Los jóvenes le hablan a Venezuela
Crónica.Uno presenta el seriado de entrevistas Los jóvenes le hablan a Venezuela que reúne las opiniones, propuestas y visión de ocho jóvenes venezolanos sobre los inquietantes resultados que en materia de política arrojó la Encuesta Nacional sobre Juventud 2021. Ellos, provienen de partidos políticos de oposición, la iglesia católica, las ONG y las universidades públicas y privadas, llaman a sus pares a ser actores del cambio y a los políticos piden coherencia. Con estas conversaciones aspiramos contribuir al debate público y ponerle rostro a los números de la Enjuve 2021 de la Universidad Católica Andrés Bello.
Maru Morales P. @morapin
Carolina Pantoja:
Si con 22 años me quedo en el miedo no voy a hacer nada por el país ni por mi familia
La dirigente juvenil de Petare insta a los partidos a hablarle “con la verdad” a los jóvenes. Propone crear espacios donde los jóvenes víctimas de la represión política puedan hablar y superar el miedo. Afirma que al retirar su candidatura a la gobernación de Miranda, Carlos Ocariz dio un ejemplo al liderazgo juvenil. Con esta entrevista iniciamos el seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela.
Caracas. Noryelis Carolina Ravel Pantoja tiene 22 años de edad, cursa Estudios Políticos en la Universidad Central de Venezuela, es dirigente juvenil de Primero Justicia en el municipio Sucre (Miranda), trabaja con la Fundación Propetare, vive en la Zona 2 del barrio José Félix Ribas y es candidata a concejal por el voto lista en la tarjeta de la Unidad.
Pero se presenta por su segundo nombre y su segundo apellido en memoria de su abuelo, el expreso político Junior Pantoja, un exconcejal y dirigente vecinal de Petare, que estuvo detenido por casi dos meses en 2020 y a las pocas semanas de recibir su libertad plena, falleció por complicaciones de salud.
Ella es una de los ocho líderes jóvenes contactados por Crónica.Uno para que le traduzcan al país los duros resultados que en materia política obtuvo la Encuesta Nacional sobre Juventud, Enjuve 2021, presentada públicamente el pasado 26 de octubre, por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello.
Jóvenes que prefieren el autoritarismo a la democracia, jóvenes que dejaron de creer en los partidos políticos, que no confían en las instituciones del Estado y que no están entusiasmados con la idea de votar el próximo 21 de noviembre, fecha en la que no solo son las elecciones regionales y municipales, sino que además se conmemora el Día del Estudiante Universitario.
Con ella iniciamos este seriado entrevistas que reúne las opiniones, propuestas y visión de ocho jóvenes venezolanos provenientes de partidos políticos, iglesia católica, organizaciones de la sociedad civil y universidades públicas y privadas, que participaron en el Encuentro Nacional de Organizaciones y Movimientos Juveniles, organizado por la UCAB para analizar, debatir y darle sentido a los resultados de la Enjuve.
“Yo soy Carolina Pantoja. Utilizo mi segundo nombre y mi segundo apellido para que el legado de mi abuelo, Junior Pantoja, no se olvide. Él fue preso político de este régimen”, dice para iniciar la conversación.
La Enjuve reveló que 64% de los jóvenes temen ser reprimidos o acusados por sus ideas. Tú y tu familia vivieron un hecho de persecución política con un desenlace muy doloroso ¿Qué hacen los jóvenes frente al miedo a expresarse libremente y qué puede hacer la sociedad para ayudarlos?
–Las redes sociales han sido un plus para poder expresarnos, aunque sabemos que nos podrían tener vigilados. Cuando a mi abuelo lo metieron preso, la única manera que yo tenía de denunciarlo era por Twitter e Instagram, que no lo querían llevar al hospital, que estaba hipertenso, que era diabético. Mucha gente me quería entrevistar pero nunca la di porque eso podía perjudicar a mi abuelo. Yo viví con miedo por mucho tiempo tras lo de mi abuelo y creo que a los jóvenes que hayan pasado por esto que yo pasé o por otros traumas similares, hay que hablarles. Ayudaría que se creen espacios donde personas que hayamos pasado por estos procesos hablemos de eso, del miedo. Porque si vivimos con miedo toda la vida nos vamos a quedar con el ‘qué hubiera pasado si’. Tenemos que dejar el miedo y echar para adelante. Yo con 22 años ahora es que me falta por recorrer y si me quedo en el miedo no voy a hacer nada por el municipio ni por el país ni por mi familia.
A pesar de tu experiencia personal, perteneces a una minoría de jóvenes que todavía cree en la participación política como vía de lucha para alcanzar un cambio ¿A qué atribuyes que a casi 30 % de los jóvenes les dé lo mismo vivir en democracia o bajo un autoritarismo y que solo 50,4 % prefiera la democracia?
–Entiendo por qué la juventud desconfía tanto del sistema en este momento. Han pasado demasiadas elecciones donde no tenemos claridad y no es fácil decirle a un chamo ahorita que es bueno salir a votar porque te van a preguntar ‘¿en qué han cambiado las cosas?’. Pero yo creo que sí han cambiado y creo que hay una oportunidad: cambió el CNE y hay unos nuevos rectores, eso es un plus para salir a votar. Vienen observadores internacionales, eso sería un segundo plus. Yo hoy siento la confianza de salir a votar porque un régimen que no daba su brazo a torcer hoy lo está haciendo, está cambiando dos cosas en las que no está muy cómodo.
¿Qué le dices tú a los jóvenes en tus recorridos cuando dudan de participar el próximo 21 de noviembre?
–Les digo ‘mira, yo soy como tú, tengo tu edad, quiero seguir estudiando, graduarme, tener un apartamento, mantenerme por mi misma y creo que esta es la oportunidad de que el voto valga’. Pero también les digo que tenemos que estar preparados, trabajar en las mesas, cuidar los votos, prepararnos para incluso hacer la votación manual porque si se va la luz más de dos veces, las máquinas se apagan. Sé que es difícil recuperar la confianza de la gente en general, no solo de los chamos, pero a eso se suman estas peleas que vimos dentro de la misma oposición. Yo ahorita estoy en política para que eso no se repita el día de mañana.
Durante toda la campaña vimos el enfrentamiento entre Carlos Ocariz y David Uzcátegui por la candidatura a la gobernación de Miranda. Ocariz declinó en el último minuto ¿Crees que su retiro puede subsanar el malestar que se generó en el elector mirandino o aumentar la intención de voto?
–Sí, creo que sí. Creo que fue una jugada inteligente para Miranda y para los mirandinos a pesar de que fue doloroso para Carlos. Fue duro ver a alguien que considero como un líder renunciar de esa manera, pero sé que fue la decisión más correcta e inteligente. El otro candidato no tuvo esa valentía de retirarse por el bien de la unidad. Creo que lo que hizo Carlos va a ayudar a bajar la abstención porque quizá la gente, al ver que se acabó la pelea, se anime a participar. Pero en el caso del municipio Sucre va a ser duro porque aquí la Unidad es la principal fuerza.
¿Sientes que de alguna manera la decisión de Carlos Ocariz puede ser un ejemplo de liderazgo para los jóvenes como tú?
–Yo a Carlos lo veo como un líder. Esta decisión de poner a un lado sus aspiraciones, luego de haber recorrido todo el estado, y declinar para buscar el bien común de Miranda, para mi es algo que me llena, porque va de la mano con lo que siempre he creído que es que uno no puede aferrarse al ego sino ayudar a la gente y Carlos declinó para estar con todos los mirandinos.
¿Y los jóvenes del chavismo qué te dicen en tus recorridos? ¿Ves factible que algunos de ellos puedan migrar su voto hacia la oposición?
–Lo que ellos dicen es que están decepcionados de la gestión de su gobierno regional y local (ambos en manos del PSUV). Dicen que no ven ninguna mejora, que pintar Petare no es gestión, que no han atendido los problemas, que no los toman en cuenta. Incluso a muchos jóvenes del PSUV no los tomaron en cuenta para armar las planchas. Y hay muchos que le han echado un cerro y no los toman en cuenta. Creo que lo que va a pasar es que no se van a salir de su línea pero al votar no lo harán por Rodríguez. Hay mucho descontento.
¿De qué manera crees tu que la participación ciudadana en estas elecciones puede ayudar a cambiar la realidad?
–Cuando la Unidad dijo en 2017 que no votáramos yo estaba muy en contra, pero uno tiene disciplina y respeta el lineamiento del partido. Yo estuve en contra porque sostengo que nosotros tenemos que ser la piedra en el zapato de los que no quieren que estemos ahí. ¿Qué vamos a hacer en estas elecciones? Ser una piedra en el zapato. Lo que estamos haciendo hoy es para que el día de mañana podamos pelear unas presidenciales, unas elecciones de Asamblea Nacional. Lo que pasó en Chacao, Baruta y El Hatillo en 2017 es un ejemplo, ellos hoy son alcaldes, aunque rechazo lo que están haciendo ahorita en contra de la unidad.
La confianza en los partidos políticos es apenas de 30,3 % según la Enjuve ¿Qué crees que deberían hacer los dirigentes y los partidos para lograr recuperar la confianza de la juventud?
–Yo me pregunto ¿por qué los estudiantes ya no somos la fuerza más grande cuando en 2007 éramos un río de gente y en 2017 también éramos un río de gente? ¿por qué hoy no? ¿qué estamos haciendo mal que el estudiante ya no está confiando en nosotros? Simple: estamos peleando. Entonces lo que hay que hacer es hablar con la verdad sin decir tantas mentiras, escuchar a la gente, escuchar a los jóvenes. Hay que escuchar a los chamos que no se sienten identificados con los partidos o decepcionados de la política. Que los partidos le den más participación a los chamos para que ellos puedan plantear soluciones y que atraigan a más chamos. Mi partido tiene una fundación que informa y forma a chamos como yo en política, pero hay que buscar qué es lo que le interesa al chamo realmente, porque algunos se identifican con la parte doctrinaria, a otros les puede interesar lo social, o lo deportivo, o la política propiamente y eso hay que tenerlo en cuenta. Escuchar las propuestas de cada uno en su área de interés.
Vea también
La presentación completa de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud en el siguiente enlace ResultadosENJUVE-2021
y para ver la exposición de los resultados en Youtube haga clic aquí
Presentación de resultados Enjuve 2021
Junior Pantoja era secretario político de Primero Justicia en el Municipio Sucre. Fue electo concejal en 2013, cargo que ocupó hasta 2017. El 8 de mayo fue detenido en el marco de un operativo policial contra la banda de alias ‘el Wilexis’ y fue imputado por tráfico de armas y municiones. En dos ocasiones fue llevado de emergencia al Hospital Domingo Luciani (19 y 31 de mayo) por cuadros de anemia, deshidratación, diabetes e hipertensión. El 24 de junio se le dio libertad plena, es decir, se le retiraron los cargos. El 23 de agosto de 2020 falleció de un paro respiratorio. Su defensa y compañeros de partido afirman que su condición de salud se complicó tras contraer una infección pulmonar durante el tiempo que estuvo detenido.
Diana Camacaro:
Los partidos tienen que escuchar a los jóvenes y diseñar juntos
un nuevo proyecto de país viable
e incluyente
La estudiante de Historia en la UCV y dirigente juvenil de AD-Ramos Allup, considera urgente repolitizar a la juventud venezolana. “Los jóvenes todos los días salimos a trabajar, a estudiar, a emprender en este país y eso es un método de protesta y de resistencia”, afirma. Con ella conversamos para la segunda entrega de nuestro seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela.
Caracas. Diana Camacaro comparte sus horas entre la Escuela de Historia de la UCV y su militancia en la juventud de Acción Democrática liderada por Henry Ramos Allup. Tiene 23 años y fue una de las líderes jóvenes contactadas por el equipo de la Encuesta Nacional de Juventudes, para participar en el Encuentro Nacional de Organizaciones y Movimientos Juveniles que sirvió de espacio de debate y análisis de la medición realizada entre febrero y agosto de este año.
Con esta conversación Crónica.Uno da continuidad al seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela con el cual pretendemos para ponerle rostro y traducir los resultados de la Enjuve 2021, como por ejemplo, por qué a 28 % de los que participaron en la encuesta, es decir, casi 3 de cada 10 jóvenes piensa que da lo mismo vivir en democracia o en un modelo autoritario.
Diana cree que el rescate de la democracia es posible en la medida en que los jóvenes vuelvan a creer en la política, y eso pasa, en su opinión, por la repolitización. El resultado de esa repolitización debe ser un proyecto de país renovado, viable e incluyente, que no sea el de la revolución de Hugo Chávez ni el del bipartidismo del siglo XX, sino uno que considere los nuevos intereses que motivan a la juventud y a la sociedad global.
No le cabe duda de que Venezuela vive en autoritarismo, pues es palpable que el sistema político no cumple con preceptos básicos de la democracia como lo son el respeto a la participación ciudadana, a los derechos humanos y a la universalidad de las elecciones. La falta de transparencia en la gestión gubernamental, dice, así como el irrespeto a la disidencia, son otras dos muestras evidentes de la falta de democracia: “Aunque es complejo determinar qué tipo de autoritarismo vivimos en Venezuela, sabemos que una democracia no es”.
El sistema democrático que experimentó Venezuela entre 1958 y 1998 fue la concreción de un proyecto de país diseñado por jóvenes de las generaciones de 1928, de 1936 y de 1958. ¿Qué pasó en estos últimos 20 años que los jóvenes están perdiendo su confianza en la democracia?
–Creo que los jóvenes perciben que fue el sistema democrático fue lo que trajo a Chávez y a Maduro al poder. Existe ese estigma, cuando realmente no es así sino que fueron muchos factores que convergieron para que eso sucediera. Por otro lado, históricamente en Venezuela hemos tenido un apego por las formas autoritarias de gobierno, por el hombre fuerte que lastimosamente nos ha llevado a pensar que el control de todo debe estar en manos de una sola persona, que la democracia no sirve y que necesitamos a ese gendarme necesario. Esto se ha sembrado mucho en la juventud, sobre todo se ha reforzado en los últimos 20 años con la apología a la figura militar. Lastimosamente eso ha permeado en parte de la juventud, pero no en toda porque sino no existirían los partidos y organizaciones civiles que luchan por salvar la democracia.
Junto con la valoración de la democracia, la confianza en los partidos políticos y el interés en participar en la política se han venido abajo de acuerdo a los números de la Enjuve. ¿Gobierno y oposición tienen la misma responsabilidad en ello?
–Todos padecemos las mismas penurias. Los servicios públicos, la falta de acceso a la justicia, son cosas que hacen que los jóvenes se sientan indefensos. Eso causa desinterés en los asuntos públicos y en la política. Sumado a ello, tenemos la corrupción que hemos visto no solo dentro del chavismo sino también en algunos factores que se han prestado para dañar la causa democrática. Entonces todo ello ha hecho que los jóvenes vean la política como algo vil y eso les hace desencantarse.
¿Cómo revertir esa tendencia? ¿Qué deben hacer los partidos?
–Escuchar a esa juventud que se siente desencantada, saber lo que aspiran en cuanto a oportunidades laborales, sistema educativo, servicios públicos e incluso en cuanto a planificación de vida, porque los jóvenes no solo somos el futuro, sino también somos el presente también. Y a partir de ahí los propios partidos y nosotros como jóvenes crear las líneas programáticas que le den viabilidad a un proyecto de país. Eso es fundamental. Un proyecto de país que incluya no solo a los jóvenes que están aquí sino a los que se han ido, para que regresen y ayuden en la reconstrucción.
¿A dónde tienen que ir los partidos a escucharlos? ¿Dónde y cómo se expresan los jóvenes?
–El deber nuestro como dirigentes juveniles de partidos políticos es ser integrales y estar en todos los espacios donde sea posible. Porque los jóvenes no solo cumplimos un rol sino que cumplimos varios roles a la vez: somos estudiantes, emprendedores, trabajamos en organizaciones civiles. Entender ese perfil del joven venezolano de hoy es muy importante para esa aproximación. Pero también hay que formar y repolitizar a la juventud, acercarnos a las universidades, al nicho cultural donde hay una masa grande de jóvenes que tienen mucho qué aportar, acercarnos también a esos espacios donde quizá no nos sintamos tan cómodos pero donde podamos interactuar con los jóvenes que piensan distinto a nosotros. Hacer todo lo posible para repolitizar a la juventud es indispensable.
En ese proceso de repolitización, el oficialismo parece tener una ventaja, porque la encuesta reveló que los jóvenes de ese bloque tienen más interés en participar, votar y actuar políticamente que los jóvenes opositores ¿Cómo debería darse esa repolitización?
–La repolitización pasa porque los partidos determinemos en qué aspectos de los asuntos públicos están interesados los jóvenes. Por ejemplo el cambio climático es un asunto de interés, la lucha por la diversidad sexual es otro, la erradicación de la violencia de género y el liderazgo femenino son temas que hoy interesan a los jóvenes. Entonces, eso pasa porque nosotros propongamos nuevas tesis programáticas y nuevo proyectos de país orientados hacia aquello que a los jóvenes les interesa. Eso requiere que los partidos entiendan que los jóvenes tenemos una mayor sensibilidad por lo social, que somos mucho más que un individuo que va a la universidad y no se involucra, sino que lucha por su comunidad, por cómo mejorarla. Por ahí pasa la repolitización, por agrupar esfuerzos en las diferentes causas que involucran a los jóvenes y a las nuevas generaciones.
Hablemos de las elecciones del próximo domingo. 44,7 % de los jóvenes chavistas está seguro de ir a votar, frente a 26,4 % de los opositores. El grueso de los que no va a votar (42 %) dice que no lo hará porque no está inscrito en el Registro Electoral ¿Crees que esa cifra de jóvenes no inscritos es resultado de la falta de interés o también una pobre campaña informativa del CNE?
–Creo que hay parte y parte. No solo fue que el CNE no visibilizó los lapsos del Registro Electoral, porque sabemos que la mayoría de los jóvenes en Venezuela tiene un gran descontento con el régimen y a ellos no les favorece que se inscriban y voten. Pero por otro lado existe mucho desinterés en los jóvenes porque no se ven como protagonistas del sistema electoral o del voto. Ven que el proceso electoral ha perdido importancia, más aún si no se sienten representados. Ese es un tema que hay que abordar porque hay que rescatar la importancia del voto.
Entiendo que tú vas a votar. ¿Por qué?
–Hay muchas razones. La primera es que históricamente el municipio es nuestra forma de organización primaria y nos enfrentamos la imposición de un Estado comunal que mataría por completo al municipio. Si eso pasa, ya las decisiones locales no estarían en manos de los ciudadanos, como lo dice la Constitución. Pero no es solo eso, sino que votar es mi forma de expresarme, de hacer mi parte para recuperar la democracia, para lograr rescatar espacios y reconstruir el tejido social.
¿Cómo dirías tú que votar este 21-N puede ayudar a cambiar la realidad del país, más allá del municipio? Es decir, ¿la relevancia de esta elección es solamente –que ya es bastante- defender al municipio, o trasciende al municipio y a las gobernaciones?
–El ganar nuevos espacios políticos va a permitir que los ciudadanos tengan más libertad para expresarse en los asuntos locales. Creo que es demagógico decir que con esta elección vamos a cambiar al régimen. Creo este es un medio para un fin. Tenemos 20 años dando la lucha y este es un paso más que se tiene que dar para la recuperación de la democracia. La transición no es determinista ni es ‘de ya para ya’ pero la elección puede ser un paso importante. Si los ciudadanos tienen autoridades locales y regionales que los apoyen es más fácil articular una lucha nacional. Así lo veo yo y creo que por eso es importante esta contienda del 21-N.
La Enjuve dice que 64% de los jóvenes sean chavistas, opositores o independientes percibe que viven en un entorno donde pueden ser acusados, reprimidos o vigilados y por eso se autocensuran. ¿Qué tipo de mecanismos de vigilancia o represión percibes tú o crees que afecta a tus amigos?
–Nos autocensuramos de muchas maneras. Desde dejar de ponernos cualquier cosa que sea alusiva a estar en contra del régimen, dejar de hacer un comentario en la calle, dejar de hacer una denuncia en redes sociales o no postear cualquier comentario de crítica al régimen. Incluso al dejar de opinar frente a nuestros vecinos porque nos da miedo porque o no sabemos dónde trabaja, o justamente porque sabemos dónde trabaja y quien es. Entonces ese miedo se expresa dentro de nuestra propia de comunidad, en nuestras redes sociales y caemos en la autocensura.
¿Y qué hacen entonces ante al miedo a expresarse libremente? ¿No se expresan de ninguna manera o buscan fórmulas alternativas?
–La realidad en Venezuela esta muy cargada de simbología, de pequeñas cosas que demuestran que los jóvenes se rebelan día a día contra lo que está mal ¿Y cómo lo hacemos? Bueno, si nos cierran la universidad o nos quitan la universidad, nosotros seguimos estudiando, denunciamos que no hay presupuesto y hacemos todo lo posible para que las instituciones funcionen. Si sabemos que hay un atropello en nuestra comunidad, nos organizamos con nuestros vecinos y reclamamos para obtener justicia. Los jóvenes todos los día salimos a trabajar, a estudiar, a emprender en este país y eso es un método de protesta y de resistencia que hemos desarrollado. No es solamente cerrar una calle o participar en una manifestación, sino que hay muchas maneras en que los jóvenes nos rebelamos y nos expresamos diariamente, tratando de salir adelante, de resistir, y no detenernos por muchas trabas que nos impongan para avanzar.
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La presentación completa de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud en el siguiente enlace ResultadosENJUVE-2021
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Presentación de resultados Enjuve 2021
Erven Amaya: Los jóvenes no nos podemos callar porque nuestro silencio consolida a la autocracia
El politólogo e integrante de la Compañía de Jesús advierte que el gobierno venezolano mantiene a los jóvenes ocupados en subsistir para que no se ocupen de liderar el cambio político. Acota que es responsabilidad de los jóvenes leer el tiempo que les ha tocado vivir y actuar en consecuencia. Esta es la tercera entrega del seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela.
Caracas. A sus 26 años, Erven Amaya es Politólogo egresado de la Universidad de Los Andes, se prepara para ser sacerdote católico como integrante de la Compañía de Jesús y es tesista de la maestría en Filosofía en la Universidad Simón Bolívar. Su tesis es sobre la democracia.
En paralelo, hace su misión pastoral en Los Flores de Catia, al oeste de Caracas, donde conduce la Red de Juventud y Vocaciones, una iniciativa jesuita que acompaña a los jóvenes en su proceso de formación y discernimiento vocacional.
Desde ese espacio también se ocupan de una tarea que para él, y para la Compañía de Jesús, es fundamental en la actualidad: repolitizar a los jóvenes venezolanos.
Fue gracias a esa intensa actividad de formación y vinculación con un sector de la juventud que el Instituto de Investigaciones Sociales de la UCAB lo invitó al Encuentro Nacional de Organizaciones y Movimientos Juveniles, organizado por la UCAB para analizar, debatir y darle sentido a los resultados de la Encuesta Nacional de Juventudes 2021, presentada en octubre.
La conversación con Erven constituye la tercera entrega del seriado preparado por Crónica.Uno para traducir y pornerle rostro a la Enjuve 2021, como parte del seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela.
¿Desde tu punto de vista Venezuela vive actualmente en una democracia o en un autoritarismo?
–Yo diría que tenemos una democracia en crisis. La democracia es aquella forma de gobierno que nos permite tener voz y voto en la consolidación de las decisiones colectivas. En otras palabras, la democracia es un método que nos permite organizarnos, decidir y accionar. Para los griegos, la democracia era hablar, discutir sobre los temas públicos nacionales. En Venezuela, desde hace casi una década, el autoritarismo como modo de ejercer el poder ha calado en las instituciones del Estado y despojando a los poderes de su independencia. Desde ese punto de vista hay un autoritarismo pero también hay democracia porque hay elecciones y aunque la democracia no es solamente ir a elecciones, el totalitarismo no ofrece esa ventana.
Pero autoritarismo y totalitarismo no son lo mismo.
–Correcto. Lo opuesto a la democracia es el autoritarismo, pero el autoritarismo puede conducir a un sistema totalitario. El gran reto es que los jóvenes y la población en general podamos entender que la democracia no se puede reducir a un acto electoral sino que es mucho más rica que eso. No podemos esperar al proceso electoral para expresarnos, debe haber modos de expresión, de organización cívica, política para que la gente pueda expresarse y aplicar el método democrático. Entonces creo que vivimos en una democracia en crisis, con mixtura de autoritarismo y de totalitarismo.
La Enjuve entrevistó a jóvenes entre 15 y 28 años de edad. Es decir, la mayoría solo conoce al chavismo como forma de gobierno ¿Por qué a casi 3 de cada 10 jóvenes le da lo mismo una democracia que un autoritarismo?
–El filósofo italiano Norberto Bobbio habla de las promesas incumplidas de la democracia y cómo eso lleva a cuestionar la eficacia de la democracia como forma de gobierno y como método. Entonces tienes varios elementos: primero, la democracia requiere que toda decisión sea visible para que pueda ser controlada por los ciudadanos pero en Venezuela no sabemos cómo se toman las decisiones, no hay acceso a la información. Segundo, la corrupción; el joven siente que no vale la pena participar en política porque eso equivale a robar, mentir, peleas, divisiones. Tercero, la democracia se entiende como el gobierno de las mayoría pero en la práctica termina siendo el gobierno de la minoría. Entonces la democracia como método y forma de gobierno resulta estéril y el joven tiene derecho a cuestionarse ‘si esta forma de gobierno no responde a mis inquietudes, habría que pensar en otra que sí lo haga’.
¿Y qué ha dejado de hacer la sociedad y el joven en ese contexto? Porque la encuesta también dice que 60 % tiene poco interés en la política.
–Hemos cedido espacios y terreno para que la democracia esté en esta crisis. Porque la democracia no camina sola: la voz, las manos, los pies de la democracia somos nosotros. En la medida en que yo me resigno, que no participo, que no me movilizo, que me alejo de lo público, en esa medida yo estoy sepultando a esta forma de gobierno que a mi modo de ver es la mejor y más conveniente para la humanidad. Por eso uno de los grandes retos de la sociedad es lograr resignificar la política para los jóvenes. No hay nada más antidemocrático que la abstención porque en nuestro sistema electoral la abstención no se cuenta, como sí ocurre en otros sistemas donde la abstención se cuenta a través del voto nulo o voto blanco. Aquí no hay eso, entonces llamar a la abstención es llamar a la nada, es silenciarnos.
Luego de cuatro años llamando a la abstención, ahora la oposición llama a votar. Sin embargo solo 26 % de los jóvenes ha dicho que está decidido a hacerlo.
–El tema es que abstenerse sin un plan B es como no hacer nada. La abstención tiene que ir acompañada por otros mecanismos de participación porque la abstención por sí sola no tiene eficacia, tiene que acompañarse con presión popular, con la calle, con la expresión. Un gobierno autoritario jamás va a dar condiciones reales para participar por su naturaleza autoritaria. No le podemos pedir a un gobierno autoritario que se comporte como un gobierno democrático porque esa no es su esencia.
¿Qué deberían hacer los dirigentes y los partidos políticos para lograr recuperar la confianza de siete de cada 10 jóvenes que dicen que no confían en ellos?
–Lo primero es decir que los partidos son necesarios en la democracia. En nuestro país los partidos se alejaron de las bases y comenzaron a decidir a puerta cerrada lo que tenían que decidir a la luz pública y eso hizo que mucha gente, entre ellos los jóvenes desconfiaran. El hecho de que haya partidos del gobierno y de la oposición inmiscuidos en denuncias de corrupción es grave. ¿Qué deberían hacer? Hablar con la verdad, aunque eso genere costo político, dejar de un lado las agendas ocultas y comenzar a construir un país de cara a la mayoría y no plegados a los criterios de los partidos. En esta campaña hemos visto la disputa grotesca de partidos de oposición peleándose por una gobernación o alcaldía. Ese no es el enfoque. Seamos mayoría de verdad, no para decirle al gobierno que somos mayoría sino para sacar una buena votación y de ahí consolidar la estructura necesaria para consolidar un referendo revocatorio porque si no estamos ante una elección vacía.
Ahora que mencionas las elecciones del 21-N ¿cómo valoras la campaña que hizo el CNE para promover la inscripción de los jóvenes en el Registro Electoral? Porque me pareció un dato relevante que 4 de cada 10 entrevistados por Enjuve dijera que no va a votar porque no está inscrito.
–Yo fui uno de los que promovió y movilizó jóvenes a inscribirse. Creo que sí hubo la campaña de parte del CNE por los medios de comunicación del Estado, por las redes sociales. Ahora, que aún así los jóvenes no se hayan inscrito, me parece una irresponsabilidad política. Pero eso también tiene que ver con lo que hablábamos antes de que el joven no quiere saber de política y su lógica es ‘para qué me inscribo si no voy a votar’. Entonces la respuesta al problema de fondo ahí es la repolitización de los jóvenes, hacerlos sujetos políticos.
¿Cómo se logra la repolitización?
–Pasando por un proceso de formación y resignificación de la importancia de la política y de lo político, no solo desde vista desde lo civil sino incluso desde el punto de vista cristiano. Entendiendo que el ser humano es en esencia un ser político, de comunicación, de relación. Todos participamos en espacios de poder en sus distintos niveles. Entonces el tema es concientizar al joven sobre cómo en su cotidianidad se va encontrando la política y que la política no es corrupción. Pero para eso hace falta educar y deslastrar a la política de estos males que la acechan. Lo segundo es que el joven tiene que ver los resultados de la democracia y de la política.
¿De quién es la responsabilidad de esa formación, de esa resignificación y de esa repolitización de los jóvenes? ¿Solo de los partidos?
–No. De la sociedad civil y de la sociedad política. Es decir las universidades, los gremios, los partidos, las ONG, del Estado mismo. Es una responsabilidad de todos. El gran reto de la sociedad civil es buscar esos liderazgos ¡que los hay! en las universidades, en los barrios, en las comunidades. Ellos están ahí pero no han tenido las herramientas para formarse, para movilizarse, para comunicar un mensaje, porque las condiciones del país han llevado al joven a trabajar fuerte para sobrevivir, para mantener a su familia y a pensar en el corto plazo. El gobierno tiene al joven ocupado en los problemas de subsistencia y así no tiene chance ni de pensar en liderar un cambio. Es una tarea de todos, pero si los partidos no lo quieren, nos corresponde a nosotros, la sociedad civil, hacerlo.
Si la sociedad tiene la responsabilidad de repolitizar al joven ¿cuál es la responsabilidad del joven con el país?
–La primera responsabilidad para mi es que los jóvenes tienen que hablar. Es un deber, un compromiso con Venezuela. Tienen que hablar de su tierra y de su gente. Segundo, el joven tiene que leer el tiempo en el que está. En Alemania nazi o en las guerras mundiales, también hubo jóvenes. Lo que quiero decir es que a cada joven le toca un contexto en particular y a los jóvenes venezolanos de este tiempo nos ha tocado vivir este contexto histórico y a este contexto tenemos que responderle, tenemos que hablar. No nos podemos callar porque nuestro silencio lo que hace es agudizar y consolidar a la autocracia. Que alguno no sabe hablar, pues hay que darle las herramientas, pero el primer paso es que los jóvenes se expresen, que hablen de sus realidades, que transformen esta realidad con su liderazgo en distintas dimensiones pero que se expresen.
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La presentación completa de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud en el siguiente enlace ResultadosENJUVE-2021
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Hender Zambrano: La mejor manera de generar un cambio, a pesar de las trampas, es con el voto
El integrante de la Pastoral Juvenil de Caracas considera que la iglesia tiene el deber de promover la participación ciudadana y social de la juventud. Sostiene que los políticos y los partidos les hace falta recordar “a quién le sirven y para qué”. Afirma que los jóvenes quieren evitar más rupturas familiares y sociales a causa de la política.
Caracas. Hender Zambrano forma parte del 42,2 % de jóvenes venezolanos que siente afinidad por participar en actividades religiosas. Es un laico comprometido con el trabajo social de la iglesia católica y a sus 30 años trabaja con el equipo de formación de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana de Caracas, específicamente en el Programa Jóvenes para una Nueva Sociedad.
Desde ese espacio, Hender acompaña y orienta a jóvenes venezolanos en camino de la fe y la promoción de la justicia, ayudándolos a descubrir sus vocaciones para el servicio social.
Con él Crónica.Uno presenta la cuarta entrega del seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela, con el propósito de ayudar a la opinión pública a una mayor comprensión del alcance, significado y repercusiones de los resultados de la Encuesta Nacional de Juventudes, Enjuve 2021, realizada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, y dada a conocer en octubre.
Como el 42 % de los jóvenes, Hender pudo terminar el bachillerato y comenzó a trabajar, primero como entrenador deportivo, luego en la producción de espectáculos musicales y ahora como productor de eventos deportivos particularmente en el área de cronometraje de carreras. De su acercamiento a la Pastoral Juvenil le surgió la inquietud y cursó el Diplomado en Doctrina Social de la Iglesia.
A seis de cada 10 jóvenes venezolanos no les interesa participar en la política ¿Qué crees que puede hacer la Iglesia para revertir ese número? ¿O piensas que esa no es una tarea de la Iglesia?
–Es una pregunta que la Iglesia se ha hecho por mucho tiempo. La Iglesia sí está invitada a promover no la política, sino la participación ciudadana y social. El papa Francisco muchas veces nos ha dicho que el hombre es un ser político, es decir que las personas tienen que participar en la política, es un derecho. Desde el Programa Jóvenes para una Nueva Sociedad nosotros ejercemos política sin ser un partido político. Se trata de ver la política como un espacio para servir y buscar el bien común de la gente. Pienso que la Iglesia sí puede hablar de política y promover la participación política.
¿Y cual debería ser la respuesta de los partidos políticos no solo ante el desinterés de la juventud, sino ante el 71 % de descontento de los jóvenes hacia la institución de los partidos?
–Bueno, fíjate que la Enjuve también reveló que los jóvenes confían más en la Iglesia como institución (65,5 %) que en los partidos (30,3 %). Pienso que los líderes políticos deben recordar a quién le sirven y para qué están en el puesto que desempeñan. La Iglesia tiene un planteamiento muy rico como lo es la Doctrina Social de la Iglesia, que nos enseña a ser persona y a trabajar con las personas. Creo que los políticos les falta eso: ser persona, ser humano, ver al otro como un ser humano y darse cuenta de que todos dependemos de todos. A los políticos y a los partidos les hace falta que ese trabajo por la persona y la búsqueda del bien común sea un trabajo real y verdadero y no solo una vía para llegar al poder. También creo que hace falta un trabajo articulado entre los partidos y la Iglesia, porque la Iglesia trabaja para servir a la persona y al país y a veces siento que eso en algunos partidos no se ve. Dicen cosas en el discurso que luego no se ve en los hechos. Es necesario que los dirigentes hagan lo que dicen que van a hacer.
¿Desde tu punto de vista Venezuela vive actualmente en una democracia o en un autoritarismo?
–Creo que vivimos en una autocracia disfrazada de democracia, donde se toma en cuenta la opinión de la minoría pero la opinión de la mayoría, que está en contra, es ignorada. Eso me dice que no hay democracia. Para mí el modelo de gobierno aceptable es la democracia y me atrevería a decir que la Iglesia es una de las instituciones que promueve la democracia como sistema de gobierno aunque a lo interno, no la practica. Y lo digo sin ánimo de abrir polémica pero es lo que pienso.
¿Y por qué crees que casi tres de cada 10 jóvenes dice que le da lo mismo la democracia o el autoritarismo? ¿Qué le escuchas a los jóvenes sobre esto en tu trabajo diario con ellos?
–A mi me suena que esa respuesta es más para salir del paso y no profundizar en el tema porque dudo que la gente, que los jóvenes, después de toda esta experiencia que hemos vivido por tantos años, sigan apostando por un gobierno autoritario. Yo no creo que ese sea el modelo que la juventud busca.
¿Entonces crees que esa respuesta pueda venir desde el miedo a expresarse? La Enjuve dice que seis de cada 10 encuestados perciben que viven en un entorno donde pueden ser acusados, reprimidos o vigilados…
–Muchos jóvenes no conocen las diferencias entre los distintos modelos de gobierno, y de ahí puede venir en parte esa respuesta de que les da lo mismo. Pero creo que en parte también surge del deseo de no entrar en disputas. Mira, en el Encuentro Nacional de Organizaciones Juveniles donde analizamos la Enjuve, algunos jóvenes contaron que vienen de familias de izquierda, que votaron por este gobierno, que creyeron en el presidente Hugo Chávez. Que han tenido tantos problemas por sus opiniones que prefieren censurarse y no hablar. En estos años muchas familias se han visto divididas por la política. Mi experiencia personal es esta: toda mi familia salvo un hermano menor, mi abuelo y yo, eran de izquierda. Cuando compartíamos en familia era inevitable hablar de política y las conversaciones eran muy duras, muy violentas, de mucha confrontación. Yo pienso que el joven y la gente en general quiere evitar más rupturas por temas políticos.
¿Y qué mecanismos de expresión buscan entonces los jóvenes?
–En el espacio de la Pastoral Juvenil tenemos muchos espacios para que los jóvenes se expresen pero también en nuestro entorno religioso hemos visto una baja participación. El joven se expresa muy poco. Eso quizá venga por la represión o la persecución, de miedo. El joven de hoy el único modelo de gobierno que ha vivido es éste, en ambientes donde se persigue, se reprime. Lo que los jóvenes han conocido de las manifestaciones es que si salen, los pueden matar. Entonces ¿Quién no se esconde o se silencia si las condiciones son estas? Nadie quiere que lo maten. Sin embargo siempre encuentran el espacio para expresarse a través del deporte, del arte, de la música.
Pero no del voto. Para el momento en que se aplicó la encuesta, apenas 26,4 % de los jóvenes de oposición estaba seguro de votar frente a 44,7 % de los chavistas
–Por eso mi invitación es que debemos batallar contra el miedo porque hemos visto que con miedo o sin miedo hay que luchar. Lo vivimos en carne propia luego de estos años de abstención en las elecciones. Yo invito a los jóvenes a participar, no necesariamente votando si esa no es la forma que sienten que pueden hacer un aporte, pero participar en su comunidad siendo un buen ciudadano, aportando a su comunidad. Si buscamos un cambio en la sociedad, debemos primero hacer un cambio en nuestra propia vida y en nuestro entorno.
Hablando de las elecciones, según cifras del CNE este año en la jornada de inscripción en el Registro Electoral apenas se inscribieron 431.122 nuevos votantes. En paralelo, cuatro de cada 10 jóvenes dijo en la Enjuve que no va a votar porque no está inscrito en el RE ¿Qué crees que pesó más: una campaña informativa deficiente o el desinterés de los jóvenes en la política?
–Hay mucha responsabilidad de parte y parte. Yo recuerdo haber visto en alguna plaza algún tarantín del CNE, pero una campaña informativa masiva como tal, no la vi. Pero también la juventud se hace la vista gorda y queriendo escapar del tema político desaprovechamos estas oportunidades. Todavía no conozco al primer joven de la Pastora Juvenil que me diga que va a votar y eso que yo salí del Encuentro Nacional de Enjuve preguntado, indagando sobre lo que pensaban los muchachos, poniendo el tema en las discusiones. Lo otro que veo es que se ha perdido esa cultura política, ese hablar de la política, de cuando uno era menor de edad y esperaba a los 18 años para votar por primera vez, de la experiencia misma de ese primer voto, eso ya no se vive y pienso que eso debe recuperarse. La sociedad tiene la obligación de reanimar esa participación, esa cultura.
¿Tienes intención de votar el 21-N? ¿De que manera piensas que esa decisión tuya puede ayudar a cambiar la realidad?
–Sí voy a votar. Pues mira te voy a resumir lo que fue la respuesta de la mayoría de los participantes en el Encuentro Nacional de la Enjuve, y es que nos dimos cuenta de que la abstención no dio resultado, aún cuando fueron los mismos líderes políticos los que llamaron a tomar esa vía. Yo, como muchos en ese entonces, no salimos a votar ¿Y qué pasó? No pasó nada. Entonces la mejor manera de que nosotros podemos generar algún cambio, a pesar de las trampas y las mafias que hay, es con el voto. Por eso yo decidí en esta oportunidad dar el paso y volver a ejercer mi voto.
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La presentación completa de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud en el siguiente enlace ResultadosENJUVE-2021
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José Miguel Rodríguez:
Los jóvenes nos estamos preparando para reconstruir el país y no repetir los errores del pasado
El director de la ONG Más Ciudadanos sostiene que el cambio que buscan los venezolanos no puede ser solo de gobierno sino que es necesario cambiar la educación en valores democráticos. Afirma que parte del desinterés de los jóvenes en la política se debe al alto riesgo y la baja retribución.
Caracas. José Miguel Rodríguez tiene 27 años, es abogado egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y actualmente cursa una maestría en Ciencia Política porque es de los que sostiene que los jóvenes tienen la responsabilidad de formarse para poder conducir con éxito la transformación de Venezuela. Además, es cofundador y actualmente director general de la ONG Más Ciudadanos, creada en 2017 con el propósito de promover la cultura ciudadana en jóvenes venezolanos en situación de vulnerabilidad, a través de programas de formación y acción comunitaria.
El equipo de la Encuesta Nacional sobre Juventud, Enjuve 2021 llegó a él por la alianza que existe entre Más Ciudadanos y la UCAB en el desarrollo de proyectos conjuntos en las comunidades.
La conversación con José Miguel se preparó de cara al próximo 21 de noviembre, cuando no solo son las elecciones regionales y municipales, sino que se conmemora el Día del Estudiante Universitario.
Con él conversamos sobre la oportunidad que presenta la actual coyuntura para reconectar el vínculo perdido entre la juventud venezolana y la política como herramienta para generar el cambio social. Y es que luego de cinco años de una migración sostenida de jóvenes entre los 15 y los 28 años de edad, este año 2021, el 44 % de los jóvenes entrevistados por la Enjuve dijo que no tiene intención de abandonar el país.
Mientras cuatro de cada 10 jóvenes dice que no tiene pensado irse de Venezuela en este momento, seis de cada 10 reconoce que vive en un entorno donde puede ser reprimido por sus ideas. ¿Qué hacen los jóvenes frente al miedo a expresarse libremente?
–He visto varias cosas. Una es que muchos amigos de mi edad, de mi generación han entendido que este es un momento para formarse y prepararse. El reto de reconstruir el país es muy profundo y difícil. Los jóvenes hoy nos estamos preparando para reconstruir el país y no repetir los errores del pasado. Esa idea está muy presente entre quienes seguimos trabajando en el país. Pero claro, hay muchas otras maneras de expresarse desde la sociedad civil, gente que levanta la voz, algunos desde las redes sociales. Creo que eso es importante, que cada quien se exprese desde su espacio y ponga su grano de arena porque no hay una receta perfecta ni un camino único para lograr el cambio.
¿Cómo sorteas tú por ejemplo esos mecanismos de censura, represión o acoso de los que habla la Enjuve?
–Nosotros en Más Ciudadanos nos cuidamos mucho, pero sabemos que la tarea que hacemos tiene riesgos. Asumimos esos riesgos con valentía, pero también con mucha prudencia y responsabilidad porque evidentemente no sirve de nada estar detenido. Pero sí, estamos en un ambiente represivo. Yo lo he vivido en otros ámbitos y es uno de los motivos por los que los jóvenes hoy le tienen cierto temor de acercarse a la política. Ven un costo muy alto en términos de su integridad personal y física y unas retribuciones personales y emocionales muy bajas.
Tan alto el costo y tan bajas las retribuciones que seis de cada 10 jóvenes dijo que tiene poco o ningún interés en la política. Si los jóvenes de ahorita no tienen interés en la política ¿Quién va a gobernar el país mañana? ¿Qué pueden hacer los partidos para revertir ese descalabro?
–Es un escenario preocupante. Es como si dijéramos que la crisis es una pandemia como la de la COVID-19, los políticos son los médicos y la población no cree en los médicos. Así estamos en Venezuela y por eso es muy complicado salir de la crisis. Pero pienso que lo primero entender que esto no es responsabilidad nada más de la élite política, ese es un error que tenemos muy metido en la cabeza. Sin embargo, la dirigencia política tiene que empezar a ser más coherente, reforzar más los valores democráticos, y dejar a un lado esa ambigüedad en el discurso. Eso ayudaría mucho a revertir ese proceso de desencanto, pero creo que lo transversal es rescatar la base que es la formación y la idea de ser verdaderamente ciudadanos. Llegamos hasta acá porque perdimos eso.
En el pasado se reforzaba mucho que votar era uno de esos deberes ciudadanos. De 2017 para acá, la élite opositora cambió esa narrativa, y hoy intentan retomarla otra vez. Hoy solo 26 % de los jóvenes de oposición está seguro de ir a votar el 21-N…
–Votar es un derecho constitucional, aunque para mí también es un deber. Sabemos que las condiciones para esas elecciones no son las mejores, que el árbitro tampoco es el mejor, pero creo que lo fundamental del discurso político en este momento es que debe hablar con la verdad y ser coherente. Plantear que el 21-N el país va a cambiar o que los problemas de la gente se van a resolver el 22 es una mentira. La verdad es que si las fuerzas democráticas logran ganar algún espacio en ese proceso, no va a tener las capacidades para generar políticas públicas sostenibles. Entonces, lo importante es que todos estos meses previos y ese día sean un espacio para articular, movilizar y presionar. Mira, hace tres o cuatro meses la oposición estaba desmovilizada completamente y los partidos estaban al borde de quedarse sin estructuras. La gente y la dirigencia y los jóvenes tienen que entender que a veces no escogemos el escenario donde vamos a batallar y nos toca batallar en el escenario que hay. El 21-N no es la batalla final, no es la solución a todos los problemas pero es una oportunidad para nuevamente decir que queremos que el país cambie.
¿Cómo valoras el hecho de que solo cuatro de cada 10 jóvenes que no van a votar dicen que no lo harán porque no se inscribieron en el Registro Electoral? ¿Eso es responsabilidad de los jóvenes o de una campaña deficiente del CNE?
–Hay un poco de todo. En Venezuela la institución del voto ha perdido su fuerza gracias a todos los episodios y falta de institucionalidad de parte del árbitro electoral. En este caso, yo sí creo que el CNE pudo y debió haber hecho más porque no es nada nuevo que hay más de un millón de jóvenes fuera del Registro Electoral desde hace años. Pero creo que también reimpulsar el voto, estimular a los jóvenes para que participen es una tarea que tenemos que asumir todos: la sociedad civil, las academias, los partidos. Esa baja tasa de nuevos inscritos también es un reflejo de que los jóvenes no ven la utilidad de votar y del desconocimiento sobre los derechos y deberes políticos, porque nuestro sistema educativo no enseña a los jóvenes a ser ciudadanos.
¿Crees que sea por ese mismo desconocimiento que mientras en 2013, 65 % de los jóvenes prefería la democracia como sistema político, hoy ese porcentaje bajó a cinco de cada 10 y que a tres de cada 10 y les da lo mismo la democracia y el autoritarismo? ¿Cómo lo ves tú?
–Yo creo que en Venezuela no hay una democracia pero en mi opinión, lo que revela esa data, es que los jóvenes están asociando la palabra democracia a sistema de gobierno. Entonces claro, al ver que el país vive en un colapso, concluye que la democracia es la que no está funcionando. Ese dato a mi también me llamó mucho la atención porque según Latinobarómetro, Venezuela se mantiene entre los países que mejor valoran la democracia. Creo que ese dato de Enjuve lo que recoge es la crisis de legitimidad que enfrenta la democracia a nivel global.
¿Y además de esa confusión en los conceptos qué otros elementos crees que han llevado a la juventud a perder su fe en la democracia como sistema de gobierno?
–Creo que lo que verdaderamente refleja esa respuesta es que la antipolítica y el descrédito a las instituciones, a los actores y a los partidos es cada vez mayor. Desde esa perspectiva, la política hoy en Venezuela no da respuesta a los problemas de la gente y más bien es una piedra de tranca. Parte del reto y es lo que tratamos de hacer en Más Ciudadanos y en muchas otras ONG dedicadas a la formación política y social es hacer entender a la gente que el cambio que tanto estamos esperando y por el que tanto hemos trabajado no puede pasar únicamente por cambiar de gobierno porque eso sería una tentación y un error que nos va a traer frustraciones. Es decir tenemos que hacer un cambio desde la raíz del problema y eso parte de la educación en valores ciudadanos y democráticos. Por eso el trabajo que hacemos en las ONG como la nuestra es más necesario que nunca.
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María José Brito: Para estas elecciones hay muchos candidatos jóvenes que son las semillas del nuevo liderazgo
La coordinadora del Foro Permanente de Juventudes afirma que los jóvenes venezolanos no saben qué es la democracia porque no la han vivido. Considera que la juventud se abstiene de participar políticamente porque no es escuchada.
Caracas. María José Brito, Majo, es abogada egresada de la Universidad Santa María, tiene 26 años y coordina el Foro Permanente de Juventudes, un proyecto del Consorcio Desarrollo y Justicia, enfocado en integrar al liderazgo joven en la generación de propuestas de políticas públicas para la transición a la democracia.
Desde la creación del Foro hace dos años han formado a 1500 jóvenes de todo el país; al menos 100 de ellos hoy son candidatos a legisladores o concejales.
Majo trabaja en equipos políticos de campaña desde los 17 años de edad, por eso ve con optimismo que en la próxima elección municipal y regional se haya abierto un espacio para las postulaciones de liderazgos emergentes, semillas para dentro de 10 o 15 años, en todo el país.
Conversamos con ella como parte del seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela, como una contribución al debate y análisis de los resultados de índole política contenidos en la Encuesta Nacional sobre Juventud, Enjuve 2021, realizada este año por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello y presentada en octubre.
La Enjuve reveló un preocupante y creciente desinterés de los jóvenes en la política. Para revertir esos números ¿Bastaría solo con un cambio de mensaje de los políticos, o hacen falta nuevos líderes?
–Hay una dualidad en ese sentido y lo vemos con estas elecciones del 21-N. Por un lado, no estoy de acuerdo con que el mensaje de partidos y candidatos opositores sea llamar a votar por la libertad de Venezuela. ¡No! Porque la libertad no se va a lograr con alcaldes y gobernadores. En cambio lo que sí se puede lograr con estas elecciones es recobrar la confianza en el voto y en el camino electoral. Porque el éxito de la oposición en estas elecciones no se mide por cuántas alcaldías, gobernadores, legisladores o concejales obtuviste. ¡No! El éxito es que desde esos espacios que obtengas podrás reconstruir los cuadros sociales y reactivar la organización ciudadana.
¿Y cual es el otro aspecto de la dualidad a la que te refieres?
–En muchos lugares los partidos lanzaron a competir a los liderazgos naturales, a los que les correspondía en este momento. Ahora bien, son unas elecciones difíciles de ganar; según la Enjuve, la intención al voto de los jóvenes opositores es de apenas 26 %. Entonces hay mucho descontento pero poca intención de votar. Lo que veo de positivo es que muchos candidatos a concejales y a diputados regionales son jóvenes, son caras frescas. Yo lo veo como una siembra, son las semillas del nuevo liderazgo. Resalto que se haya abierto un espacio para la juventud y eso se dio en parte por el trabajo de los jóvenes desde el año 2014 para acá, y en parte porque hay escasez de liderazgo.
Son más de 70 mil candidatos aspirantes a unos tres mil cargos. ¿Hay alguno que haya pasado o pertenezca al Foro Permanente de Juventudes?
–¡Ufff sí! Hay como 100 egresados del Foro. Ahora mismo estamos sacando esa cuenta, porque queremos determinar exactamente cuántos son los candidatos jóvenes, entre 21 y 35 años, y cuántos han pasado por nuestro Foro. Pero lo que es seguro es que hay muchos perfiles de jóvenes en todos los municipios. Entonces eso te permite tener una una visión a largo plazo, algo que a los jóvenes nos cuesta porque somos muy inmediatistas, pero aquí ves que se está construyendo un liderazgo a largo plazo. La Enjuve también reveló que 44 % de los jóvenes se quiere quedar y solo 22 % se quiere ir y para mi eso es muy positivo a largo plazo en términos del rescate del país. Es cierto que un grueso de los jóvenes está desencantado o desmotivado, pero muchos están poniendo sus nombres para la reconstrucción de la democracia y eso también hay que verlo porque nosotros somos los que vamos a tomar las decisiones en unos 10 o 15 años.
Hablemos de ese porcentaje desencantado con la democracia. Solo cinco de cada 10 encuestados dijo que prefiere la democracia al autoritarismo y a tres de cada 10 le da lo mismo un modelo o el otro. ¿Por qué se dio ese descalabro de la confianza en la democracia?
–Hay autoritarismo restrictivo con rasgos hegemónicos, según la definición del profesor John Magdaleno. En el Foro Permanente de Juventudes una de las cosas que trabajamos es en determinar las características del régimen autoritario para poder tener una noción de lo que vamos trabajando.
¿Por qué los jóvenes venezolanos han perdido su confianza en la democracia como sistema de gobierno y casi 30% piensa que es igual una democracia a un autoritarismo?
–Hay desconocimiento. Hay muchos jóvenes tienen tanto tiempo, algunos toda su vida, en esta dinámica y no vivieron la democracia. Yo tampoco viví lo que es la democracia, yo tengo 26 años. La democracia es una cultura, un sistema de valores y principios. Cuando no conoces la democracia, crees que lo mejor es la imposición. Lo otro que ocurre es que la gente asocia la democracia únicamente con el sistema electoral, con votar, y como el voto ha perdido su efectividad, entonces creen que la democracia no sirve. Pero la democracia no es solo eso.
Ya hablamos del mensaje y de la renovación de líderes ¿Qué más deberían hacer los partidos para recuperar la confianza de los jóvenes?
–Lo que yo veo, y lo dice también la Enjuve, es que los jóvenes estamos migrando desde las organizaciones políticas hacia las organizaciones reivindicativas. No nos sentimos tan identificados con los partidos porque en este momento hay mucha desmotivación, sobre todo entre los jóvenes que no se identifican con el chavismo, por todo lo que ha pasado con el gobierno interino. Y creo que los jóvenes han migrado desde la actividad política hacia las organizaciones de la sociedad civil porque se sienten más cómodos de expresar su opinión. El año pasado 60 % de los participantes en el Foro Permanente de Juventudes provenían de los partidos políticos; este año tuvimos 30 % de los partidos, 30 % de estudiantes universitarios, y 30 % de organizaciones de la sociedad civil, movimientos culturales y grupos de emprendedores. Eso lo que nos dice es que los jóvenes están migrando hacia otros espacios donde pueden participar que no son los partidos.
¿Qué espera la juventud venezolana de los partidos?
–Los jóvenes somos dinámicos, nos gustan los resultados. Los partidos tienen que mostrar resultados de verdad. Les falta analizar muy bien los resultados de sus estrategias y hablarle claro a la gente, decirle la verdad. Lo que más desmotivó a la gente fue la falta de firmeza en las decisiones. Por ejemplo la decisión de volver al camino electoral: explicas por qué, explicas cómo, explicas los objetivos a corto y largo plazo. Pero los partidos no se enfocan en esa explicación sino que son populistas y no saben construir un mensaje claro y contundente para la gente. La gente no es tonta, la gente está muy clara. Para mí sería un milagro que eso ocurra porque los partidos no hacen esas reflexiones sino que toman las decisiones en base a intereses.
La Enjuve dice que 64% de los jóvenes sean chavistas, opositores o independientes percibe que viven en un entorno donde pueden ser acusados, reprimidos o vigilados y por eso se autocensuran. ¿Tú también te sientes así?
–Por lo general yo no me autocensuro tanto, porque estoy en esto de la política desde los 17 años, pero he notado que muchos jóvenes sí lo hacen. Mira, la autocensura se produce no solamente por el miedo a la represión, sino también por el sentimiento de que expresar el descontento no produce ningún efecto. Los jóvenes lo que dicen es “para qué voy a hablar si nadie me va a escuchar, nadie me va a parar”.
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Claudia García: Los jóvenes opositores y oficialistas tienen que aceptar sus diferencias y buscar lo que los conecta por el bien del país
La Consejera Universitaria de la UCAB insta a todos los sectores del país a reflexionar sobre los resultados de la Enjuve 2021 para construir un futuro que incluya a los jóvenes. Afirma que es trabajo de los líderes jóvenes remendar los errores y sanar las heridas causadas por generaciones pasadas para poder avanzar. A continuación la séptima entrega del seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela.
Caracas. Claudia García estudia Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello. Tiene 22 años y desde el bachillerato sintió “la espinita” del trabajo social y político. Apenas ingresó a la UCAB se postuló para el Centro de Estudiantes de su escuela y perdió, pero eso no la detuvo, hizo voluntariado en las diversas actividades disponibles en su casa de estudios y dos años después, en febrero de 2021, volvió al ruedo pero como candidata a representante estudiantil ante el Consejo Universitario; y ganó.
Desde esa posición fue contactada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB con el propósito de que participara en el Encuentro Nacional de Organizaciones y Movimientos Juveniles, organizado con el objetivo de analizar los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud, Enjuve 2021, con sus protagonistas.
“En el Encuentro reflexionamos sobre cómo hablarle a esos jóvenes que hoy están desmotivados. Para ello construimos una estrategia que se basó en sanar, transformar para ser mejores y accionar. En otras palabras, buscar las formas de conectar nuestras realidades y construir oportunidades”, señaló.
La entrevista con Claudia forma parte del seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela, que presenta Crónica.Uno con el fin de ayudar a los actores sociales y a la comunidad a entender las implicaciones de los resultados que en materia política recogió la Enjuve 2021.
La Enjuve reveló que 37 % de los jóvenes se autodefine como opositor, 31% como chavista y 32 % como no alineado. Me gustaría saber cómo crees tu que se puede lograr conectar las realidades de esos tres bloques y construir oportunidades para todos.
–Precisamente el primer valor que nosotros decidimos en el Encuentro fue sanar, abarcando a ese sector de la juventud con el que tenemos diferencias. La búsqueda es sanar ese resentimiento, entender que cada uno tiene una historia particular y que eso está bien, pero que tenemos que trabajar a partir de cada una de esas historias. El siguiente paso es transformar esas diferencias para poder ver más allá, ver lo que nos conecta y para llegar todos juntos porque el objetivo final de todos siempre será el bien común.
En este momento, en plena campaña para las regionales, hay muchos jóvenes participando. ¿Puede este proceso ser una oportunidad?
–Como jóvenes, indiferentemente de con qué sector político nos sintamos más identificados, nuestra prioridad debe enfocarse en sanar esos errores que ni siquiera cometimos nosotros, pero cuyas consecuencias estamos viviendo y pagando. Los jóvenes que están en política ahorita, haciendo campaña, reciben mucho rechazo por errores que ni siquiera fueron suyos. Entonces también nos corresponde ese trabajo de sanar, de remendar esos errores, de ser esa generación nueva que a veces tiene que cargar con cosas que no cometió para transformarlas y actuar a partir de eso habiendo sanado los rencores colectivos.
Una de las coincidencias, a pesar de que el número cayó respecto a 2013, es la valoración que hay de la democracia. La mayoría de los jóvenes opositores (64,9 %) y chavistas (60,4 %) todavía prefiere la democracia como sistema de gobierno, e incluso 47,1 % de los no alineados. Pero casi 30 % de toda la muestra dijo que le da lo mismo democracia y autoritarismo. ¿Cómo lo ves tú?
– Sin duda creo que en Venezuela hay un autoritarismo porque hay candidatos inhabilitados, no hay libertad de expresión, hay periodistas perseguidos y políticos exiliados. Los jóvenes no quieren vincularse con la política en parte por la asociación que se hace con los liderazgos. Es decir, asocian la democracia con algunos partidos, personalidades o iniciativas que no tuvieron éxito. En ese escenario es muy posible que como joven no me sienta identificada o diga que me da lo mismo. Además en Venezuela nuestra generación no ha tenido la oportunidad de conocer distintos tipos de gobierno para entender las diferencias entre uno y otro. Y al final uno no aprende de errores ajenos. Viendo los errores que han cometido quienes se asocian con la democracia o quienes tienen una narrativa asociada a la democracia creo que eso influye en la percepción de un joven sobre un sistema u otro.
¿Qué deberían hacer los dirigentes y partidos políticos para lograr recuperar la confianza de los jóvenes?
–Para mí ese no es un trabajo solo de los partidos, sino de toda la sociedad, pero para responder a tu pregunta, creo que la Enjuve es el primer paso porque recoge la opinión de los jóvenes en muchos aspectos de su vida. Entonces creo que tiene que haber una reflexión de los partidos, de la sociedad, de las empresas y de todos los sectores en profundidad sobre estos datos, para construir a partir de ahí nuevas opciones, propuestas e ideas que incluyan también la percepción de la juventud.
¿Haría falta entonces una sustitución del liderazgo dentro de los partidos, crear nuevos partidos, o bastaría con que los partidos comenzaran a hablar diferente?
–En mi opinión no se trata de aplicar un cambio radical, no se trata de que ahora los partidos pongan a jóvenes en todas las posiciones. No es poner por poner, sino reflexionar sobre estos datos y trabajar en conjunto con los jóvenes porque la sociedad no está compuesta solo por jóvenes, o solo por adultos o solo por ancianos. Se requiere hacer el engranaje en los partidos y en la sociedad, incluir a los jóvenes, tomar en consideración sus ideas, incluir nuevas prácticas. Ciertamente la narrativa es superimportante pero de nada sirve una narrativa que no esté acompañada de acciones. Se trata de complementar datos con narrativa con iniciativas con trabajo en equipo con dirigencia, y todo para lograr ese engranaje social que incluya a los jóvenes.
La universidad venezolana ha tenido un rol fundamental en los cambios políticos y procesos de transición que vivió Venezuela en el siglo XX. ¿Crees que actualmente ha perdido ese rol?
–No creo que la universidad haya perdido su rol de importancia o su incidencia en el país. Sin embargo sí creo que ese rol se ha transformado, se ha buscado aprender de los errores del pasado y ahorita quizá la prioridad de los jóvenes no es salir a la calle a protestar, como lo ha sido en otros momentos, sino que la prioridad es formarse para luego serle útil al país. Eso también forma parte de la incidencia política, económica y social de la universidad en el presente y en el futuro.
La Enjuve reveló que solo 19 % alcanza la formación universitaria completa…
–Ese dato a mi también me impactó y reflexioné mucho sobre él. Creo que además de los factores económicos y sociales que impiden al joven ir a la universidad, el joven de hoy quiere inmediatez o practicidad. Entonces pienso que es necesario replantear las modalidades de formación que hay en el país, considerando los intereses y necesidades que tiene la juventud.
¿Cómo se inserta el otro 81 % de los jóvenes que dejó los estudios superiores para ser sostén de su familia en ese proceso de cambios que requiere el país?
–Indistintamente del área en que se desenvuelva la juventud, bien sea que trabaje o estudie o haga activismo o haga labor social, eso parte de la diversidad que tiene la juventud. Tenemos que entender que no todos los jóvenes van a formarse académicamente, así como no todos los adultos de hoy pasaron por una universidad. Quizá algunos se hicieron técnicos y otros se insertaron de una en el mundo laboral y no por eso dejan de formar parte de la sociedad. Entonces no necesariamente hay que hacer un esfuerzo de inserción en el sistema educativo sino hacer más un esfuerzo de empatía. Porque al final, cada uno desde su espacio puede ser útil al país.
¿Tú estas inscrita en el Registro Electoral? ¿Tienes intención de votar el 21-N?
–Estoy inscrita y creo que sí debemos participar en las próximas elecciones. Sin embargo, como parte de mi práctica democrática, entiendo y respeto las decisiones de todos. Por su puesto la participación dentro de cada espacio es necesaria para lograr los cambios. Los cambios no llegan solos sino que hay que trabajar por ellos. Y bueno aunque ya el Registro Electoral para esta elección se cerró, mi invitación a futuro es a que los jóvenes se inscriban y formen parte del cambio político.
¿De qué manera votar en esta elección puede ayudar a cambiar la realidad?
–No está asegurado que la participación vaya a cambiar al país porque estamos hablando de 20 años de destrucción política, económica y social en el país. Entonces no podemos ilusionarnos ni llenarnos de falsas expectativas pensando que con salir a votar el 21 de noviembre todos los problemas se arreglarán. No. Todo lo contrario: la participación en las elecciones es un paso más para comenzar a lograr cambios, para retomar espacios de incidencia política. La participación en este proceso no es un fin, es un medio.
Por último, hablemos del otro hallazgo preocupante de la Enjuve: el miedo. Seis de cada 10 jóvenes sean chavistas, opositores o independientes percibe que viven en un entorno donde pueden ser acusados, reprimidos o vigilados y por eso se autocensuran. ¿Tú te inscribes en ese grupo?
–Como dirigente estudiantil, claro que tenemos un antecedente de persecución, de la nada sale una orden de captura y eso evidentemente genera miedo e inhibición. Por otro lado, en mi entorno más social quizá ya no es miedo a un ente gubernamental que me va a reprimir, sino miedo a decir una opinión si no estoy en mi círculo de confianza, o frustración frente al hecho de que expresar mi opinión o decir lo que siento no va a llevar a nada.
¿Y cómo lo resuelves, cómo afrontas ese miedo?
–Siempre va a existir otra vía, a lo mejor a través del arte, o escribo lo que siento para no gritarlo, o me expreso en mi círculo de confianza. Incluso puedo transformar los temas de los que hablo, o mis gustos, para evitar caer en el tema político que puede ser muy conflictivo. Creo al final habrá tantas opciones de expresión como jóvenes.
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La presentación completa de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud en el siguiente enlace ResultadosENJUVE-2021
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Miguelangel Borsegui: Nuestra generación es muy distinta a la de 2007; hemos logrado rearticular a la comunidad universitaria en una misma lucha
El dirigente estudiantil de la USB e integrante del equipo de comunicaciones de Vente Venezuela advierte que cuando el joven se autocensura desde el miedo pierde la posibilidad de generar un liderazgo transformador. “Que un partido como AD tenga a los mismos voceros por más de 30 años aleja a los jóvenes”.
Caracas. Miguelangel Borsegui estudia Ingeniería Electrónica en la Universidad Simón Bolívar, donde es dirigente estudiantil. Allí coordina el Movimiento Demos y es Secretario de Información del Centro de Estudiantes de Ingeniería y Tecnología Electrónica. Además, trabaja en el equipo de Comunicaciones del partido Vente Venezuela.
A sus 20 años es el más joven de todos los dirigentes entrevistados para el seriado Los jóvenes le hablan a Venezuela.
Con este espcial Crónica.Uno que intenta aportar al debate público no solamente una lectura de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud por sus protagonistas, sino también a la comprensión de los factores que mueven a una generación que creció en un entorno autoritario pero aspira a la democracia sin haberla conocido.
Miguelangel es tajante: “Vivimos en un autoritarismo aunque el régimen hace esfuerzos para hacerse ver como un régimen democrático competitivo. Ese es precisamente uno de los juegos del régimen de Maduro, el engaño, y lo vemos con claridad de cara al proceso de noviembre”.
¿Tienes intención de participar en las elecciones del 21 de noviembre?
–Yo no quiero participar porque no veo las condiciones democráticas para decir que mi voto va a elegir a un candidato. Eso va de la mano con la falta de depuración del Registro Electoral, la inhabilitación de los dirigentes políticos, que haya tarjetas como las de AD y PJ secuestradas. Y en paralelo a eso, está la falta de consenso de la oposición, lo que pasó en Miranda. Todo suma a la ausencia de condiciones para un verdadero espacio de participación. Yo no veo el 21-N como una elección sino como un proceso político diseñado por el régimen a su medida y los que participen tienen que entender en qué se están involucrando, porque este no es momento de ingenuidades.
Tú perteneces al 48,9 % de jóvenes que dijo que no votaría el 21-N. Pero de ese grupo, solo el 6 % dice que no lo hará por falta de condiciones electorales; la mayoría dice que no saldrá el 21-N porque no está inscrito en el Registro Electoral…
–La cantidad de desaciertos que ha habido por parte de los distintos factores políticos ha desencadenado un desencanto de muchos jóvenes con la política, la pérdida de credibilidad en los partidos e incluso en la no participación política. Sin embargo, uno de los puntos positivos de la encuesta es que un alto porcentaje de los jóvenes (44 %) no se quiere ir de Venezuela y eso es porque ven posibilidades de incidir en lo público mas no desde la política, sino desde las universidades, las ONG, las fundaciones, etcétera. El joven está buscando transformar realidades en la comunidad, en su entorno cercano y eso contrasta con ese desencanto.
Ese desencanto dio dos números muy concretos en la Enjuve: 71 % está descontento con los partidos políticos y 60 % tiene poco o ningún interés en la política. ¿Qué hacer para revertir eso?
–El proceso político venezolano no se puede ver en blanco y negro sino en una escala de grises. Creo que desde los partidos políticos es necesaria la consolidación de acuerdos y la unificación de criterios pero en torno a un fin común, como lo es la libertad de Venezuela y no solo en torno a los medios, como lo sería un proceso electoral. Aterrizar la unidad en concreto es lo que hace falta para que la gente se interese de nuevo y eso parte de generar una narrativa clara y una línea de acciones serias.
¿Y qué pueden hacer los jóvenes que sí se interesan en la política para atraer a los que no?
–Yo apuesto a que nuestra generación, los que estamos hoy en las juveniles de los partidos políticos por ejemplo, somos una generación completamente distinta a la que se gestó en el 2007 o en el 2017. Nuestra generación busca trascender los procesos donde no se logran consensos por egos y otros problemas. Queremos lograr esos consensos para dar una visión más clara de lo que podemos ser como oposición y desarticular al régimen que tenemos. Otro dato que me llamó mucho la atención fue el relativo a la confianza en las instituciones: la policía aparece con más credibilidad (38 %) que los partidos políticos (30,3 %). Entonces la mejor manera de contrarrestar eso es generar inclusión en los procesos de toma de decisiones, que ese ha sido por cierto un gran problema en los partidos. No escuchan al militante. Nosotros tenemos la gran labor de no arrastrar los males de la política tradicional.
¿Crees hacen falta nuevos partidos, o nuevos liderazgos dentro de los partidos que tenemos?
–Rescato lo que veo en torno al proceso del 21 de noviembre y es que hay muchísimas caras nuevas, gente que ha trabajado su liderazgo desde cero. Eso es una realidad. Y creo que hay personas decentes dentro de los partidos que tienen la posibilidad de asumir roles de liderazgo dentro de sus propias organizaciones e incidir en el panorama político nacional. La renovación es necesaria, muy muy necesaria, porque en parte eso mantiene a los jóvenes y a la ciudadanía en general alejada de los partidos. El hecho de que un partido como Acción Democrática tenga a los mismos voceros por más de 30 años impide que mucha gente se sienta identificada con esos liderazgos. Cuando vemos a chamos de nuestra generación, de 20 o 25 años haciendo política por su comunidad, uno se siente mucho más identificado. Esa renovación es necesaria, no solo para transmitir más confianza sino un refrescamiento de la política venezolana.
Tú mencionaste antes a la generación de 2007. ¿Piensas que tú generación puede compararse con la de 2007?
–Somos una generación completamente distinta porque no nos hemos vinculado a los procesos políticos actuales, a diferencia de la de 2007. Hoy buscamos la consolidación articulada de los espacios universitarios, los consejos universitarios, las federaciones. Desde ahí se ha ido gestando una generación que se involucra más en los procesos de la Universidad y desde allí genera incidencia en el país. Entonces hemos tenido éxitos en la rearticulación de la comunidad universitaria, en la comprensión de que las luchas de los profesores y los estudiantes son la misma lucha, que no es otra que avanzar hacia la construcción de una mejor sociedad. Y lo otro que hemos logrado es pertenecer a una comunidad, articularnos y aportar sin estar físicamente en la universidad como consecuencia de la pandemia.
¿Cómo ves la inclusión de los jóvenes del oficialismo, que padecen los mismos problemas que cualquier venezolanos, pero que siguen apoyando al gobierno? ¿Es factible incorporarlos a una eventual transición?
–Creo que eso es un principio de justicia transformadora donde juega un rol importantísimo la educación. Uno de los principales factores que debemos construir desde la Universidad es la incorporación y la inclusión de esos jóvenes en todo este proceso. Es un paso muy muy necesario para lograr los acuerdos que nos permitan mejorar como país. Porque si algo ha sucedido es que de este lado hemos satanizado demasiado al chavismo. Allí hay mucha gente que aun no ha abierto los ojos y esta es una invitación clara a que abran los ojos frente a un sistema que no ha funcionado ni va a funcionar. En el chavismo hay mucha gente decente que trabaja por su país, que busca incidir en lo público y que por supuesto también tienen ser parte de la transformación de la sociedad.
La Enjuve dice que 64 % de los jóvenes percibe que viven en un entorno represivo y se autocensuran. ¿Estás dentro de ese grupo?
–Hoy uno corre el riesgo de que por poner una publicación en Twitter o un post de Instagram tengas una patrulla del Sebin en tu casa. Y eso es una realidad que corremos las personas que queremos generar un cambio político en el país. El miedo es una sensación bastante normal que nos debe preocupar porque cuando nos autocensuramos desde el miedo perdemos la posibilidad de generar un liderazgo transformador. En mi entorno cercano he vivido experiencias de represión, persecución, hostigamiento, llamadas amenazantes donde una persona empieza a mencionar donde vives, quien es tu familia cual es tu rutina. Son cosas que generan incertidumbre y es uno de los riesgos que se corren al querer incidir en la toma de decisiones en los partidos y en la sociedad. Como generamos un ambiente democrático en un país donde persiguen a políticos, a estudiantes, torturan, lanzaron a un concejal desde un décimo piso, pero no nos debe quitar la esperanza y la valentía de generar un cambio.
¿Y qué haces? ¿Cómo te sobrepones a eso cada día?
–El miedo es legítimo y la persecución esta allí, pero eso no nos puede quitar el sueño ni la esperanza de poder lograr un país distinto. Esta generación está trabajando para eso porque sabemos que no apostamos al futuro sino al presente. Siempre nos dicen que somos el futuro. No. Somos el presente porque para pensar en el futuro tenemos que generar la transformación de realidades que queremos desde el presente.
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La presentación completa de los resultados de la Encuesta Nacional sobre Juventud en el siguiente enlace ResultadosENJUVE-2021
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