Muchos locales ubicados en la plaza Caracas estaban cerrados antes de la pandemia, pero la cuarentena fue clave para que algunos negocios, como la sucursal del McDonald’s, no volvieran a abrir sus puertas.

Caracas. La plaza Caracas, ubicada en la parroquia Santa Teresa del municipio Libertador, tiene al menos dos meses de haber sido reinaugurada, pero la mayoría de los comercios a su alrededor siguen cerrados. Son pocos los nuevos locales aledaños a esta plaza, a diferencia de otras zonas del centro de la ciudad donde abrieron sus puertas cafés, tiendas de tecnología, piñaterías o farmacias.

También son pocos los cambios que a simple vista se notan luego de la rehabilitación de los espacios. Sin embargo, Henry Serrano, encargado de una tienda de ropa con 15 años funcionando frente a la plaza, aseguró que sí hay cambios notables con respecto al estado en el que estaba anteriormente toda el área frente a las torres del Centro Simón Bolívar.

Foto: Tairy Gamboa

Esto se había convertido en un estacionamiento de carros de los trabajadores de los ministerios. También provocó que aumentaran los robos en la zona porque los delincuentes se escondían entre los carros, por eso la gente evitaba andar por aquí, explicó Serrano.

Además de comercios, la plaza Caracas también tiene a su alrededor al menos tres ministerios, la sede del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), y del Consejo Nacional Electoral (CNE). También cuenta con un estacionamiento subterráneo, que actualmente solo funciona para trabajadores públicos.

Serrano contó que, antes de la pandemia por la COVID-19, muchos locales estaban cerrados, pero la cuarentena fue clave para que otros no volvieran a subir las santamarías, como la sede del McDonald’s en plaza Caracas.

Foto: Tairy Gamboa

Esta zona del municipio Libertador solía tener variedad de tiendas. Ahora frente a la plaza solo quedan operando al menos dos zapaterías, tres locales de venta de ropa y tres de comida. Entre todos estos comercios resalta un restaurante de comida vietnamita que tiene al menos seis meses prestando servicio en la zona, una oferta gastronómica poco explotada en Venezuela.

El encargado del restaurante Casa Chepel, Alexander Hernández, quien también es presidente de la Cámara Empresarial Venezolana-Vietnamita (Caveviet), explicó que este lugar es una iniciativa de la Embajada de Vietnam para promover su gastronomía en Caracas, y a la vez ayudar a dinamizar estas áreas del centro de la capital.

Foto: Tairy Gamboa

Ha sido difícil porque esta es una área de un nivel económico muy bajo, aunque hemos tenido visitas de personas de todas partes de la ciudad, incluyendo del sector político, expresó Hernández. Los platos de Casa Chepel en promedio cuestan nueve dólares, lo que es equivalente a 40,59 bolívares al cambio más actual, y que, a su vez, son seis veces el valor del salario mínimo en Venezuela (siete bolívares).

A las afueras de Casa Chepel trabaja Hilario Tua, uno de los dos vendedores ambulantes de café y cigarros, autorizados por la Alcaldía de Libertador, que aún permanece en plaza Caracas. En los últimos años Tua ha presenciado el declive de los comercios en la zona, incluso de los locales pertenecientes a empresas del Estado como Cantv, que tenía una sede en plena plaza, la cual tiene al menos dos años clausurada, según sus cálculos.

Son pocos los negocios nuevos, son más los que permanecen cerrados. La economía en esta zona está muy decaída, explicó Tua, quien se mantiene trabajando en la plaza desde hace 19 años.

Otro detalle al que Tua a prestado atención es que, durante las primeras semanas en que los espacios de plaza fueron reabiertos para el público, los funcionarios policiales no permitían que las personas se sentaran sobre el pedestal de la escultura de Simón Bolívar, obra del artista Víctor Macho, que está en la plaza desde los años ochenta.

Foto: Tairy Gamboa

En las remodelaciones a esta plaza en 2008, esta pieza fue puesta sobre un pedestal mucho más alto y en esta última remodelación fue movida unos metros más adelante. “Ahora nadie viene a parar a la gente”, comentó Tua justo cuando más de 10 personas estaban sentadas en el pedestal. En los alrededores también había restos de comida y desechos regados.

El Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) estimó en 2020 que 30 % de los comercios ya estaban en riesgo antes de la cuarentena por COVID-19 debido a la recesión económica en la que se ha mantenido el país en los últimos siete años. Calcularon que 30 % de los locales tuvo que cambiar de rubro para seguir trabajando.

La parte baja del Centro Simón Bolívar no tuvo ningún tipo de arreglo durante la rehabilitación de los espacios de la plaza Caracas. Por esto Argelia Dumón trabaja entre el olor a orine, la oscuridad y la soledad que genera la incipiente actividad comercial de este espacio lleno de locales, en su mayoría cerrados.

Foto: Tairy Gamboa

Dumón reactivó su venta de especias el pasado lunes, aprovechando la flexibilización total anunciada semanas antes por el gobierno de Nicolás Maduro, para los meses de noviembre y diciembre. Esto pese a que a principios de octubre los reportes oficiales empezaron a ser de más de 1000 casos de COVID-19 por día, lo que generó que los expertos alertaron sobre el inicio de una tercera ola de contagios.

La venta está muy mala, las personas prefieren no bajar hacia esta zona porque es muy sola. Lo que ha mejorado un poco es la vigilancia policial, al menos cada dos horas pasa un funcionario. Pero igual la mayoría de los locales están cerrados, añadió Dumón.

Foto: Tairy Gamboa

Cerca del local de Dumón está el baño público de la plaza. Solo funciona el de hombres y no es gratis, para orinar hay que pagar 0,50 bolívares al personal que está en la entrada. El baño funciona hasta las 4:00 p. m., hora en que la mayoría de los locales ya están cerrados. La vendedora explica que, antes de la pandemia, toda esa área estaba en peores condiciones higiénicas debido a las personas que pernoctan en la zona y quienes orinan o dejan sus heces sobre las paredes.

Esto estaba mucho peor. Ahorita por lo menos pasan limpiando cada cierto tiempo, pero es que tendrían que limpiarlo todos los días para que se vayan los malos olores, eso también ahuyenta a los clientes, añadió Dumón.

Foto: Tairy Gamboa

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