“Los niños del cerro agradecen que les llevemos aunque sea un caramelo”

cerro

Las necesidades de los habitantes de las zonas más desfavorecidas de la parroquia La Pastora no tienen fin, según Solisbel Arias. Pero ella, desde 1989, trata de que sean menos y colabora con comida, medicinas, con actividades recreativas y juguetes.

Caracas. Llegar a la parte alta de la parroquia La Pastora, en el municipio Libertador, no es fácil. Son escaleras, callejones y surcos de quebradas que se entretejen con las barriadas. Hasta esos lugares llega Solisbel Arias, desde 1989.

Luego, a partir de 1997, en compañía de un grupo de médicos voluntarios, decidió extender ese brazo amigo a las 22 parroquias del municipio Libertador.

“Ya no solo era ir y conocer las necesidades de la población, sino que empezamos a realizar jornadas completas. Asistimos médicamente, donamos medicinas, comida y ropa”.

[irp posts=”44932″ name=”Marlene Mora: luchadora incansable de Catia”]

Cada 15 días, Solisbel se organiza con su grupo para visitar los barrios. Van de casa en casa “y tratamos de llevar aunque sea un caramelo, eso lo agradecen los niños del cerro”, contó, con la mirada satisfecha por el trabajo.

Cada diciembre presentan el nacimiento viviente en varias comunidades y llevan juguetes a los niños.

No importa si están usados, Solisbel y su gente los lavan, peinan las muñecas y les hacen trajes nuevos. Si son carros, los reparan. “Los donamos y los niños solo se muestran agradecidos. A ellos no les importa si son nuevos o no. La alegría es única”.

Una experiencia muy grata que recuerda fue la del cerro El Bosque, arriba en La Pastora, donde le levantaron el ánimo a grandes y chicos con todas las sorpresas entregadas esa Navidad.

Y por si fuera poco estar siguiéndole el paso a los casos de salud, buscando comida para las personas en situación de calle, Solisbel fundó la asociación Jakin Boaz —los nombres de las columnas donde se edificó el Templo de Jerusalén— ayuda a la casa hogar San Bernardo donde hay 12 niños con VIH, busca insumos para la casa hogar de niñas en situación de abandono ubicada en La Pastora, para hogares Bambi y para los abuelos Divino Niño en Coche.

Los médicos de Amisucre, Fudep, Cáritas de Venezuela, y los voluntarios que están a su alrededor ya suman más de 20 personas que hacen esta labor de forma desinteresada. Y hoy en día estas actividades comunitarias están alcanzando otras latitudes fuera de la Gran Caracas, como Maracay, Valencia, Guárico, Cagua y Tejerías.

Fotos: Cortesía Solisbel Arias


Participa en la conversación