Con cinco nominaciones a los premios Oscar, la película es simple, pero poderosa en la manera en la que relata la mundanidad entre un profesor y un alumno.
Caracas. En Los que se quedan, Alexander Payne no busca ser disruptivo ni incómodo. Tan solo presenta una historia que puede estar a la vuelta de la esquina de muchos, en el otro lado del pasillo del edificio.
La película muestra a Paul Hunham (Paul Giamatti), un profesor malhumorado, de esos que suele haber siempre en cualquier institución, y por ende, un clásico en cualquier ficción que se desarrolle en un colegio.
La escuela de este largometraje es una muy prestigiosa, en un paraje alejado. Se acerca la Navidad y los muchachos vuelven a casa para pasar los días con su familia. Sin embargo, no todos pueden regresar, bien sea porque los padres están en otros países o por alguna otra razón que impide el reencuentro.
Vínculo especial
Entonces, este pequeño grupo de alumnos debe pasar esos días en el colegio. Para cuidarlos, eligen a Paul Hunham, también visto con desdén por sus colegas profesores. En esa contrariedad deben encontrar una manera de convivir en medio de lejanía en todos los sentidos en Los que se quedan, película actualmente en la cartelera venezolana.
Con ellos también se encuentra Mary Lamb (Da’Vine Joy Randolph), la jefa de la cocina de la institución, todavía en duelo por la muerte de su joven hijo en Vietnam.
Pasan los días y el tedio y la renuencia va resquebrajando esos intentos de convivencia. Sin embargo, hay un vínculo que se va volviendo cada vez más especial. El profesor empieza a ceder ante Angus Tully (Dominic Sessa), un joven que se quedó en el lugar porque su mamá le dijo que mejor así, pues ella quería pasar esos días junto con su actual pareja.
Ambos, acompañados por Mary Lamb, emprenden un viaje, un escape al encierro en el que se encuentra. En ese camino surgen las fuerzas que los unen, en las que entienden esos dolores profundos que guardan desde hace tiempo. El maestro entonces ve ante sí la mejor clase de su vida, mientras que el alumno descubre un entorno que sobrepasa toda concepción establecida de un mundo académico. A la vez, la cocinera halla en un nuevo nacimiento impulsos para entender.
Sosiego, pese a la adversidad
Alexander Payne muestra en Los que se quedan una de esas obras que sosiegan a pesar de la adversidad, a pesar de la contrariedad constante de la cotidianidad de la vida. Así lo hizo en películas como Los descendientes (2011) o Nebraska (2013); muy claras además las coincidencias con esta última, una trama de padre e hijo que se aclaran en un viaje por una promesa.
El guion es firmado por David Hemingson, acreditado en varios episodios de series de televisión como Whiskey Cavalier. Los que se quedan opta a cinco premios Oscar, entre ellos Mejor Película, Mejor Guion Original, Mejor Actor (Paul Giamatti) y Mejor Actriz de Reparto (Da’Vine Joy Randolph).
Merecidas nominaciones. Es una película que cautiva, cercana a cualquiera por su genuinidad y franqueza, pues es un largometraje sobre la mundanidad.
Los que se quedan es una historia bien contada, con una dirección ajustada a la simpleza de la historia, y dos actuaciones que subrayan todavía más la extraña dureza de la vida, pero a la vez la comprensión para seguir adelante.
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