Luz Marina Peña, madre de Wiston Peña, tenía más de un mes solicitando su traslado a un hospital, pero le dijeron que por las marchas opositoras no podían sacar unidades porque podían quemarlas.

Caracas. Por la llamada de una enfermera del penal de Yare III, Luz Marina Peña se enteró de que su hijo había sido traslado hasta el hospital Pérez Carreño la noche del jueves 4 de mayo. Al llegar ya había muerto y ni siquiera pudo entrar a verlo, pues no la dejaron.

Desde hace más de un mes, la mamá de Wiston Peña Cáceres, de 35 años, había solicitado que llevaran a su hijo a un hospital en vista de que su salud se estaba deteriorando por un parásito que tenía alojado en el cerebro, diagnosticado hace más de dos años antes de caer preso.

Sin embargo, en el penal le respondieron que por las protestas opositoras no podían hacer traslados ya que corrían el riesgo de que quemaran una unidad. “No lo trasladaron en un mes por eso, pero entonces ¿cómo lo llevaron al hospital ese día?”.

En el acta de defunción que cargaba la madre de Wiston reseñaban que las causas de muerte se debían a un edema cerebral severo, desnutrición hipocalórica y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

“Si a mi hijo lo hubiesen sacado antes él se salvaba, porque agravó muy rápido. A ellos no les dio la gana de sacarme a mi hijo”, dijo.

Wiston estaba preso desde hace dos años por maltrato a su mujer. Lo sentenciaron a ocho años y seis meses. Primero fue recluido en la cárcel en la comunidad penitenciaria de Coro, después lo trasladaron a la prisión de Uribana, en Lara, hasta que finalmente quedó en Yare.

La última vez que lo vi fue hace un mes, estaba descompensado, tenía retención de líquido, casi no podía caminar. Me pidió que me fuera para que no se me hiciera tarde y luego me dijo que se sentía cansado”.

Su madre denunció que le llevaba las pastillas para su tratamiento y no se las dieron, ya que cuando lo visitó él le dijo que no le habían dado nada. “Si a mi hijo lo atendían a tiempo esto no pasaba, tenía más de un mes pidiendo su traslado”.

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Wiston tenía dos hijos, de 13 y 10 años. La mañana de este martes 9 de mayo su madre seguía en la morgue de Bello Monte, en vista de que no tenía recursos para enterrarlo.

En 2016, al menos 10 reclusos murieron en calabozos por presuntos cuadros de desnutrición, según el informe anual del Observatorio Venezolano de Prisiones. Además, el hacinamiento en estos centros de reclusión preventiva ha sido propagador de enfermedades dermatológicas como escabiosis, con 72 % de reportes.

La ONG detectó que el año pasado 18 % de los detenidos presentó afecciones respiratorias y solo 10 % estaba en buena salud.

Fotos: Yohana Marra


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