La aerolínea estatal Conviasa, además de manejar casi en solitario los pocos destinos que están autorizados, comenzó a ofrecer vuelos especiales a cuatro países de la región. La poca disponibilidad de conexiones aéreas internacionales hacen que viajar, migrar o visitar familiares sea un viacrucis para los venezolanos.
Caracas. La reactivación total de las conexiones aéreas internacionales sigue siendo tarea pendiente en el país, más de dos años después de que las autoridades suspendieran las operaciones como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Con pocos destinos a los que se puede volar desde Venezuela —la mayoría manejados por Conviasa y parte de ellos no tan tradicionales— el costo de migrar, viajar y hasta visitar familiares se encarece aún más.
La poca conectividad aérea del país es de larga data, producto de la crisis política y económica que vive la nación desde 2013 y deudas con aerolíneas extranjeras de la época del control de cambio. Líneas pioneras de la región como American Airlines, Delta, United, Latam y Avianca dejaron de operar entre 2016 y 2019 por motivos económicos y de seguridad, afianzando el aislamiento que, al día de hoy, aún se mantiene parcialmente.
Viajar es una odisea, creo que ahora es hasta más complicado que antes de la pandemia. Entre lo caro que son los pasajes, las escalas que hay que hacer y que hay poca disponibilidad, se tiene que cuadrar con mucho más tiempo de antelación”, cuenta Paola Reyes, migrante en Chile que viajó en marzo a Venezuela para atender una emergencia médica de su madre.
Paola, por ejemplo, cuenta que pensaba volver a Caracas en diciembre, cuando el INAC autorizó a la aerolínea estatal Conviasa a hacer vuelos especiales hacia y desde Perú, Chile, Ecuador y Argentina, pero la poca oferta de vuelos que había en ese momento la hizo postergar el viaje y ya en enero no consiguió más vuelos directos.
Para llegar en marzo, tuvo que volar de Santiago de Chile hasta Bogotá, de allí fue por avión hasta Cúcuta y llegó por carretera a La Fría, donde tomó un vuelo hasta Maiquetía. “Solo en pasaje gasté más de $400, eso sin contar gastos de comida, hospedaje y lo que nos pidió la Guardia Nacional en Táchira. Fácilmente, unos 600 dólares nada más de ida”, explica Paola.
Monopolio y oferta limitada
Desde que la autoridad aeronáutica venezolana comenzó a permitir las operaciones aéreas internacionales, en noviembre de 2020, el elemento en común ha sido la rapidez con la que la estatal Conviasa ofrece vuelos a los destinos autorizados. De hecho, actualmente la aerolínea es la única que vuela a países como Bolivia y México, pues al menos con este último la empresa es la única que puede operar vuelos regulares.
Hasta agosto del año pasado las aerolíneas Avior, Láser, Rutaca y Venezolana de Aviación operaron vuelos desde y hasta Cancún bajo la figura de vuelos especiales, misma que utilizó Conviasa para volar a cuatro países de la región entre diciembre y enero de este año y que, según fuentes de la empresa, se retomó en las últimas semanas.
Agencias de viaje consultadas confirmaron a Crónica.Uno que la estatal está ofreciendo vuelos ida y vuelta entre Caracas y Buenos Aires (desde $912, una frecuencia semanal); Santiago (desde $796, una frecuencia); Lima (desde $632, una frecuencia) y Guayaquil (desde $514, una frecuencia). La información también la muestra Conviasa en sus redes sociales, aunque no se aclara si son o no vuelos especiales.
El medio Bloomberg Línea señala que la competencia de Conviasa “se ha anulado con el retraso de permisos u obstáculos de último minuto contra operadores como Copa”, aerolínea panameña que, pese a que llega a otros países como Chile, Colombia y Argentina, actualmente solo tiene permitido volar entre Venezuela y Panamá. Crónica.Uno intentó contactar, sin éxito, con la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV) para esta nota.
La espera más prolongada
Recientemente, el presidente del INAC, Juan Manuel Teixeira, informó que las autoridades aeronáuticas de Venezuela y Chile firmaron un nuevo memorándum de entendimiento que contempla la posibilidad de que varias aerolíneas puedan explotar la ruta, sin límites de frecuencia. Antes del nuevo acuerdo la frecuencia era de siete vuelos semanales y solo Conviasa y Estelar podían ofrecer vuelos directos.
Sin embargo, Teixeira no detalló a partir de cuándo podrán permitirse los vuelos a ese y otros países de la región, que producto de la migración venezolana —la cual ya suma más de seis millones de venezolanos en el exterior— sigue haciendo presión en la demanda de vuelos, según informó personal de dos agencias de viaje consultadas.
“Todos los días nos preguntan si ya hay disponibilidad con Lima, Quito, Buenos Aires, entre otros, igual que con Estados Unidos, pero la mayoría prefiere esperar a que haya vuelos directos salvo que tengan emergencias y sea urgente el viaje”, explicó un trabajador de una agencia que prefirió mantener su nombre en reserva.
El presidente del Consejo Superior del Turismo (Conseturismo), Leudo González, dijo a Crónica.Uno que desde el gremio —que incluye entre otras a ALAV y la Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo (Avavit)— han solicitado desde hace varios meses a las autoridades que se abran las conexiones aéreas con otros países de Sudamérica.
Eso facilitaría la conectividad y el flujo turístico, tanto receptivo como emisivo, permitiendo la apertura de un mercado que en el pasado existía y se comercializaba bastante en Venezuela, pero que ha estado detenido tanto tiempo por la pandemia”, dijo González.
González refiere que el sector está esperando que se reactiven las conexiones aéreas desde y hacia Ecuador, Perú, Chile, Argentina y, afirma, hay conversaciones con las autoridades de Uruguay, quedando pendientes Colombia y Brasil en la región, países con alta migración venezolana y emisores de turistas importantes para el país que se espera que puedan operarse de nuevo.
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