Sin pudor alguno, cientos de personas invaden fincas y sembradíos privados para cortar y robar caña de azúcar que luego venden en carreteras o en quioscos improvisados y llevan hasta trapiches clandestinos. Las pérdidas de los cañicultores son cuantiosas.

Maracay. Muy amarga es la actual situación por la que atraviesan los cañicultores del estado Aragua ante el robo indiscriminado de la caña de azúcar, que está generando pérdidas en el rubro por el orden del 40 %. Diariamente y sin ningún pudor, cientos de personas invaden sembradíos, fincas y haciendas privadas para cortar y robar la caña de azúcar, generando pérdidas de unos 2 millones de kilos de azúcar durante el 2017 y que podrían triplicarse en el 2018 si las autoridades no toman cartas en el asunto.

Un ejemplo de estos robos indiscriminados es la Hacienda Casupito, ubicada en el municipio Sucre del estado Aragua, en plena carretera nacional Cagua-La Villa, donde más de 100 personas —entre adultos y menores de edad— entran desde las 4 de la madrugada hasta las 8 de la noche para sustraer la siembra.

Rafael Rodríguez, vicepresidente de la Sociedad de Cañicultores del estado Aragua y administrador de la hacienda Casupito, relata que desde diciembre de 2017 el robo de caña en la región se ha incrementado de manera exhorbitante, generando incuantificables pérdidas a los productores de la zona. Sin embargo, el robo de la caña de azúcar viene denunciándose desde la zafra 2013-2014.

Más de 100 personas provenientes de barriadas como Bella Vista, Huete o Manuelita Saenz, ingresan ilegalmente a la hacienda Casupito de la que sustraen, según cálculos de los productores, más de 200 kilos de caña de azúcar, que representan más de una tonelada de caña de azúcar semanal. La situación se repite en todos los sembradíos y haciendas de caña de azúcar, cuyos propietarios desde el 2017 vienen denunciando además el robo de maquinarias e instrumentos de trabajo. Los robos incluyen vehículos, transformadores, plantas de riego y desvalijamiento de campamentos y viviendas, además de la liberación de cadáveres en las haciendas.

Cientos de personas entran diariamente las siembras de caña a robar.

Los productores se sienten desprotegidos y peligrosamente expuestos. Muchos han sido amenazados cuando han reclamado la incursión ilegal a sus fincas y en algunos casos, sus sembradíos de caña han sido incendiados por retaliación.

La hacienda Casupito, una de las más grandes de la zona, estimaba recoger y arrimar a la zafra ya iniciada unas 5000 toneladas de caña de azúcar, pero los robos constantes e indetenibles le han generado pérdidas superiores al 30 %.

El robo de nuestras siembras no solo nos afecta seriamente a los productores, sino también a la principal factoría y central azucarero del centro del país, como es el Central Azucarero El Palmar que procesa nuestra caña y ve mermada su capacidad de producir azúcar, refiere Rodríguez.

Durante un recorrido por la zona, Crónica.Uno pudo corroborar cómo ingresan ilegalmente a las haciendas de caña de azúcar y cortan indiscriminadamente las siembras. La mayoría de los invasores eran menores de edad.

Vinimos a buscar caña para llevar al trapiche que queda en Bella Vista, donde sacan papelón, admiten temerosos dos niños que dijeron estudiar 5to y 6to grado de primaria y quienes además contaron que van por órdenes de sus padres. El pago que reciben es jugo de caña o papelón ya procesado.

¿Saben que lo que están haciendo es ilegal?

Sí, pero ya no vendremos más —dicen mientras uno de ellos manipula un filoso cuchillo con el que también corta algunas varillas para hacer papagayos.

Estas declaraciones concuerdan con la presunción que sostienen los cañicultores, en cuanto a la existencia de trapiches clandestinos que procesan bebidas alcohólicas y papelón artesanal sin permisos sanitarios. Ya el robo de caña no se limita a la venta del producto en bolsitas, que se han incrementado considerablemente y que pueden apreciarse en vías y carreteras e inclusive en escuelas y colegios.

Cifras amargas

De acuerdo con las cifras que maneja la Sociedad de Cañicultores del estado Aragua, 300 hectáreas de caña de azúcar fueron robabas durante el 2017, lo que representan 2 millones de kilos de azúcar que no llegaron al consumidor.

Por su parte, el Central azucarero El Palmar, ubicado en el municipio Bolívar y principal factoría del centro del país, también ha reducido su producción como consecuencia del robo de caña.

Su capacidad instalada está diseñada para procesar un 1,2 millones de toneladas de caña de azúcar por zafra. En épocas anteriores procesaba alrededor de 600.000 toneladas de caña gracias a la siembra realizada por unos 300 productores del eje Aragua-Carabobo.

Niño, solos o acompañados del adultos, se llevan la caña de los sembradíos.

Para el 2018, en el marco de la actual zafra, el central azucarero estimaba procesar 210.000 toneladas de caña, pero ante el indiscriminado robo del producto, apenas llegaría a procesar entre 150.000 o 140.000 toneladas de caña, que a duras penas unos 100 productores podrán arrimar a la factoría.

Las reiteradas denuncias de los cañicultores tuvieron cierto eco en las autoridades. La Zodi Aragua, conjuntamente con el Poder Judicial, ha emprendido operativos en los que ya hay algunos detenidos a quienes se les ha imputado el delito de boicot —previsto en la Ley de precios justos— que implica pena de prisión entre los 12 a 15 años.

Fotos y Videos: Gregoría Díaz / Cortesía


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