La mayoría de los locales comerciales del centro de Caracas que forman parte del operativo diseñado por el Gobierno aún tienen mercancía. Los precios son los mismos, igual que la variedad —ya de por sí escasa— por lo que todavía es posible ver colas a las afueras de los establecimientos. La fiesta navideña continúa en enero.

Caracas. El operativo “Fiesta Navideña 2018” sigue haciendo acto de presencia en diversas tiendas del centro caraqueño. La medida, impulsada a inicios de diciembre pasado, consistió en la venta de ropa y calzado a bajo costo en distintas tiendas del país. A un mes de la Nochebuena algunos locales siguen exhibiendo la mercancía, bien sea porque ha llegado reposición o porque no ha tenido la recepción esperada entre el público pese al precio.

Unas veinte personas esperaban a las afueras de un local ubicado cerca de la esquina Dr. Paul de la parroquia Catedral. Olga Chacín, empleada pública que labora por la zona, señaló que es tercera vez que adquiere productos de este operativo. Mientras espera pacientemente, bajo un inclemente sol y en compañía de su hija, Chacín explica que con ello busca “aprovechar que no han subido los precios y la mercancía no es de mala calidad”.

“Lo único que no he podido comprar es zapatos. En total, las tres veces que salí a comprar, no he gastado ni 10.000 bolívares soberanos”, indicó la funcionaria. Mientras declaraba para Crónica.Uno, un grupo de mujeres le reclamaba al portero la lentitud para pasar clientes a la tienda, a lo que el mismo respondía pidiendo calma, ya que “hay mercancía de sobra”.

Al equipo de Crónica.Uno le fue negada la entrada al local para corroborar la cantidad de productos.

Justo al lado, otro local —esta vez exclusivamente de ropa para bebés— también contaba con prendas de bajo costo, aunque la cantidad era ínfima. Los encargados del local señalaron que la mercancía tuvo buena rotación “y aún se mantiene así”. Afirman que han recibido reposición de inventario pero que “lo que queda es lo último”. Como en la mayoría de las tiendas que forman parte de este operativo, la mercancía proporcionada por el Gobierno se encontraba aparte de la propia.

Cabe destacar la diferencia de precios entre los productos. Mientras que los conjuntos de niña estaban fijados a un precio de Bs. S. 1700, los ofertados por la tienda no bajaban de los Bs. S. 28.000. Clara Luengo, cliente que buscaba un regalo para su sobrina recién nacida, expresó su punto de vista respecto a este diferencial: “me niego a comprar algo ‘chimbo’ solo porque sea barato. Prefiero pagar más a que la ropa se dañe con la primera lavada”, puntualizó.

Al fondo, mercancía propia de la tienda cuyos precios superan por mucho a los del operativo gubernamental

En otras tiendas los encargados y empleados se limitaban a señalar lo poco que quedaba de dicha mercancía. Un dueño de un quiosco ubicado cerca de la esquina Marrón mencionó que “muchos comerciantes perdieron horas de trabajo porque vendían la ropa del Gobierno y la de ellos se quedaba fría”.

En la tienda Beco de La Candelaria el panorama es similar. Ahora solo quedan unas cuántas prendas deportivas y ropa interior para niños. Ángel Villanueva, gerente de la cadena, señaló que lo que queda en los establecimientos es la misma mercancía que recibieron a finales del año pasado a pesar de que les habían informado que habían llegado al país unos containers con productos nuevos.

Indicó que no descartan que los productos que queden en las tiendas de Caracas sean traspasados a sucursales del interior como Valencia debido a que los mismos han alterado el inventario de sus locales.

Gustavo Carvajal, vecino de la parroquia Candelaria y cliente asiduo de la cadena Beco, declaró que le sorprendió ver dicha mercancía hace un mes y le “sorprendió aún más ver que en un mes ya no quedan casi productos”. Afirmó que dicha empresa se ha caracterizado por vender productos de calidad “que muchas veces no son tan accesibles” pero que por lo mismo “han logrado captar tantos clientes fijos a lo largo de los años”.

Por lo pronto el operativo “Fiesta Navideña 2018” parece ser la única opción de muchas personas que, como la señora Olga Chacín, buscan rendir lo más que pueden sus pírricos ingresos en una economía que en 2018 se contrajo hasta un 15 %, según el IIES-UCAB y cuya inflación superó el 1.600.000 %.


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