Maduro no sabe a quién pararle para afrontar la crisis económica

El Jefe de Estado recibió un conjunto de sugerencias para atender los desequilibrios, pero en paralelo continúa escuchando a los asesores que promueven los controles y que consideran que se debe dar un mayor rol al poder comunal.

Caracas. Los venezolanos cada día se enfrentan a una elevada inflación que pulveriza sus sueldos y a una mayor ausencia de artículos básicos por la caída de la producción y las importaciones. Y para afrontar estos desequilibrios, el presidente Nicolás Maduro está en una encrucijada: escuchar a los que sugieren un plan de corrección o a los que insisten en mantener el modelo de controles.

El Jefe de Estado en el transcurso del semestre decretó una emergencia económica con el fin de regular más la actividad productiva y aunque ejecutó algunas acciones, las mismas han sido desordenadas, por lo cual la crisis se ha agudizado. Los intentos por establecer medidas que ayuden a superar la crisis encuentran obstáculos.

¿Qué sucede internamente?

Maduro, tras el resultado de las elecciones que le dio la mayoría de la AN a la oposición, le pidió a su dirigencia que elaborara un plan para enfrentar “la guerra económica” y en diciembre un sector del oficialismo le sugirió al mandatario que aplicara un plan de emergencia económica que abarcara medidas cambiarias, reforma tributaria profunda y revisión del endeudamiento, pero el Presidente no les paró y escuchó al grupo de asesores radicales entre los que están el economista español, Alfredo Serrano y el sociólogo, Luis Salas. De hecho en enero, Salas fue nombrado Vicepresidente de Economía, cargo en el que estuvo un mes y fue reemplazado por Miguel Pérez Abad, ministro de Industria.

Tras la salida de Salas en febrero, el jefe de Estado devaluó la paridad oficial de 6,30 a 10 bolívares y estableció un sistema complementario con una tasa que ya supera los 600 bolívares, recortó la entrega de dólares, redujo la liquidez, aumentó el precio de la gasolina y arrancó con una revisión de los costos de los rubros regulados. Sin embargo, las medidas han sido desordenadas a juicio de analistas, porque afectan a la gente y no corrigen los desequilibrios que tienen en picada a los sectores clave de la economía como la industria, el comercio y la construcción.

No hay cifras oficiales, pero Datanálisis estima el desabastecimiento de rubros regulados es 82,8 % y Econalítica calcula la inflación hasta mayo en 320 %.  Las importaciones han tenido una caída de 40% y la proyección del Gobierno es que sean 20 millardos de dólares, 60 % menos que hace cuatro años, lo que acentuará la escasez.

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El mandatario anunció a principios de mayo que expertos de la Unión de Naciones Suramericana (Unasur)  presentarían propuestas para “vencer la guerra económica” y el pasado 10 de junio el secretario de Unasur, Ernesto Samper y el ex presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, entregaron el informe elaborado por los técnicos con las acciones que se deben tomar para superar la crisis.

El bloque sugirió unificar el tipo de cambio, mejorar con rapidez el abastecimiento de alimentos y medicinas, aumentar la producción y redireccionar los subsidios. También plantearon crear una tarjeta de solidaridad para las familias que sean golpeadas por las medidas de ajuste.

Las propuestas tuvieron el respaldo del Vicepresidente de Economía, Miguel Pérez Abad, pero del resto del gabinete el apoyo ha sido relativo. El Vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, le manifestó a los expertos de Unasur que ellos tenían que discutir el informe sin dar más detalles, contaron fuentes oficiales. En línea con Istúriz, el ministro de Comercio Exterior, Jesús Faría, dijo que “nosotros se lo agradecemos así como el tiempo que se han tomado. Será un insumo para el estudio de nuestra economía”.

En las reuniones del Consejo de Economía Productiva, posteriores a la entrega del informe, las autoridades no han hecho mención de las medidas formuladas por Unasur, apuntaron las fuentes oficiales consultadas.

Para algunos funcionarios lo que plantea el bloque está en ejecución. Faría llegó a declarar que “ellos (Unasur) pidieron la unificación cambiaria y nosotros estamos desarrollando una política cambiaria que apunta a la simplificación” y añadió que “las condiciones dirán para cuándo será la simplificación cambiaria”.

Serrano, el más influyente

Pero en la toma de decisiones del jefe de Estado incide el asesor español, Alfredo Serrano. Fuentes oficiales comentaron que el economista participó en una reunión con los técnicos de Unasur en la que reiteró su postura de mantener los controles y cuestionó que en la propuesta no se incluyeran los temas tributarios.

Serrano expresó a Crónica.Uno en mayo que “el debate de la unificación cambiaria es como hacer trampas en el solitario. Qué le importa a usted el valor del tipo de cambio si no hay acceso a los dólares”. Considera que en el reparto de los dólares se tiene que dar más a las pequeñas industrias, y que adicionalmente, hay margen para que los grandes capitales paguen más impuestos.

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En sus textos ha señalado cómo debe ser la distribución y ha indicado que “el poder comunal tiene que ser el pivote esencial en el nuevo orden económico, tanto en lo productivo, como en el tema distributivo y comercializador”.

El Gobierno creó los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), conformados por Consejos Comunales, Ubch y representantes del Frente Francisco de Miranda y Unamujer, para distribuir bolsas de comida casa por casa e intervenir en el despacho de productos. La intención del Ejecutivo es que 70% de la producción de alimentos se reparta a través de los Comités. No obstante, ese esquema ha generado molestias en los ciudadanos.

Otras fuentes del oficialismo consultadas apuntan que hay mucha influencia de Serrano sobre Maduro. Actualmente, tiene apoyo del ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, y de la ministra de Agricultura Urbana, Lorena Freitez. Recientemente escribió junto con Freitez un balance sobre la agricultura urbana en el que destacó que ese esquema“se presenta ante el país como una respuesta eficaz frente a la emergencia económica”.

Maduro dijo que en los próximos días viene la segunda fase de la Agenda Económica Bolivariana para vencer la “guerra económica” y añadió que “el mejor instrumento son los Clap”. Serrano hace un mes expresó que la Agenda Bolivariana es la que debe marcar las líneas de la política económica.

Más diferencias

Hay más. En el seno del Ejecutivo las disparidades no sólo se registran con los asesores, también dentro de los ministros del área económica.

Pérez Abad presentó una propuesta para que los empresarios hagan las importaciones con sus propios dólares, y aunque se contemplaba publicar una norma sobre ese aspecto hace una semana, fuentes oficiales indicaron que la medida sigue en evaluación, porque hay funcionarios que no están de acuerdo con la sugerencia.

A la par, la Vicepresidencia de Economía analiza la venta de algunas empresas que fueron nacionalizadas. El lista de industrias ya fue elaborada, pero aún los procedimientos están en definición.

En el atraso en la revisión de precios de rubros básicos también impactan las diferencias entre los titulares de Industria y Alimentación. Ya el Gobierno subió los costos de: leche, pollo, harina de maíz, arroz, café, papel higiénico, toallas sanitarias, jabón y crema dental, sin embargo, faltan productos. Jesús Faría tuvo que admitir en días pasados que existen retrasos con los incrementos.

Foto: AVN


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