Maduro ordena a Tarek William Saab investigar a obispos católicos por delitos de odio

Durante su mensaje anual acusó a los sacerdotes de la iglesia católica venezolana de ser “diablos con sotana”. También la emprendió una vez más contra PJ y VP.

Caracas. Por segundo año consecutivo Nicolás Maduro incumplió el mandato constitucional que lo obliga a presentar su informe de gestión anual ante el Poder Legislativo. En 2017 lo hizo ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y este lunes rindió su Memoria y Cuenta ante la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

Durante su discurso, arremetió contra los representantes de la iglesia católica venezolana quienes en los primeros días de enero han sido frontales en su crítica a la situación social, política y económica del país. Aunque la Carta Magna vigente consagra la separación de los poderes públicos y la independencia del Ministerio Público (MP), Maduro instruyó al fiscal nombrado a dedo por la ANC, Tarek William Saab y al presidente del TSJ, Maikel Moreno, determinar si los sacerdotes cometieron delito de odio.

El pueblo siempre con su fe, a pesar de la maledicencia de los llamados curas de la iglesia católica, de los llamados arzobispos, de su maldad, de su veneno, de su odio, de su perversidad. Uno de ellos nos llamó a todos nosotros ‘peste’, llamó al pueblo chavista ‘peste’. Habría que ver señor fiscal general, presidente del Poder Ciudadano, señor Contralor, señor defensor del Pueblo, presidente del TSJ, si las palabras emitidas por algunos de esos personajes no corresponden a verdaderos delitos de odio que pretenden generar enfrentamiento, violencia entre los venezolanos, dijo Maduro.

Sin mencionarlo directamente, se refería al sermón que monseñor Víctor Hugo Basabe, obispo de Barquisimeto, ofreció el pasado domingo en honor a la Virgen de La Pastora en su día. En unas palabras dirigidas hacia los venezolanos que han huido del país en busca de mejores condiciones de vida, Basabe expresó: Aquí estará Venezuela esperándolos para que juntos emprendamos la tarea de reconstrucción de nuestro país, cuando esta peste que hoy nos azota sea parte del pasado.

Maduro aseguró que no escuchó el discurso pero se enteró de lo dicho: “Algunas de sus palabras nadie las escuchó, porque ya nadie los escucha. Somos cristianos en Cristo, no necesitamos intermediarios y menos a estos diablos con sotana. Somos cristianos, amamos a Jesús y La Pastora y a la Chinita, pero vino un diablo con sotana a llamar al enfrentamiento civil”.

El pasado 8 de enero, durante la instalación de la asamblea anual de la Conferencia Episcopal, el entonces presidente de la instancia, Diego Padrón, aseguró que el de Maduro “no es un gobierno democrático en sus decisiones, actuaciones y proyectos, ni es legítimo en su desempeño”. Además, Padrón describió a la ANC como un “engendro estratégico de carácter político que no es originaria ni plenipotenciaria”.

Como se recordará, a fines de 2017, la fraudulenta ANC aprobó un acto normativo contra el odio que establece penas de hasta 20 años de cárcel por la comisión de actos de odio o discriminación.

Otra vez contra PJ y VP

Maduro también aseguró que 2017 fue un año “milagroso” en el ámbito político para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Gobierno porque lograron reunificar fuerzas: Se abrieron las compuertas para la recuperación milagrosa de la fuerza política. Hasta la Casa Blanca lo sabe: la revolución bolivariana en 2017 recuperó su capacidad de movilización a través del voto y volvió a ser mayoría para siempre, para volver a triunfar con el voto popular.

Asimismo, arremetió una vez más contra los partidos Primero Justicia y Voluntad Popular, con cuyos líderes está sentado su gobierno en negociaciones en República Dominicana para buscar una salida a la crisis nacional. Dijo que fueron sus líderes quienes “ordenaron saquear centros de acopio”.

“Primero Justicia y Voluntad Popular son dos partidos violentos fuera de la ley, grupos fascistas, terroristas aliados con mercenarios”, aseguró.

Foto cortesía @DrodriguezVen


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