitecto Alí Namazi.

Bajada de la Chinita
Foto: Mariela Nava
Virgen del mar en su valle

El 8 de septiembre Margarita recibe a millares de peregrinos que se rinden a los pies de una imagen pequeña, pero muy milagrosa, que se venera en el Valle del Espíritu Santo.

Esta Basílica Menor es un templo de estilo neogótico que tiene una planta en forma de cruz latina. Sus dos espigadas torres reciben al visitante en medio de las montañas de esta zona insular. En lo interno, está dividida por arcos ojivales con pequeñas columnas adosadas. En lo alto del retablo está el camarín donde reposa el pequeño ícono mariano, que según la historia, libró a un pescador de la amputación de la pierna. Él prometió que si la Virgen intercedía por su sanación le entregaría la primera perla que sacara del mar. Cuando pudo hacerlo, sacó un ostión con una perla en forma de pierna, la cual se conserva en el Museo Diocesano de la Virgen del Valle.

Foto: Archivo
Un techo para el cielo

La modernidad se impone en la vanguardista Catedral de Barquisimeto, diseñada por el arquitecto John Bergcamp, dedicada a Nuestra Señora del Carmen. Inaugurada en la década de los sesenta, esta iglesia es poco convencional: su estructura se plantea a lo ancho –no a lo largo, como la mayoría de los templos– y los fieles quedan dispuestos en semicírculo alrededor del altar. Su techo transparente deja pasar la luz natural, al igual que los vitrales de las paredes. No hay obstáculos para que el cielo se deje sentir en su interior.

Foto Archivo
A los pies del Santo Cristo de La Grita

El Santo Cristo de La Grita, según la tradición, fue tallado por un ángel ante las dificultades que tuvo para hacerlo el monje escultor que se había propuesto ese cometido. En 1610 un terremoto destruyó La Grita y un fraile franciscano, aterrado por lo ocurrido, ofreció a Dios hacer una imagen de Cristo para consagrarle la nueva ciudad. Y con esa devoción lo recuerdan sus fieles que van a rendirle homenaje en este templo que data de 1886: la Basílica Menor del Espíritu Santo, de estilo neogótico, justo frente a la plaza Bolívar de La Grita, en el municipio Jáuregui del estado Táchira. Los vitrales que están en el nicho del Santo Cristo le dan una majestuosidad que invita a la veneración.

Cortesía: iamvenezuela.com/ Foto Miguel-Ángel-Márquez
Cita con el Médico de los Pobres

Todo caraqueño –o visitante– que sea devoto del doctor José Gregorio Hernández hace una parada en la céntrica parroquia Candelaria para ir a agradecer la intercesión de este hombre declarado venerable por la Iglesia Católica. Hace pocos años, el templo colonial que data de 1708, dedicado Nuestra Señora de la Candelaria, fue remozado por las autoridades civiles bajo la supervisión de expertos en conservación de monumentos. Los 150 años del natalicio del venerable fueron una buena razón para el remozamiento, pero además de su cripta, se renovó todo el templo. En la actualidad, sus paredes, pisos, techos y retablos son lo más parecido a como fueron en los años en que se construyó, gracias a los estudios y el trabajo de los expertos.

Foto: Luis Morillo

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