Más de 960 indígenas pemones desplazados a Brasil, luego del ataque armado de febrero

más de 960 indígenas despalzados

La impunidad reina en este caso cuando se cumplen 5 meses del ataque que dejó un saldo de 7 personas muertas y decenas de heridos. Pemones han bajado de peso pese a la ayuda que se les brinda y los desplazados también presentan bajo consumo proteico.


Bolívar. Este 22 y 23 de julio se cumplieron 5 meses desde el ataque militar que sufrió la etnia Pemón en la comunidad Kumarakapay y el pueblo de Santa Elena de Uairén, en el municipio Gran Sabana del estado Bolívar, en la víspera del ingreso de la ayuda humanitaria desde la frontera con Brasil.

Han sido 5 meses de impunidad por el asesinato de 7 personas y decenas de heridos. Los hechos evidenciaron también la necesidad de esa ayuda humanitaria, que el régimen de Nicolás Maduro negó, pues algunos heridos tuvieron que ser trasladados a Boa Vista, en Brasil, debido a la falta de insumos en el hospital Rosario Vera Zurita, en Santa Elena de Uairén.

Desde entonces, la vida de los pemones dio un giro de 180 grados, al ser desplazados forzosamente a territorio brasileño, huyendo de la persecución y arremetida militar.

Olnar Ortíz, representante del Comité Indígena del Foro Penal, denunció las violaciones de derechos humanos de la población indígena, con énfasis en la masacre de kumarakapay, el 17 de julio ante las 12 Sesiones de Expertos para Pueblos Indígenas en las Naciones Unidas..

Detalló que 966  indígenas pemones han sido desplazados de su territorio de origen.  Pertenecen a 14 comunidades. Por lo menos 30 familias pertenecían a Kumarakapay; el resto, a las comunidades Maurak, Waramasen, San Antonio, Manakru y Paraitepuy de Roraima.

“Entre enero y mayo, ocurrieron 8 asesinatos de indígenas por parte de funcionarios militares. Tenemos la masacre en Kumarakapay; el caso de Belkis Mendoza, warao de 26 años de edad con seis meses de gestación y su hija de 6 años; y el capitán indígena en Amazonas Eduardo Garrido”, expuso Ortíz.

Ricardo Delgado, dirigente indígena de Kumarakapay y ex alcalde de Gran Sabana, lamentó que mientras unos tuvieron que huir de sus territorios, los que se quedaron lo hicieron sin ningún tipo de abastecimiento, hecho que se complicó con la escasez de gasolina en Bolívar.

“Muchos han bajado de peso, pese al esfuerzo por llevarles la ayuda humanitaria. Del lado del territorio brasileño, el consumo proteico también ha bajado (…) algunos han podido seguir haciendo sus cultivos e integrarse a las comunidades, pero otros no han podido”, lamentó.

Incluso, el turismo ha disminuido en el municipio Gran Sabana, un golpe para los que trabajan en esta área.

Delgado agregó que dos de los heridos de Kumarakapay y nueve de Santa Elena de Uairën permanecen hospitalizados en Boa Vista, a la espera de una cirugía.

Los hechos

La madrugada del 22 de febrero, miembros del Ejército venezolano atacaron a la comunidad pemona Kumarakapay en San Francisco de Yuruani, a una hora de Santa Elena de Uairén.

“Nos emboscaron”, denunciaron pemones. En el lugar falleció Zoraida Rodríguez, herida por arma de fuego y 14 personas heridas, de las cuales, al menos seis fueron trasladadas a Boa Vista.

Al día siguiente, varias protestas se realizaron en Santa Elena de Uairén, en reclamo de la ayuda humanitaria. El resultado, otras tres personas asesinadas: José Hernández, José Esley Pérez y José Barrios. El primero estaba en el Fuerte Escamoto; los otros dos en el pueblo. Fueron atacados por la Guardia Nacional, que dispararó sus armas de fuego.

más de 960 indígenas desplazados
Foto: Cortesía

Hasta el 3 de marzo se contabilizaron siete asesinados, los otros tres murieron en Brasil. El último fue Jorge Javier González Parra, de 40 años de edad, quien sufrió el 23 de febrero un traumatismo craneoencefálico severo.

González Parra era oriundo de Upata, municipio Piar del estado Bolívar. Las otras víctimas fueron Kliver Pérez (falleció el 27 de febrero) y Rolando García (2 de marzo), ambos heridos en el ataque a Kumarakapay.


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