A los funcionarios les gritaron consignas referidas a la escasez de comida, los apagones y la seguridad al momento de entregar su memoria y cuenta.
Caracas. La escalera que sube hacia la curul del presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, se convirtió en una inusual pasarela por la que desfilaron unos 30 ministros del tren ejecutivo en medio de consignas, resbalones y los extraños gestos de algunos de los funcionarios que hasta lanzaron “conjuros” a los diputados de la oposición.
El vicepresidente ejecutivo, Aristóbulo Istúriz, era el encargado de dar el balance ante el Parlamento. A los pocos minutos de su intervención, Istúriz pidió a los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que no lo interrumpieran. “Vas a tener que controlarlos Ramos Allup. Cálensela, hay días que son de ustedes y días que son de nosotros”. Esta fue la primera vez, de muchas, en la que se rompió el protocolo en una sesión que tuvo poco de solemne.
El segundo al mando del Gobierno admitió que se vive una situación económica “difícil” pero se mostró optimista de que esto mejorará a corto plazo. Atribuyó la escasez y la inflación al contrabando de productos dentro y fuera del país, al “ataque” a la moneda nacional y a un “sabotaje” empresarial contra Venezuela: “Es una suerte de estrategia conspirativa que atenta contra los intereses nacionales”.
El desfile de los ministros
En encargado de responder al vicepresidente fue Ramos Allup. El diputado indicó que el verdadero debate se dará en la comisiones cuando se discutan los documentos entregados por el tren ejecutivo, sin embargo, no dejó de darle un consejo al chavismo: “La técnica de la conspiración universal ya no es políticamente rentable”.
Luego empezó el desfile de los ministros para entregar sus informes de gestión. “El conejo, El picure…” le gritaron los diputados de la MUD a la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, quien se volteó para gritarle a los diputados opositores que ellos promovían la impunidad. Suerte similar corrieron los ministros de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez y de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, a los que les gritaron “apagones, apagones…” y “comida, comida…”, respectivamente. Cuando le tocó el turno a la ministra de Pueblos Indígenas, Clara Vidal, la consigna fue “Amazonas, Amazonas”.
Varios fueron los ministros que respondieron a los gritos. Marco Torres arqueó sus manos alrededor de su boca para gritar una respuesta, que igualmente se perdió entre las peticiones de quienes le pedía solución a la escasez, mientras que el jefe del Distrito Capital, Daniel Aponte, cruzó los brazos y cerró los puños al tiempo que los movía de adentro hacia afuera. “Les lancé un conjuro”, dijo con una sonrisa a su salida del hemiciclo.
Foto: Cheché Díaz
Participa en la conversación