Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales advierte que PIB caerá 30% este año

Contagios de COVID-19

La reducida producción petrolera, sumada a la falta de inversión y la deficiente política fiscal son algunas de las causas de la contracción económica, asegura el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB.

Caracas. La pandemia amenaza con dejar una de las mayores crisis económicas recientes, incluso peor que la de 2008. Venezuela, que arrastra una contracción en su actividad económica desde hace siete años, será una de las más golpeadas por los efectos del COVID-19. El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UCAB calcula que solo en este año el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela se contraiga 30 %.

En el “Informe de coyuntura septiembre 2020” la institución señala que la economía venezolana ya acumulaba una contracción de 61 % entre 2014 y 2019 y advierte que se podría terminar en 2020 con una caída adicional en el PIB de 30 %, y sin esperanzas de recuperación para 2021, de no cambiar radicalmente la situación política y el régimen de políticas económicas.

La reducida producción petrolera, sumada a la falta de inversión y la deficiente política fiscal son algunas de las causas de la contracción económica, asegura el IIES. El documento apunta que el desplome progresivo de los ingresos petroleros es de tal magnitud que hoy Pdvsa casi no aporta ningún recurso fiscal al Estado.

“Esta merma en los ingresos se ha producido no solo por el deterioro en los precios internacionales del petróleo sino, sobre todo, por la drástica reducción en la capacidad de producción y exportación de hidrocarburos y sus derivados”, reza el texto.

El instituto ve difícil que Pdvsa pueda elevar su producción y las exportaciones de petróleo y sus derivados en 2021, de hecho, estima que estas se reduzcan entre 5 % y 10 % respecto a los bajos niveles que muestra este año. En agosto la producción se ubicó en 340.000 barriles de crudo diarios, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).

El monto de los ingresos generados por las exportaciones totales de bienes y servicios este año podría rondar $7400 millones, lo que representa aproximadamente 10 % de lo registrado en 2014 y 63 % menos de lo que ingresó en 2019.

La economía se ha reconfigurado con la reducción de Pdvsa, por ejemplo, el petróleo que tradicionalmente generaba más de 90 % de los ingresos por exportaciones hoy representa 77 % “en un escenario optimista”, enfatiza el IIES. La tendencia sugiere que se reducirá aún más su participación en 2021, al ubicarse en 70 % o menos.

Disminución de las remesas

En 2019 por concepto de remesas y repatriación de capitales ingresaron al país unos $3700 millones. En el informe se calcula que para 2020 podrían reducirse a la mitad a causa de los efectos negativos de la pandemia.

Deterioro del salario mínimo

El ingreso integral sigue siendo uno de los más bajos de Latinoamérica. El salario mínimo de 2020 apenas llega a representar 5 % del valor real que tenía en 2013. Este indicador dejó de ser un referente con algún significado económico y social, motivado a que desde 2013 ha quedado muy rezagado con respecto a la inflación y la devaluación del tipo de cambio.

La eliminación del rígido control cambiario conllevó a que las empresas pudieran facturar en divisas a partir de 2019. Esto permitió remunerar en divisas al menos parcialmente a los trabajadores. De acuerdo con una encuesta de la firma PGA Group Venezuela, en 2013 solo 13 % de las empresas consultadas pagaban remuneraciones total o parcialmente en dólares, hoy lo hace 95 % de las compañías.

“A pesar de la flexibilización económica a la que se ha visto obligado el Gobierno, la hiperinflación ha pulverizado no solo los ingresos de los trabajadores, sino también los beneficios laborales por antigüedad, bonificaciones, seguros y demás compensaciones establecidas en la ley, lo que desestimula la oferta de empleo en el sector formal de la economía e incentiva su informalización”, explica el IIES.

La investigación advierte que la escasez de insumos esenciales para la producción, los problemas de abastecimiento de gasolina y la paralización de la economía debido a la crisis del COVID-19 proyectan un mayor deterioro del salario mínimo real. Asimismo, agregan que sin la estabilización de la economía y la reorientación de las políticas económicas esta situación no mejorará.


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