Analistas señalan que la angustia que padecen los ciudadanos se manifiesta en rabia y los reflejos han sido los eventos de Villa Rosa y San Félix.

Caracas. La prolongación de la crisis económica le pasa factura al presidente Nicolás Maduro en los eventos públicos. Los venezolanos padecen una severa escasez de artículos básicos y una insuficiencia de ingresos por la elevada inflación que genera molestias, las cuales se evidenciaron en septiembre de 2016 con el cacerolazo al mandatario en el estado Nueva Esparta y en abril de 2017 con el lanzamiento de objetos en el estado Bolívar.

El mandatario culpa de los males a la “guerra económica”, pero la realidad es que el modelo de controles tiene en jaque a la producción. Ante los desequilibrios de la economía, la pobreza por ingresos repunta y ya abarca a 81,8 % de los hogares, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2016.

El martes 11 de abril se realizó un desfile por el bicentenario de la batalla de San Félix y al momento de retirarse el Jefe de Estado, una multitud lo cercó y le arrojó objetos. Maduro al día siguiente dijo que hubo una emboscada, pero “el pueblo se encargó de deshacerla”. Los oficialistas señalaron que en Bolívar hubo demostraciones de “amor” al Presidente.

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Sin embargo, los videos evidenciaron irritación. “Lo que se ve es impotencia, hambre. La angustia se refleja en gestos de rabia”, apunta Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, quien agrega que más allá de las fallas de seguridad del entorno del Presidente “que pudieron haberse evitado, lo sucedido muestra que las personas sienten impotencia”.

A los ciudadanos la plata no les rinde para comprar lo más esencial. En 93 % de los hogares los ingresos no alcanzan para adquirir los alimentos y 32,5 % de los ciudadanos comen dos o menos veces al día, dice el estudio. El hambre genera angustia y fue lo que se reflejó en San Félix, indican analistas.

Ya Maduro hace siete meses vivió un episodio similar al de Bolívar. En septiembre de 2016, luego de la entrega de unas casas rehabilitadas, el mandatario se bajó de su camioneta en Villa Rosa (Nueva Esparta) y recibió un cacerolazo. Los habitantes de ese sector protestaban por la crisis.

Para 39 % de los ciudadanos la rabia impulsa la protesta, revela una encuesta de la firma Datos de febrero de este año.

“Hay un desbordamiento de los sectores populares que no se había podido expresar. Los sectores populares la pasan peor porque sus ingresos están muy afectados por la inflación”, indica el politólogo Luis Salamanca. Detalla que en los estratos más pobres el oficialismo “ha controlado con la intimidación, no obstante, lo ocurrido en San Félix evidencia que las personas aprovecharon el momento para enviar un mensaje a Maduro. Los pobres increparon al Presidente”.

El jefe de Estado, según la última encuesta de Datanálisis, tiene 24 % de aceptación. Y en varios sondeos la mayoría de la población lo culpa del alto costo de la vida y del desabastecimiento.

En diversas zonas del país la crisis es fuerte. En San Félix han muerto niños por desnutrición y se han registrado protestas y hasta saqueos por la falta de comida. La inseguridad aumenta así como las fallas de los servicios de agua y transporte.

Félix Seijas asevera que los venezolanos ven que hay una crisis, y que no se hace nada para solventarla. Por eso hay rabia. Luis Salamanca añade quelas personas no quieren una plaza, quieren comer.

Frente al deterioro es poco lo que se hace. Maduro asumió su mandato con un precio del petróleo en 90 dólares, pero ya la economía estaba retrocediendo. Cuando la cotización del barril cae a 45 dólares, la situación empeora. El Presidente promete planes de recuperación, sin embargo, aplica acciones desordenadas. Hoy día las empresas no tienen suficientes insumos para producir, y con una baja oferta de bienes, el Banco Central de Venezuela fabrica bolívares para cubrir el déficit de las empresas públicas, lo que dispara los precios. Por ello, la inflación supera 500 % y el desabastecimiento es más de 60 %.

Un venezolano para adquirir la canasta alimentaria de 486.878,72 bolívares necesita ganar 16.230 bolívares diarios. El salario mínimo más el bono de alimentación son 148.638 bolívares mensuales, 4900 bolívares diarios.

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Los obstáculos del Presidente 

Mientras se extienda la crisis, se incrementarán los reclamos. Los analistas indican que a Maduro se le dificultará el contacto con el pueblo. El director de Delphos agrega que el mandatario “disminuirá sus apariciones en público y si las hace, será en ambientes más controlados”.

Salamanca, al igual que Seijas, asegura que “los actos de calle serán blindados”, y asoma que de cara a unas elecciones a Maduro se le plantea un problema, porque no podrá tener mayor cercanía con las personas. “¿Cómo se relacionará con la gente? Hay un repudio contra el poder”.

Tras la derrota en las elecciones parlamentarias, el Gobierno ha retrasado las elecciones regionales que se tenían que haber efectuado en diciembre de 2016. Por esos comicios presionan los partidos de oposición.

Foto referencial: AVN


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