La música no ha dejado de sonar en El Sistema de Orquestas. Pero no ha sido fácil lograr afinar en medio de la crisis. En 2018 quedaron un poco más de 25 músicos fundadores de la Orquesta Simón Bolívar, la agrupación de Gustavo Dudamel. Jesús Morín, director sectorial de formación académica de la Fundación Musical Simón Bolívar, dice que lo que se vive dentro de El Sistema es lo que “padece cualquier institución u hogar” venezolano.

Caracas. En piso el tres del Centro de Acción Social por la Música suenan los violines. Los músicos practican las escalas y dan vuelta a la partitura. Al fondo del pasillo, está Jesús Morín. Frente a él: un atril, una partitura y un violonchelo. Él es el director sectorial de formación académica de la Fundación Musical Simón Bolívar, conocida como El Sistema de Orquestas.

Lo primero que dice es que a El Sistema en sus ya 44 años de fundado le ha tocado adaptarse a distintos procesos políticos, sociales y económicos que se viven en el país. “El maestro Abreu dijo que El Sistema era una estructura en constante cambio y transformación”, recuerda del fundador, quien falleció en marzo de 2018. 

Sin José Antonio Abreu, ahora El Sistema vive un proceso de readaptación y reordenación. Morín le llama “volver a las raíces” en medio de precarios salarios, recorte de presupuesto, renuncias de profesores y migración de músicos profesionales. “No es una situación exclusiva de El Sistema”.

La música no ha dejado de sonar en El Sistema. Pero no ha sido fácil lograr que la orquesta afine en medio de la “complejidad país”, como la califica Morín. “Tocar, cantar y luchar” es lo que intentan cada día sus miles de músicos. En 2017 unos 130 decidieron luchar en otro país, mientras que 2.000 están enseñando a tocar y a cantar fuera de la institución.

En lo que va de año, 40 % de los niños inscritos se retiraron para dedicarse a otras actividades, se mudaron o emigraron. Otros, como Armando Cañizales, asesinado en mayo de 2017 en las protestas contra Nicolás Maduro, toca su viola desde el cielo.

¿A qué le ha tocado adaptarse en este momento a El Sistema?

Primero, a no tener físicamente al maestro Abreu. Es difícil no tenerlo. Lo segundo ha sido retomar las raíces de El Sistema. Es evidente la deserción de profesores y músicos en los últimos cuatro años. Es algo que está ocurriendo en el país y El Sistema de Orquestas no está en una burbuja para no vivir esto. Pero la historia de El Sistema nos dice que el maestro comenzó un ensayo con 11 chamos, tenía 50 atriles para recibir a 100 personas. Esos chamos después viajaron por el país formando a otros y así se crearon los núcleos. Se nos van profesores y músicos, pero quedan miles de miles en los núcleos. Las nuevas generaciones asumen los procesos formativos de los niños que están ingresando. ¿Cuál es la diferencia? Antes tenías un profesor de 25 a 40 años de edad, ahora es un jovencito de 17 años que le da clases a los de 10 años.

En esa vuelta a las raíces, ¿han visto a las orquestas que en algún momento tuvieron más de 100 músicos llegar a 11 chamos?

—Sí, claro. No es el resultado final, es circunstancial. La Bolívar B, de la que el maestro Gustavo Dudamel es el director artístico, de su masa de músicos fundadores, quedaron entre 25 y 30 músicos el año pasado. No fue que la orquesta quedó con 25 músicos. ¿Qué hicieron? Cobijaron bajo su brazo a esos 90 que fueron entrando progresivamente y le transmitieron toda la información. Ah, ¿que en las orquestas regionales que antes eran de más de 100 personas te consigues un ensayo diario con  60 chamos? Sí. Para nadie es un secreto que hay problemas de transporte, gasolina o de otras índoles que dificultan que un niño pueda llegar a su ensayo. No es una exclusividad de la institución, sino de una situación país compleja.

¿Cuántos músicos en lo que va de 2019 ya no están? No solo de las orquestas, sino de El Sistema.

—Hay días en que llegan más de 50 renuncias. No hay una línea continua. Cualquiera dirá que es dramático. Pero Fundamusical tiene una nómina de más de 9.500 trabajadores. Y también recibimos 50 postulaciones de las nuevas generaciones; como profesores, monitores o administrativos.

En abril de 2018 celebraron con Anderson Itriago el ingreso del integrante 1 millón a El Sistema. Era del Núcleo de Chuao. ¿En medio de esta crisis, continúa este joven dentro de El Sistema? ¿Él y todos los demás están activos regularmente?

—Nosotros hacemos un proceso de actualización por año escolar a través de la certificación de núcleos, módulos, escuelas. La última revisión que se hizo eran 647.000 que pertenecían al programa Simón Bolívar, que es la atención en las escuelas. El objetivo es la práctica colectiva de la música, no es la formación como músicos. El niño va aprendiendo que para poder ponerse de acuerdo con el otro tiene que escucharlo.

Y creo que es lo que falta en el país, que la gente se escuche para ponerse de acuerdo y ver cómo salimos de esto. La última revisión de esos certificados fue en octubre de 2018, ahí es cuando se llegó a 1.012.077. Para finales de mes publicaremos nuestra nueva data. ¿Que sean 1.012.077? Imposible. Pueden ser un poco más o pueden ser menos“.

Y sobre los músicos profesionales, ¿en qué condiciones están estadística y emocionalmente?

—Tienen plantilla completa. La Coral Simón Bolívar tiene 90 integrantes. Actualmente tenemos 7 agrupaciones profesionales: la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar tiene 120 integrantes, la Sinfónica Simón Bolívar 110, la Orquesta Juan José Landaeta 110, la Orquesta Francisco de Miranda un aproximado de 80. Emocionalmente hay de todo un poco. Con la dificultad de que no les alcanza para el pasaje, que no es suficiente para la comida, es la misma realidad que se está viviendo en el país. Cada vez que tenemos una reunión los músicos preguntan qué se está haciendo por la gestión salarial, manifiestan las dificultades que atraviesan. Nosotros no paramos de hacer la gestión para progresivamente ir mejorando esta situación.

¿Cuánto es un salario de un músico profesional de la orquesta?

—Podría estar en unos 350.000 bolívares más el cestaticket, además de unas bonificaciones especiales.

¿Cuántos músicos profesionales pueden perder en un año?

—Es volátil. En 2017, son cifras aproximadas, fue el año más complejo. Se fueron unos 130 músicos profesionales. De allí en adelante la cantidad bajó considerablemente.

¿Podría precisar los siguientes años?

—Podemos buscar las cifras con Recursos Humanos.

 Núcleos en readaptación

El Sistema
En 2017 unos 130 músicos decidieron luchar en otro país, mientras que 2.000 están enseñando a tocar y a cantar fuera de la institución. Foto: Luis Morillo

—Han trabajado con la Unicef y el PNUD, estos reconocen la emergencia humanitaria en el país. ¿Están en emergencia los núcleos del Sistema de Orquestas?

—Los núcleos padecen lo que padece cualquier institución u hogar. Si se va la luz en el salón, el ensayo se detiene. Yo creo que lo más complejo para el funcionamiento de los núcleos no ha sido la luz ni el agua. Históricamente en el interior del país los núcleos han sobrellevado esa situación. Yo creo que lo más complejo es el transporte. Por ejemplo, del pueblo donde tú vienes, Altagracia de Orituco, el director del núcleo, Leonel Carranza… ¿Sabes el barrio que está en la entrada de Altagracia? Después de la bomba.

—El Charco.

—Ajá. Él camina todos los días en la mañana de ahí para el núcleo, al mediodía para su casa, en la tarde para el núcleo y luego a su casa. El núcleo está detrás de la plaza Bolívar.

¡Uff! Lejos…

Son como 6.000 pasos o más que da para llegar. Yo en principio lo vi como una tragedia, pero él dice que está bien porque tiene buena salud. Entonces que yo pueda definir crisis en los núcleo, no. Diría que hay una situación complejísima en el país y que los núcleos han ido readaptándose a la realidad país. No es acostumbrándose, es adaptándose a lo que ocurre.

Esa readaptación, siguiendo el ejemplo de Altagracia de Orituco, supone que el director si no tiene acceso al transporte o no le alcanza el salario, ¿camine?

—No. Esa es una decisión de él y no es lo que debe ser. Lo que debe ser es que él pueda agarrar su transporte y pueda pagarlo. Precisamente dije que es una readaptación, más no acostumbrarse.

¿Puede explicar lo que supone la readaptación?

Tenemos un horario especial. Los profesores y el personal trabajan tres tardes a la semana, el núcleo sí abre todas las tardes. ¿Qué es readaptación? Readaptar los horarios de trabajo. Los días que hay talleres, el director de la orquesta no va. ¿Para qué? La idea es que tengan menos pasaje que costear. No tienen que estar haciendo constantemente conciertos porque generan gastos. ¿Eso significa menor formación para el chamo? El proceso de formación sigue siendo el mismo. Hay casos en que la orquesta no ensaya todos los días, sino tres veces, porque capaz los papás no puede llevar al niño cinco tardes.

¿En qué momento decidieron que tenían que ir a una readaptación?

—Desde hace dos años hemos venido con horarios de contingencia. Han sido por periodos. El horario de contingencia de este año arrancó en septiembre. La primera parte funcionaron con horario normal. No son permanentes.

Son 443 núcleos. ¿En esta readaptación han cerrado núcleos?

—Sí, eso está pasando. Más que cerrarlos ha sido una reunificación. Ya sea por falta de profesores o condiciones. Por ejemplo, los niños del núcleo Incret en El Paraíso se están reubicando en los núcleos de la zona. Tenemos 340 núcleos que están a plenitud: suficientes docentes, infraestructura e instrumentos para funcionar. Tenemos 10 núcleos en fase de reunificación y 93 que están en fase inicial, estos tienen uno o dos programas que pueden ser atendidos por 3 profesores.

El último dato publicado en la Memoria y Cuenta de 2015 del Despacho de la Presidencia donde ustedes están adscritos, señala que tenían 10.191 docentes. Pero en la página de Unicef dicen que son 5.021, correspondiente a  2018. ¿Cuál es la cifra correcta?

—Para 2015 existían varias nóminas: Simón Bolívar, Alma Llanera, Regular. Se sumaban y daba una cifra. Pero la dinámica es que podía haber un profesor que daba clases en Alma Llanera, pero también con el programa Regular. A nivel nominal ese profesor estaba duplicado. Sí, en esa época el aproximado era de 6.200 docentes. Desde 2016 hasta la fecha, han renunciado 2.500 profesores, aproximadamente. Hemos postulado a un poco más de 2.000. En la actualidad somos 4.765 docentes. En algún momento revisaremos las nóminas para poder decir qué pasó en El Sistema en este momento de complejidad país.

 Música en recorte 

El Sistema
De los 443 núcleos de El Sistema, 340 núcleos que cuentan con dotación y profesores, 10 núcleos en fase de reunificación y 93 en fase inicial. Foto: Luis Morillo

Pareciera que después de la muerte del maestro Abreu se acabaron las giras, los sinfónicos corales que tanto le gustaban, la época de traer a los músicos del interior del país a talleres y seminarios en Caracas. ¿Qué ha pasado con estos eventos que visibilizaban a El Sistema?

No tiene que ver con el fallecimiento del maestro. De hecho, el tema de las giras se detuvo antes. ¿A qué obedece esto? Un tema presupuestario. Las giras tienen un costo. Somos una institución del Estado, no puede haber el mismo financiamiento de años atrás. El país venía acostumbrado a observar unas cosas y medir así a El Sistema. Ahora estamos en un proceso de readaptación a falta de recursos. Una cantidad altísima de recursos que se obtienen se está invirtiendo en formación. Es la prioridad.

Esas limitantes presupuestarias que menciona, ¿cómo las resuelven? Comparado con otros años, ¿cuánto fue el presupuesto y para qué alcanzó?

Seguimos recibiendo el presupuesto. Este año nos ha alcanzado para dotación de material de oficina y de limpieza para todos los núcleos del país. De los 24 estados, ha llegado a unos 16 estados y nos faltan unos 8 estados por entregarles. Se están haciendo operativos de luthería para mantenimiento y reparación de instrumentos. Ya se atendió Miranda, La Guaira, Distrito Capital. Pagamos los alquileres de las sedes y todo lo que estoy mencionando es con los recursos, el aporte del Estado venezolano.

En estos momentos en que el Estado no tiene los suficientes recursos parece que no es tan conveniente, pero somos del Estado. Quiero que se interprete bien esto: es como en los matrimonios, en las buenas y en las malas en lo económico”.

¿Con cuáles empresas privadas y organizaciones trabajan?

Estamos aliados con un montón de privados. Hilti Foundation patrocina el conservatorio itinerante de música Inocente Carreño. Nos mandan por lo menos 40 maestros internacionales todos los años, nos mandan maestros de luthería. ¿Y qué hace el conservatorio? Principalmente atiende a todos los jóvenes de las orquestas profesionales y a los líderes formadores del resto del país. También nos dona accesorios, que dotamos a la mayoría de los músicos de las orquestas profesionales porque evidentemente sus salarios no les alcanzan para comprarlos, y también donaciones para el interior del país. Trabajamos de la mano con el PNUD, el programa de Naciones Unidas, y ejecutamos proyectos como compras de accesorios. Evidentemente que un núcleo que tenga 300 instrumentos y se le pueda hacer mantenimiento y reparación a más de 60, es insuficiente.  Hasta el momento: Miranda, Distrito Capital y lo que se ha hecho en La Guaira, se han diagnosticado 3.000 instrumentos y se han reparado 1.645. Aquí también se hace autogestión, en este edificio, la Sede, hay privados que quieren hacer grabaciones. Le facilitamos el salón y se les pide un donativo, por ejemplo, 50 bombillos.

Ustedes también recibieron ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo. De hecho, para la segunda fase del Centro de Acción Social por la Música se asignaron 211 millones de dólares. Esta obra se prometió para febrero de 2018. ¿Qué pasó?

—Está retrasado porque no se cuenta con el recurso ahorita. Cuando se habla que tuvo una asignación de 211 millones es la aprobación del recurso que no ejecuta Fundamusical. Es un recurso que ejecuta el Banco Interamericano de Desarrollo directo con la contratista. Estos son créditos que no se le dan a Fundamusical, se les dan al Estado. El Estado es quien genera los pagos. Hay un tema administrativo importante Estado-Banco que con honestidad no me atrevo a decir porque no lo conozco, no es mi área.

¿Pero tiene una fecha de cuándo será inaugurado?

No, no. De hecho la obra está detenida. Me imagino que por temas de pago. ¿Que si la obra se va a culminar? De eso no tengamos dudas. Ahí va a funcionar el Centro de Formación Docente. Esto puede que tenga que ver con la situación país, pero de verdad no lo conozco. Sí quise hacer la aclaratoria porque a veces se publican las cifras y la gente lo primero que piensa es en corrupción. Así como no recibimos dinero de Hilti, no entra en las cuentas de Fundamusical dinero del PNUD. No ha entrado jamás un bolívar del Banco Interamericano.

“No soy quien juzga”

El Sistema
“Qué se podía saber de lo que estaba pasando afuera. ¿Alguien vino a decir? Era matar la ilusión de esos chamos de ser dirigidos por Dudamel”, dijo Jesús Morín sobre el concierto en febrero de 2014. Foto: Luis Morillo.

A El Sistema le tocó vivir una situación bastante dura cuando en mayo de 2017, en las protestas, Armando Cañizales fue asesinado en Las Mercedes.

—Fue complejo. El Sistema es una familia y así la mayoría de los niños del país no hubiese conocido a Armando, lo sentían como un amigo. Más allá de lo que estaba pasando como país, no sabías qué hacer porque está el tema institucional del cual somos increíblemente respetuosos. Hay mucha gente que nos crítica por serlo. Pero el maestro Abreu nos enseñó a ser así. Y dentro de mis creencias, y esto es muy personal, como cristiano, toda autoridad delegada es puesta por Dios. Que lo haga bien o que lo haga mal, yo lo debo ver, pero no soy quien juzga. Ese momento fue duro, de confusión. Veías las redes y te preguntabas a quién le creo. Finalmente no nos enfocamos en qué era lo que estaba pasando, sino en la familia. Hoy, manifiesto por los padres de Armando que sintieron un apoyo increíble de El Sistema. De hecho, se aferraron a El Sistema. No quisieron a más nadie a su alrededor. Solo a su familia y a El Sistema. El trago amargo finalmente no fue cómo sucedió, sino que ya no está Armando.

Todavía no se ha hecho justicia. ¿Conocen qué fue lo que pasó?

—De verdad no lo sé. Sé que el director ejecutivo, Eduardo Méndez, y el maestro Gustavo Dudamel mantienen contacto con los familiares que sé que no están aquí. Están en España. Pero que pueda dar los detalles, no.

El año que viene cumplirá 45 años El Sistema…

—Estamos planificando que sea una festividad justa para todo el mundo, para la institución, para el país y los chamos. Mucha gente a veces nos ataca y nos crítica porque no nos detenemos, pero qué hacemos con los chamos.

Y en parte esas críticas vienen de febrero de 2014 cuando el maestro Gustavo Dudamel siguió con el concierto del Día de la Juventud.

Nosotros estábamos aquí. La mitad del público era de Barquisimeto. Lo que pasa es que el maestro Abreu no nos enseñó a replicar. Nos enseñó que las críticas las callas con trabajo. Y el trabajo es atender a los niños. La mitad del público eran los papás de los muchachos del coro y la orquesta del estado Lara. Viajaron seis horas para hacer su concierto. Ante situaciones tan complejas, cómo sales a explicar algo así. ¿Qué se podía saber de lo que estaba pasando afuera? ¿Alguien vino a decir? Era matar la ilusión de esos chamos de ser dirigidos por Gustavo Dudamel, quien tenía una agenda y se iría.

Y de enterarse, ¿hubiesen parado el concierto?

—Claro. Pero por Dios, ya hemos hecho cosas así.

El Sistema, como todo el país, intenta sobrevivir. Aun así, para 2020 Morín promete que las orquestas sonarán. Continuarán profesionalizando a las nuevas agrupaciones. Para eso han creado 200 plazas para músicos de otros géneros. Con la fusión de la música popular y la sinfónica harán tributos a Pink Floyd, Michael Jackson y a Simón Díaz. Los grandes festivales volverán: Mahler, Beethoven, Bach. Las giras internacionales también están en agenda.


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